Guerra interminable
¬ Augusto Corro viernes 6, Abr 2012Punto por punto
Augusto Corro
Por el momento, no existe duda alguna de que la guerra contra el crimen organizado seguirá a través de los años.
¿Cuántos? Por lo menos diez años más. Así lo consideran los expertos que apoyan sus opiniones en la violencia desatada que tiene en un baño de sangre al país.
Las cifras sobre el número de muertos crecen incontrolables. Desde el inicio de la lucha antinarco en este sexenio, van más de 60 mil decesos.
Por otra parte, los índices del consumo de enervantes van al alza.
El tejido social se encuentra destruido, pues suman miles de desaparecidos, viudas, huérfanos y restos humanos sin identificar, exhumados de fosas clandestinas.
Como se ve la situación, la seguridad, que es una de las demandas más importantes de la sociedad mexicana angustiada, no llegará en un futuro cercano.
La Secretaría de Hacienda ya dejó entrever que para el año próximo será necesario incrementar el presupuesto en materia de seguridad.
Sin lugar a dudas, el gasto en la lucha contra la delincuencia organizada es importante: en 2007 se destinaron 5 mil millones de pesos y en 2012 la cifra es de 27 mil millones de pesos.
Sinceramente, los resultados de esa inversión multimillonaria para combatir la delincuencia en sus diferentes formas, no ha rendido los frutos esperados.
Las capturas de los capos, tan cacareadas por el gobierno de Calderón, no justifican lo cuantioso del gasto. Para empezar, El Chapo Guzmán, el principal narcodelincuente, sigue libre y es uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.
Los cárteles del narcotráfico traen aparejadas acciones delictivas como el secuestro, la trata de blancas, la extorsión, etc., que tampoco son contraladas por las fuerzas del orden.
El hecho es que en las proyecciones de gasto para el próximo año, el gobierno de Calderón ya contempla un incremento en el presupuesto, aunque no se avance en una lucha, considerada, a todas luces, fallida.
Política exterior
Quizás en este mes, Felipe Calderón Hinojosa (FCN) visite Cuba. Será todo un acontecimiento porque las relaciones entre ambos países no han sido las de unos buenos vecinos.
Las relaciones exteriores han sido de cada quien por su lado en los últimos sexenios. Sin embargo, a nivel de pueblo, no se han perdido los lazos de amistad.
En la administración de Vicente Fox, este con su servil actitud hacia Estados Unidos, ocurrió ese lamentable desdén a Fidel Castro que “el comes y te vas”, para que no el líder cubano no se enfrentara con el presidente George W. Bush, en una reunión en Monterrey.
El poco o nulo manejo de las relaciones exteriores, enfrió el trato diplomático entre Cuba y México. Pocos intentos se realizaron para reactivarlo.
Por eso mismo, la visita de Calderón a la isla se ve como la reanudación de unas relaciones sin beneficio importante. Calderón saludará oficialmente al presidente Raúl Castro y desde luego, se entrevistará con Fidel.
El gobierno derechista de México no se ha distinguido por el apoyo a Cuba que por años ha sufrido el bloqueo económico por parte de Estados Unidos. En lo general, los gobiernos mexicanos asumieron una actitud pasiva, muy lejos de una solidaridad comprometida.
Por cierto, las relaciones internacionales no se les dan a los gobiernos panistas. Basta con observar las actitudes del gobierno estadounidense.
En el tema de los braceros mexicanos, estos viven sojuzgados por las autoridades que los tienen amenazados con extradiciones permanentes, con sus documentos en orden o sin ellos.
Obvio decir que los indocumentados viven un viacrucis permanente, pues son acosados por las autoridades que no se detienen a golpearlos y a maltratarlos antes de extraditarlos.
En el renglón de la lucha bilateral contra la narcodelincuencia, Estados Unidos no ha demostrado un interés real en colaborar con México. Queda demostrado con asuntos como el contrabando de armas y el poco interés por reducir el consumo de drogas.
Parece que México es el único que tiene la necesidad de erradicar los problemas de las armas y las drogas.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) ha brillado por su ausencia. La supuesta relación de buena amistad entre Obama y Calderón no ha producido beneficios. En la SRE nunca supieron que es lo que debe hacerse en esa dependencia para sacar algún provecho de los gobiernos estadounidenses que, supuestamente, ven positiva su relación con México.
Fox se jactaba de ser muy amigo de Bush. Calderón y Obama son muy cuates. Esta amistad no se ha reflejado en provecho para México.