Las sequías
¬ Claudia Rodríguez viernes 24, Feb 2012Acta Pública
Claudia Rodríguez
No es moda, es más bien un tema imperativo de abordar y sobre el que hay que actuar. Los efectos del calentamiento excesivo del planeta es algo que debe atajarse más allá de lo que los organismos internacionales logran.
Científicos de la revista Science han tomado como modelo a la civilización maya, que floreció en el sureste de nuestro México y en parte de otros países de Centroamérica durante casi cuatro siglos. Sabemos que los mayas, como hoy en muchos lugares del mundo, erigieron ciudades de un desarrollo impresionante, donde las artes y la ciencia evolucionaron de una manera útil y perdurable. Pero con todo y el progreso maya, la civilización al final feneció.
Es así que al buscar la ruta del declive maya, con el planteamiento de esquivarlo, en caso de que se presente en esta civilización, los científicos descubrieron que una fase de sequías extremas e importantes elevaciones de temperatura, fueron los factores primordiales para la migración de la sociedad maya a latitudes más al norte, y en consecuencia la desintegración de esa civilización y su decadencia.
Con la falta de precipitaciones, la extremada sequía y la escasez de cultivos, vino primero para los mayas la hambruna y la consecuente migración en busca de alimentos.
Los especialistas anotan que esta situación puede repetirse en varios lugares del mundo, ya que “lo que parece una pequeña reducción en la disponibilidad de agua puede dar lugar a importantes problemas de larga duración”.
Sin embargo, lo cierto es que con todo y la conciencia que podemos tener los humanos en colectivo, aún no hemos hecho nada efectivo y el tiempo se acaba. Si no es que ya se acabó en términos de tiempo geológico.
Todavía hay quienes creen que el recurso natural del agua es infinito o que todos los suelos son cultivables, que la tecnología y la digitalización de las comunicaciones es la panacea del desarrollo. Pero las verdades de todo esto son incómodas.
De seguir en la etapa de la concientización, sin la acción, nuestros hijos o nuestros nietos padecerán en no más de medio siglo, guerras terribles no por las drogas, los dogmas o las ideologías, sino por comida y agua. Se requiere un vuelco casi total en la proyección mundial.
¿Quién es y dónde está el líder que logre una nueva política a nivel global, más allá de los intereses particulares de cada nación o cada consorcio industrial?
El tiempo para toda acción también es finito y en materia de sequías y calentamiento global, la manecilla está ya muy cerca del último minuto. Pero en México nos damos el lujo estúpido de invertir recursos, tiempo y trabajo en cuidarles la boca durante unos días, a los candidatos a un puesto de elección popular.
Acta Divina… En septiembre del año pasado ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente Felipe Calderón advirtió entre otros temas, que “el mejor camino para combatir el cambio climático, es romper con el falso dilema de que tenemos que optar entre el crecimiento económico o el combate al cambio climático”.