Legalización
¬ Augusto Corro lunes 27, Feb 2012Punto por punto
Augusto Corro
¿Legalizar las drogas? La pregunta se plantea cada vez con mayor insistencia en el mundo real. En Estados Unidos, las autoridades rechazan cualquier intento de legalización; pero en varios estados se permite el consumo de estupefacientes amparados en razones médicas y terapéuticas.
Siempre ha existido el debate sobre la permisividad del uso de las drogas prohibidas, pero debido al costo político que implicaría su aprobación nadie quiere responsabilizarse.
En México, quizá el consumo de drogas no signifique un problema mayúsculo en el consumo, pero sí tiene repercusiones exageradamente dañinas por la producción y su trasiego en nuestro territorio.
La competencia por poner la mercancía (coca, opio, mariguana, drogas sintéticas) en el mercado ha provocado más de 60 mil muertos, debido a las pugnas entre cárteles del narco, incluida la guerra fallida de Calderón contra el crimen organizado.
El tejido social se encuentra roto. Los resultados: miles de viudas y huérfanos. En las prisiones, las matanzas de seres humanos se repiten, sin ninguna posibilidad de frenarlas.
Sin embargo, esos males apocalípticos no son suficientes para que las autoridades mexicanas busquen nuevas estrategias en su lucha contra la delincuencia organizada.
En primer lugar, los responsables de lucha contra las drogas deben preguntarse: ¿Con lo que hacemos, hay posibilidades de vencer a la narcodelincuencia y terminar con el baño de sangre que, como se ve, no tiene fin? ¿Qué otras medidas podrían aplicarse para debilitar las acciones violentas de los cárteles de las drogas?
Desde luego, a Estados Unidos no le interesa lo que ocurre en México relacionado con la producción y la exportación de estupefacientes. ¿Cómo se puede estar ciego ante la ola de violencia y muertes que ocurren al sur de su frontera?
Al contrario, con sus actitudes mercenarias, permite el contrabando de armas, oficialmente o a veces a trasmano, para aumentar el poder bélico de los cárteles de la droga. Un ejemplo: el operativo fallido “Rápido y Furioso”.
También es importante señalar que en el vecino país, según una información del diario “Reforma”, “en Estados Unidos se lavan 85 mil millones de dólares en ganancias ilícitas del narcotráfico”.
¿A alguien le interesa legalizar el uso de las drogas? En México los pretextos son múltiples porque el gobierno federal se inclina por una estrategia que no brinda resultados. Por una lado, anuncia, día y noche sobre la captura de decenas de narcos; y por otro lado, estos delincuentes se fugan de las cárceles.
Legalizar el consumo de las drogas traería como beneficios inmediatos la disminución de muertes; pero mientras el narcotráfico continúe como un negocio exageradamente fructífero y en expansión, su vida será larga.
La legalización de las drogas no deja de ser una quimera.
MÁS PLURINOMINALES
En el seno del Partido Acción Nacional (PAN) se eligieron a los senadores por la vía plurinominal. Es decir, aquellos que no tendrán que realizar campañas políticas para obtener un escaño en el Senado. Son los que van seguros y sin contratiempos a conseguir el codiciado fuero político, entre otras cosas.
Se trata de acciones propias de la partidocracia mexicana en las que poco o nada tienen qué decir o sugerir los militantes partidistas. Se trata de imposiciones acordadas en la cúpula partidista. En la mayoría de los casos, representan un premio de consolación para los derrotados en las justas internas de las organizaciones políticas.
Así por ejemplo, en el partido azul, en la lista de aspirantes plurinominales se encuentra Ernesto Cordero, el ex aspirante panista vapuleado en la contienda electoral por Josefina Vázquez Mota, su enemiga política. El ex secretario de Hacienda era el favorito de Calderón para las elecciones presidenciales.
Cordero no pudo elevar vuelo, a pesar de tener todo el apoyo de su jefe. Terminará en el Senado. Lo mismo le ocurrió a Santiago Creel cuando perdió frente al michoacano. Las otras posiciones en el Senado corresponden a gente cercana a Josefina Vázquez Mota, entre otras Roberto Gil Zuarth, coordinador de campaña de la mexiquense.
También en la lista aparecen los nombres de políticos desgastados como el de Luis Felipe Bravo Mena, ex candidato panista a la gubernatura del Estado de México; y César Nava, el nuevo rico de Acción Nacional.
Quizá, el único con méritos suficientes para llegar el Senado es el guanajuatense José Angel Córdova Villalobos. Se recordará que este panista fue ex secretario de Salud cuando aquella amenaza de la gripe AH1N1 y que logró superar el problema, con puntos a su favor.
En Guanajuato, Córdova Villalobos participó en la eliminatoria para la candidatura a la gubernatura y perdió. En esa entidad “El Yunque”, encabezado por el mandatario estatal, Juan Manuel Oliva Ramírez, se encargó de obstaculizar al ex funcionario federal.
Sin duda, un aspirante azul con méritos propios y suficientes para obtener un lugar en el Senado. No se puede decir lo mismo de la hermana de Calderón, Luisa María o de Mariana Gómez del Campo. Allá ellos.
El IFE
¿Qué dirán las autoridades electorales sobre la actuación de Calderón en la contienda? Desde luego no deberán permanecer calladas, por muchas razones, entre ellas, permitir que el Ejecutivo federal se entrometa en algo transcendental para la vida política del país.
Resulta que en plena veda electoral, el espacio entre precampañas y campañas, Calderón violenta el silencio legal para manifestar que Josefina Vázquez Mota se encuentra a cuatro puntos de Enrique Peña Nieto, según una encuesta sobre la intención del voto de los precandidatos presidenciales.
Esa injerencia de Calderón es una verdadera provocación que amenaza con desestabilizar una contienda electoral de por sí llena de conflictos. El michoacano no quiere entender que hace mucho daño a la democracia (¿) la ofensiva abusiva que hace desde el poder para evitar que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) recupere el poder presidencial.
Los tribunales tendrán que contestar con oportunidad lo que piensan sobre las declaraciones de Calderón en temporada de veda electoral que provocaron una cascada de críticas, que no terminan, contra el panista.