El cambio en sus tres presentaciones
Elecciones 2012, ¬ Juan Manuel Magaña lunes 2, Abr 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Los candidatos se han lanzado ya por la Presidencia y sus campañas están innegablemente basadas en el marketing. La población será alcanzada más por un diluvio de spots que por discursos, y será sistemáticamente presionada y frecuentemente engañada por las encuestas.
Quienes se dedican al marketing no razonan como periodistas los grandes temas que afectan al país -violencia, miseria, estancamiento- pues filtran de otro modo las inquietudes de la gente, a quien investigan a fondo y le saben todo. Y los políticos ya les hacen demasiado caso.
Son vendedores, y para ellos todo se reduce hoy a una cuestión muy simple: el momento que vive México es de cambio. Por eso, todos los candidatos usan a su modo esa palabra clave. Saben que el grueso de la población ya no soporta la actual situación y eso explica por qué el PAN está prácticamente en el hoyo.
Por eso, el priísta Enrique Peña Nieto, en su calidad de puntero, asume la palabra Cambio, con la mayor naturalidad y sin necesidad de adjetivo alguno.
La panista, Josefina Vázquez Mota, que sabe el gran riesgo en el que está, usa la frase Profundizar el Cambio (el que se supone que debió iniciar Fox y que tendría que haber continuado Calderón). A su vez, el perredista Andrés Manuel López Obrador propone el Cambio Verdadero, sólo que en un camino cuesta arriba. Del ecologista mejor ni hablar, ese anda perdido en el fondo del mar y sólo es candidato de su maestra.
¿Qué podría pensar la gente de todo esto? La tiene difícil, ¿no? Ante la spoteada que va a recibir el país, sus electores tendrán que discernir si el Cambio tiene el aroma y la sonrisa imborrable de mujer, o si más bien es un chico chicho y guapo, o si viene suficientemente edulcorado de amor.
La otra incógnita ha de ser si la gente (sobre todo los dizque indecisos, que son un titipuchal) ya decidió a esta hora, pero se reserva su opinión por el momento. Todos como mexicanos saben más o menos que andamos mal desde hace 30 años, lapso en el que el PAN y el PRI han sido opciones probadas y reprobadas. Por eso, a la palabra Cambio habría que pasarla por un control de calidad.