La experiencia del 85
Ramón Zurita Sahagún miércoles 21, Mar 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El sismo de ayer fue catalogado como el más fuerte desde 1985, pero a diferencia de aquel, no hubo secuelas de consideración. Cero víctimas, daños menores, pero lejanos de la tragedia de aquel septiembre de 1985 que marcó a los habitantes del Distrito Federal.
La fuerza del fenómeno sacó a empleados de las oficinas, obreros de las fábricas, amas de casa de sus hogares, niños y estudiantes de sus escuelas y hasta los legisladores dejaron curules y escaños. Sin embargo, hubo una gran coincidencia en todos lados, la tranquilidad con que fueron abandonados cada uno de estos sitios.
La cultura sísmica de los habitantes de la ciudad de México y los simulacros parecen darle la razón a quienes promueven este tipo prácticas desde las instituciones de protección civil.
En esta ocasión, de manera ordenada se advirtió el desalojo de edificios y centros de trabajo, sin aglomeraciones, empujones o pánico que la duración del sismo podría haber causado.
Vivimos el fenómeno en las entrañas de la tierra, en el Sistema de Transporte Colectivo (Metro), donde los pasajeros desalojaron los convoyes, en forma rápida, pero sin carreras de ninguna clase, muchos menos empujones o gritos de pánico o auxilio.
Los pasajeros lo tomamos con tranquilidad, incluso cerca de un 25 por ciento de los usuarios preferimos quedarnos dentro de los vagones.
Dentro del Metro, el sismo se sintió fuerte, pero amortiguado por el vaivén del sistema hidráulico con que fue construido este sistema de transporte, aunque lo prolongado del temblor retardó la reanudación del servicio un par de minutos.
Luego se reanudó el servicio, aunque en forma extremadamente lenta, pero recorriendo las distintas líneas.
Pero el efecto del sismo duró todo el día, ya que muchas oficinas de gobierno fueron desalojadas y los empleados mandados a sus casas, para revisar las estructuras.
En la Cámara de Diputados imperó la cordura, con todo y que el efecto fue tremendo, con los candiles del salón de sesiones moviéndose rítmicamente.
Los diputados y los trabajadores se fusionaron en las explanadas del Palacio Legislativo de San Lázaro y se procedió a desalojar el recinto, suspendiéndose la sesión que se encontraba en curso. Por eso, vale la pena destacar la cordura y disciplina con que actuaron los habitantes del Distrito Federal acostumbrados ya a la frecuencia de los sismos y apadrinados por la cultura sísmica que respaldan las autoridades, tanto locales como federales.
AVISO A MEDIOS
El lunes por la noche un coche-bomba explotó frente a las instalaciones del diario “Expreso” de Ciudad Victoria, Tamaulipas, causando daños físicos, pero no víctimas mortales.
No es la primera ocasión en que se suscita un atentado de esta naturaleza en esa entidad, ya que la delincuencia irrumpió, incluso, en las instalaciones de otros diarios de ese estado.
Incluso, según artículo 19, organización civil y defensora de la libertad de expresión y de la prensa, Tamaulipas es desde el año 2000 la entidad más peligrosa para quienes practican esa actividad.
Según esta agrupación, siguen a Tamaulipas los estados de Chihuahua, Veracruz y Guerrero, según estadísticas que establecen que del año 2009 a la fecha se han documentado, cuando menos, 30 ataques a medios de comunicación, ocho de ellos el año pasado.
La violencia en Tamaulipas no ha disminuido un ápice desde hace muchos años, aunque ha sido atenuado por los reflectores que jalan entidades como Nuevo León, Coahuila y Guerrero, que sufren el acoso de los grupos delincuenciales.
Tamaulipas es uno de los estados más golpeados por la furia de la violencia, aunque muchos de los acontecimientos que ahí ocurren no trascienden, en un raro pacto de silencio que guardan los editores.
Pero en esa entidad es donde se descubrieron los hallazgos macabros de las primeras narcofosas, también fue en esa entidad en la que se dieron los primeros abandonos de poblados completos que quedaron desiertos, ante la fuerza de la violencia.
Es pionera también en enfrentamientos entre dos de los principales grupos delincuenciales y guarda el triste honor de haber sido escenario del crimen del candidato a gobernador mejor posicionado y de varios de sus colaboradores.
Tamaulipas sigue siendo uno de los estados más asediados por la delincuencia, donde los programas federales y estatales han mostrado su inconsistencia y total fracaso.
Las fuerzas armadas y las corporaciones policíacas son burladas una y otra vez y como prueba de ello, ayer mismo en una persecución infructuosa, un vehículo del Ejército (de los conocidos como rinoceronte) quedó volcado frente a las instalaciones del gobierno estatal, al fracasar en la persecución de delincuentes.
El gobierno de Egidio Torre Cantú es un completo fracaso en la materia de seguridad, dejando toda la responsabilidad a las autoridades federales y lavándose las manos en esa materia.
Torre Cantú tampoco logra consolidarse en otros aspectos, ya que se mantiene con mucho recelo hacia todo y todos, especialmente con aquellos que colaboraron en la anterior administración.
MÁS ENCUESTAS
La veda electoral y la cercanía del inicio del tiempo formal de campañas políticas derivó en una fiebre de “encuestitis”, donde varias de las principales casas encuestadoras dieron a conocer nuevas cifras.
La realidad es que casi todas son similares a las ya publicadas, donde se mantiene al priísta Enrique Peña Nieto a la cabeza de todos.
Según Gea-Isa, la ventaja del priísta sobre la panista Vázquez Mota es de 13 puntos y 19 sobre el perredista López Obrador, con un 29 por ciento de indefinidos, lo que llama la atención.
Parametría da cifras de 47 a 31 entre Peña Nieto y Vázquez Mota y López Obrador, relegado al tercer sitio, con 21 por ciento. Las cifras continuarán aflorando y habrá quienes las tomen en cuenta y los que las desechen como referencia.