El 88, Bartlett y Cárdenas
Roberto Vizcaíno viernes 9, Mar 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El poblano soltó las riendas al PARM, PPS y PFCRN para que Cárdenas fuese su candidato
- También fue el ejecutor de la “Caída del Sistema”, que llevó a Salinas a Los Pinos
- La Suprema Corte tiene contra la pared a García Luna y a Calderón
Prácticamente todos los politólogos y analistas consideran a Cuautémoc Cárdenas como el padre de la democratización de México.
En los hechos lo es, como consecuencia de su cuestionada actuación luego del controvertido proceso electoral de 1988 del cual surgió finalmente como Presidente de México, Carlos Salinas.
Se dice fácil. Pero detrás de eso hay un mar de historias que comienzan con la formación de la Corriente Democrática en el PRI que dirigía el hidalguense Adolfo Lugo Verduzco, dentro de la presidencia de Miguel de la Madrid.
La expulsión entonces del PRI de quienes formaron parte de aquel movimiento con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, quien era seguido por Porfirio Muñoz Ledo y quizá unos 300 militantes distinguidos más del tricolor, fue considerado un acto autoritario y un grave error del entonces presidente de la República.
Después de eso siguió la postulación de Cárdenas a la Presidencia de la República por el PARM, PPS y PFCRN que junto con otras fuerzas y agrupaciones formaron el Frente Democrático Nacional.
No sé de nadie que se haya detenido a explicar por qué pasó esto. De por qué estos tres partidos, que eran satélites del PRI y que eran pagados y dirigidos por los gobiernos en turno a través de la Secretaría de Gobernación, postularon a Cárdenas, un disidente que retó verdaderamente al poder casi absoluto del Presidente de la República.
Ciertamente Cárdenas, por ser hijo del general, era intocable. Pero eso no le garantizaba que el PARM, PPS y PFCRN lo apoyaran.
En el crudo y llano juego del poder, estos tres partidos eran “propiedad” del PRI y del gobierno. Fueron, hasta ese momento, la justificación que tenían el Revolucionario Institucional y el gobierno para que dentro y fuera de México se dijera que en este país había democracia. Eran parte de lo que Vargas Llosa calificó atinadamente “La Dictadura Perfecta”.
Pero, insisto, ¿por qué si eran instrumentos del poder y del PRI se fueron a postular a Cárdenas como su candidato a la Presidencia?
Sólo hay una explicación: porque lo permitió y quizá alentó Manuel Bartlett Díaz, entonces secretario de Gobernación.
Y eso lo hizo Bartlett porque Miguel de la Madrid no lo hizo a él, sino a Carlos Salinas, el candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Fue una reacción del poblano.
Gracias a eso la candidatura de Cárdenas puso contra la pared al Sistema Político Mexicano y por poco logra darle la vuelta con un triunfo que nadie pensaba podría darse.
Hoy mismo no pocos son los que creen que el hijo del general ganó en las elecciones de 1988.
Y sí, efectivamente Bartlett fue también el ejecutor de la “Caída del Sistema” que le dio el triunfo a Carlos Salinas y no a Cárdenas. Eso también es explicable. En ese momento Cárdenas era intocable, pero él no. En ese momento Bartlett era muy vulnerable por lo que había dejado de hacer, es decir por no mantener bajo control al PARM, PPS y PFCRN.
De ahí que quizá la democratización de México no sólo sea hija de Cárdenas, sino también le deba algo a Bartlett.
Por eso hoy no es extraño que se le haya postulado para una candidatura al Senado por el PRD.
Quizá algunos como ese pequeño senador de nombre Carlos Navarrete no estén enterados de este antecedente, pero quienes son sus dueños sí lo saben. Obviamente Cárdenas lo sabe.
Esa también es la razón por la que en algunos eventos se les ve juntos a Bartlett y Cárdenas.
MUY NERVIOSOS
El adelanto del proyecto del magistrado Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, que es un claro mensaje de la pronta liberación de la francesa Florence Cassez, provocó el pánico del presidente Felipe Calderón y el resto de su equipo, especialmente del titular de Seguridad Pública Genaro García Luna.
