Estrategia priísta
Ramón Zurita Sahagún jueves 23, Feb 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La estrategia diseñada por el priísmo para recuperar la Presidencia de la República se finca en presentar aspirantes al Congreso de la Unión y a los demás cargos de elección popular que cimenten la presencia de un sólido aspirante presidencial.
Es cierto que Enrique Peña Nieto resultó ser la figura carismática añorada por los priístas desde hace varios lustros y su presencia supera a la de los abanderados presentados por los otros partidos, pero debe venir arropado por candidatos que no generen tanta controversia.
Hasta el momento, la figura del precandidato presidencial se mantiene a la cabeza de las preferencias electorales y se presume que seguirá así hasta el inicio de las campañas formales.
Sin embargo, entre los altos dirigentes priístas comienzan a surgir dudas sobre las postulaciones que se están haciendo, tanto para el Legislativo federal como para los gobiernos de las siete entidades que elegirán a sus nuevas autoridades el mismo 1 de julio.
Las dudas se cifran en que las candidaturas a los gobiernos estatales no han sido todo lo tersas que se esperaban y que las definiciones provocan lastimaduras entre los que han quedado relegados de las contiendas estatales.
Tales son los casos del Distrito Federal, Chiapas, Tabasco y Morelos, entidades en las que existe un gran descontento, por las decisiones tomadas para la nominación de sus candidatos a esos gobiernos. En el Distrito Federal, la nominación de Beatriz Paredes Rangel enfrenta la oposición de Cuauhtémoc Gutiérrez, el llamado “rey de la basura”, quien domina la escasa estructura con que cuenta este partido en la capital del país.
Pero no es solamente eso, ya que otros personajes alejados de Cuauhtémoc manifiestan su descontento por considerar que la Tlaxcala no es muy afecta al trabajo de campaña y dan como referencia lo sucedido hace seis años, cuando la ex presidenta del PRI se sentó en un cómodo sillón a esperar que le llegaran los votos que atrae su figura y su fama. Paredes Rangel aceptó el reto de competir nuevamente, con el respaldo de unas encuestas que la situaban al parejo de los principales prospectos perredistas, pero que hoy la mantienen distante del primer lugar y más cercano al tercero.
El Distrito Federal es una entidad en la que el PRI no podrá realizar el milagro de volver a gobernar, cuando menos por un sexenio más.
Chiapas mantiene una amplia división entre los priístas que advierten como su partido entregará la candidatura a un personaje ajeno a la militancia en el tricolor. María Elena Orantes fue la primera que se hizo de lado y prefirió aceptar la oferta de competir por el gobierno estatal con el respaldo de los partidos de izquierda.
Al igual que ella, otros destacados priístas manifiestan su rechazo a la inminente candidatura del senador verde, Manuel Velasco Coello, quien, se dice, competirá como parte de la compensación de espacios cedidos que el PRI entregará al Partido Verde, con quien estableció alianza en la búsqueda de la Presidencia de la República.
El rompimiento es inminente y la posibilidad de que Chiapas sea gobernado nuevamente por un ex priísta, por tercer sexenio consecutivo, crece. Morelos y Tabasco son dos entidades en que los priístas confiaban recuperar y retener los gobiernos, respectivamente, pero que la situación tiende a complicarse.
En el primero de esos estados, es manifiesto el descontento con el partido gobernante (PAN), tras dos administraciones fallidas, por lo que la gente estaba preparada para el regreso del partido tricolor.
La nominación de Amado Orihuela no gustó del todo y menos que el principal desplazado, Manuel Martínez Garrigós, fue sembrado como dirigente estatal del partido y primero en la lista plurinominal de candidatos a diputados locales.
El ex alcalde de Cuernavaca mantuvo su rechazo a lo que consideró una imposición de su partido y buscó otros horizontes, con sus seguidores dispuestos a seguirlo, hasta que fue convencido de quedarse en el partido. Ahora, el PRI aparece segundo en las encuestas y tendrá que remar contracorriente para convencer al electorado de que se encuentran unidos y que van juntos a la elección del 1 de julio.
Tabasco vive una situación similar, aunque la ventaja en esta entidad es que el PRI es gobierno.
La nominación de Jesús Alí de la Torre todavía no es asimilada y mucho menos cuando trasciende que la decisión de nombrar al candidato partió de dos personajes ahora aliados, el candidato al Senado de la República, Humberto Mayans Canabal y el consejero jurídico del PRI, Benito Neme Sastré, los que le cerraron el camino a Luis Felipe Graham, mejor posicionado en las encuestas.
Como si eso fuese poco, en Guanajuato crece la inconformidad entre los priístas, por la eventual candidatura de Juan Ignacio Torres Landa, quien hace 12 años perdió contra Juan Carlos Romero Hicks. Los seguidores del senador Francisco Arroyo hacen sentir su malestar.
MEXICANA
Mexicana de Aviación tiene listos otros prospectos de compradores, encabezados por Eduardo Ávila, presidente del Consejo de Administración del Grupo Unión Swiss, los que aseguran contar con 250 millones de dólares para capitalizar la empresa.
El presidente del consejo informa que su empresa ha cumplido con los requisitos de capacidad técnica, operativa, financiera y el cumplimiento de las disposiciones legales.
Ante el juez Felipe Consuelo Soto se han presentado todas las pruebas que muestran la disponibilidad, existencia y origen del dinero, avaladas por expertos financieros y jurídicos.
El representante del Grupo Swiss asegura que Mexicana estaría volando en un lapso de 90 a 120 días. Quien se perfila fuertemente como director general de Mexicana de Aviación es Fausto Alzati Araiza, ex secretario de Educación con el presidente Zedillo, director de Conacyt, director general de la Aseguradora Hidalgo, entre otros cargos.