La Constitución de Cádiz
Luis Muñoz lunes 19, Mar 2012Segunda vuelta
Luis Muñoz
Este lunes (19 de marzo), el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta Naranjo, asistirá a la ceremonia en la que se conmemorará el bicentenario de la Constitución de Cádiz, la primera Carta Magna liberal de Europa, en un acto solemne encabezado por los reyes de España.
La Constitución de Cádiz es la primera piedra que se puso de una evolución constitucional que ha devenido en las que hoy tenemos en el mundo; es la madre de las constituciones de América Latina, pilar de las constituciones modernas, de la división de poderes y derechos de los ciudadanos, dijo el legislador perredista.
La Constitución española de 1812, conocida popularmente como La Pepa, fue promulgada el día de San José (de ahí su sobrenombre) por las Cortes Generales de España el 19 de marzo de 1812 en Cádiz.
Oficialmente estuvo en vigencia dos años, desde su promulgación hasta el 19 de marzo de 1814, con la vuelta a España de Fernando VII. Posteriormente, durante el Trienio Liberal (1820-1823), así como durante un breve período en 1836-1837, bajo el gobierno progresista que preparaba la Constitución de 1837.
Sin embargo, apenas si entró en vigor de facto, puesto que en su período de gestación buena parte de España se encontraba en manos del gobierno pro-francés de José I de España (hermano de Napoleón Bonaparte), el resto en mano de juntas interinas más preocupadas en organizar su oposición a José I, y el resto de los territorios de la corona española (los virreinatos) se hallaban en un estado de confusión y vacío de poder causado por la invasión napoleónica.
La Constitución establecía el sufragio universal masculino indirecto, la soberanía nacional, la monarquía constitucional, la separación de poderes, la libertad de imprenta, acordaba el reparto de tierras y la libertad de industria, entre otras cosas.
Constituida la asamblea de las Cortes, primero en la isla de León, un poco después en Cádiz, los representantes proclamaron el principio de la soberanía nacional dando principio a la labor legislativa que transformaría a España y sus colonias. De manera novedosa, las Cortes de Cádiz se integraron con diputados de la metrópoli y sus colonias. El total de representantes fue de 303, de los cuales, 37 eran americanos (7 del Virreinato de México, 2 de la Capitanía General de Guatemala, 1 de la Isla de Santo Domingo, 2 por Cuba, 1 por Puerto Rico, 2 de Filipinas, 5 del Virreinato de Lima, 2 de la Capitanía General de Chile, 3 por el Virreinato de Buenos Aires, 3 por Santa Fé, y 2 por la Capitanía General de Caracas).
Del total de 37 diputados presidentes, 10 de ellos fueron americanos. La Comisión nombrada para hacer el proyecto de Constitución se conformó con 9 peninsulares y 5 americanos, fue presidida por don Diego Muñoz Torrero (sacerdote, catedrático y político español, quien como diputado se enfrentó a la Inquisición y fue uno de los máximos defensores de la libertad de imprenta).
Los diputados americanos enaltecidos por la deferencia y buen trato de las Cortes gaditanas, correspondieron dignamente a los honores con que fueron obsequiados y esto se relaciona admirablemente con toda la labor de la representación americana que tomó parte activa en todas las deliberaciones de la Cámara, brillando por su ilustración, su competencia y su actividad.
La obra más relevante de las Cortes de Cádiz, fue la Constitución de 1812, jurada el 19 de marzo del mismo año bajo el título de Constitución Política de la Monarquía Española. El documento constitucional se divide en diez títulos y 384 artículos con las ideas liberales predominantes, en ese sentido, consigna el principio de la soberanía nacional; limita la monarquía hereditaria; reconoce al catolicismo como religión oficial; establece la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); instaura los derechos y deberes de los ciudadanos; en resumen, la Constitución presenta las bases para el establecimiento de un estado burgués.
La Constitución gaditana (de Cádiz) define a la nación española como “la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios” y por ende, reconoce como españoles a todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas, a los hijos de éstos, igualmente a los extranjeros que hayan obtenido de las Cortes carta de naturaleza, además, todos los que tuvieran diez años de vecindad, ganada según la ley en cualquier pueblo de la Monarquía, y los libertos (en referencia a los esclavos) desde que adquirieran la libertad en las Españas. Ahí estará, pues, en esta importante ceremonia, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta Naranjo, quien entregará al rey Juan Carlos de España de un obsequio de parte del Congreso de nuestro país: una réplica exacta del tintero con el que se firmaban los decretos legislativos en México y que está en el lugar más alto de la mesa donde se conducen las sesiones en San Lázaro.