Como lo dimos a conocer ayer en este mismo espacio, el proyecto del magistrado es sobre todo un acto de repudio público desde el máximo tribunal de justicia de México a lo que hicieron García Luna y Calderón.
Uno por montar un espectáculo televisivo para engañar a los mexicanos y al resto del mundo, en el que simuló la captura de secuestradores y la liberación de sus rehenes, para a través de ello mostrar una eficiencia policíaca que nunca existió.
Al hacer esto, García Luna no sólo violó derechos humanos y procesales de la joven francesa, sino que alteró la escena del crimen y manipuló hechos para convertirla a través de la televisión en culpable de esos secuestros.
La influencia del ex director de la AFI y posterior titular de Seguridad Pública, avalada por el presidente de la República Felipe Calderón, que hizo de este caso no sólo suyo sino un arma de promoción personal, llevó a jueces y tribunales a tomar como cierta su farsa televisiva, y lograr primero una sentencia de casi 100 años para Florence y luego dejarla en 60.
No pocos medios mexicanos, “alentados” desde ese poder, defendieron y siguen defendiendo las versiones y posiciones de García Luna y Calderón en este caso, para hacerse ahora eco del pánico que el anuncio de la Suprema Corte ha desatado en lo más alto de este gobierno.
Gobernación, es decir, la voz y el instrumento de operación política de Calderón, indicó que el gobierno respetaría la decisión de la Suprema Corte de Justicia si esta decide dictar la libertad de Cassez, pero que ojalá los ministros no lo hicieran.
Uno se pregunta: ¿tendría otra opción el gobierno ante una resolución de la Suprema Corte si estas son inapelables? ¿Podría Calderón no acatarla?
La PGR, el instrumento judicial utilizado por Calderón para actuar contra sus opositores, señaló que sería una barbaridad que la Suprema Corte dejara en libertad a la francesa.
Otras voces afines al gobierno expresaron ideas similares. No es más que una reacción de Calderón a lo que puede venir después para él y García Luna.
Y es que mucho se ha dicho que en Francia podría abrírsele un juicio penal a García Luna por este caso. El fallo de la Suprema Corte como ha quedado expuesto por el ministro Zaldívar Lelo de Larrea, dejaría a García Luna como el responsable directo del montaje y el posterior juicio penal con una sentencia de 60 años contra Florence, realizado con base en ese montaje.
Si algo deja en claro el proyecto del magistrado, es que el juicio y la sentencia contra Cassez se ajustaron al montaje, no al revés.
Hoy podría pensarse que este caso también podría exponer a un juicio penal al propio Presidente Calderón, porque él hizo juicios de valor en contra de Florence que rebasaron su propia investidura para convertirse en agente del ministerio público.
Es más, Calderón llevó al extremo la defensa del argumento de García Luna, que estuvo a punto de provocar la ruptura de relaciones de México con Francia.
Si hay un indicio más claro de por dónde vendrá la decisión de la Suprema Corte de Justicia en este caso, bastaría con ver el documento de 145 páginas que contiene el proyecto completo del ministro Zaldívar Lelo de Larrea, y que él mismo subió a internet, para hacerlo del conocimiento público y que privilegia la narración de los programas de televisión donde se implica a Florence como presunta secuestradora.
El primer golpe contra Calderón y García Luna está dado. Los hechos indican que Florence saldrá libre. Sería muy difícil que lo expuesto por el ministro encargado de presentar el proyecto vaya a ser desechado por los otros miembros de la Suprema Corte. Su explicación es tan contundente, que ni los más duros defensores de García Luna pueden seguir apoyando al jefe policiaco.
Hoy, gracias a la notoriedad y trascendencia de este caso, seguramente que convertirá a la transmisión de la sesión de la Suprema Corte de Justicia del próximo miércoles 21 de marzo, en uno de los programas más vistos en México y otras partes del mundo, sin duda Francia.
Ese día los ministros revisarán todo el caso y dictarán su fallo.