UNAM, sin lugares
¬ Augusto Corro martes 3, Abr 2012Punto por punto
Augusto Corro
Los problemas de la educación pública en México crecen sin límite alguno. A los más de siete millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, los conocidos como “ninis”, se les sumarán miles de jóvenes que ven cerradas las puertas de las escuelas de educación superior.
Nos referimos a los jóvenes que intentaron ingresar a la Universidad Autónoma de México (UNAM) para continuar sus estudios. De los 121 mil 970 estudiantes que presentaron el examen para alguna licenciatura, solamente fueron seleccionados 11 mil 116.
Cada año aumenta el número de ninis, quienes ante la imposibilidad de continuar su preparación académica optan por el ocio o por conseguir alguna subocupación o definitivamente ingresan a la economía informal, al comercio ambulante y a la piratería.
Así, en las temporadas de cada año, cuando en el Congreso de la Unión se reparten los presupuestos para las universidades, vemos cómo los propios rectores se encargan de sensibilizar a los legisladores para que las inversiones sean mayores en los centros de educación superior.
A veces, los diputados se abren a las demás de las demandas de las universidades públicas; pero de todas maneras el dinero destinado para las universidades es insuficiente, no alcanza.
Y si no hay recursos para ampliar el número de lugares para los aspirantes, ahí es donde empieza a desarrollarse el problema social de un conflicto de pronóstico reservado.
Por cierto, son las escuelas privadas las que más beneficios obtienen ante la falta de cupo en las universidades públicas.
En estos casos, los padres de familia se ven obligados a sacrificar parte de su comodidad económica para apoyar a su hijos en las colegiaturas, que para decirlo con objetividad, son carísimas.
Como señalamos arriba, poco interés existe en la cúpula del gobierno para buscarle una salida al asunto de los estudiantes rechazados. El conflicto no es propio de la UNAM. También en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se registra el mismo problema. Desperdiciar el talento de los jóvenes al no darles oportunidades para que continúen sus estudios frena el progreso de un país. Nadie quiere entenderlo.
Distrito Federal
En el Distrito Federal se realizan los últimos ajustes para entrarle de lleno a las campañas electorales locales. Como se sabe habrá elecciones para renovar al gobierno capitalino, asambleístas y jefes delegacionales.
La luchas internas para designar a los candidatos están a la orden del día. En algunos casos, los conflictos surgieron y no han sido resueltos.
En el Partido Acción Nacional (PAN), los azules aceptaron a regañadientes la designación de Isabel Miranda de Wallace, como su abanderada al gobierno del Distrito Federal.
Obviamente, el cambio de activista social a política activa no le ha favorecido. En las encuestas aparece sin representar una amenaza al candidato de la izquierda, Miguel Angel Mancera, el exprocurador capitalino.
Por cierto, tendrá que estar muy pendiente del desarrollo de las campañas en las delegaciones políticas, si es que no quiere llevarse un susto.
El PRD se durmió en sus laureles y en delegaciones como Iztapalapa y Cuauhtémoc, los delegados se convirtieron en unos saqueadores del ambulantaje. Convirtieron a sus respectivas delegaciones en verdaderas minas de oro.
Es sencillo, nada más multiplique el número de comerciantes informales que tienen que pagar cuota a los inspectores de vía pública; el número de giros negros que abundan en la Cuauhtémoc y la lista enorme de negocios oscuros.
Luego de mantener por años el negocio del comercio ambulante en la Alameda Central, por fin decidieron remozar el lugar, con pérdidas económicas considerables, pues los inspectores tenían en el mencionado lugar otra de las minas de oro.
Es posible que la izquierda continúe con el poder en el DF, aunque no será sin dificultades. Los capitalinos saben que los perredistas perdieron la brújula social y que ahora se encuentran dedicados a sus negocios personales. A grandes rasgos se podría decir que PAN y PRD marchan ya sin problemas rumbo a las campañas electorales. No ocurre lo mismo en el Partido Revolucionario Institucional. En esta organización política siguen sin poder designar a sus candidatos a jefes delegacionales y diputados locales.
Todo un problema para los tricolores que desde hace por lo menos dieciocho años abandonaron la plaza capitalina, con los resultados que todos conocemos. La mayoría de los capitalinos votó por los perredistas, que tienen en el DF su baluarte principal, una vez que se les cayó Michoacán.
En el PRI, la pugna entre los grupos afines a Beatriz Paredes y Cuauhtémoc Gutiérrez tiene los visos de un asunto sin solución. El fin de semana se reunieron los representantes de ambos grupos en busca de limar asperezas. No lograron avanzar en la colocación de sus candidatos.
Como el tiempo apremia y los conflictos no terminan, el tricolor llegará muy debilitado a la campaña.
De todas maneras, a Cuauhtémoc Gutiérrez no le irá mal, porque además de ser un pilar del PRI en el DF, también recibe el apoyo de Marcelo Ebrard, por eso de que si una vela se le apaga, lo otra le queda encendida.
El cine
No todo son malas noticias. Una de las informaciones positivas tiene que ver con el cine. Según el anuario de Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), México es el país con el mayor número de pantallas en Latinoamérica.
El beneficio directo es para la industria cinematográfica en general, pues se crean empleos y de alguna manera se consiguen beneficios económicos para productores, directores y artistas. Sin embargo, el cine, como séptimo arte, es necesario para el desarrollo cultural de una sociedad siempre dispuesta a invertir tiempo y dinero en esa actividad lúdica, que nos enseña, en muchas ocasiones, a comprender y entender el conflictivo mundo que vivimos.