El juez Garzón
¬ Augusto Corro miércoles 22, Feb 2012Punto por punto
Augusto Corro
Se terminó la carrera judicial del juez Baltasar Garzón, aquel español que se atrevió, entre otras cosas, a llevar al banquillo de los acusados a Augusto Pinochet, el sátrapa chileno.
La justicia española se encuentra de capa caída, pues el más representativo de los jueces por su honestidad a toda prueba, fue inhabilitado durante once años y expulsado de la carrera judicial. Ese hecho deleznable mostró a la España despótica, sometida y despreciada por la cúpula del poder que a aún padece la influencia franquista.
Esta vez, la excusa para enjuiciar y condenar al ostracismo a Garzón fue la autorización de este juez para intervenir en las conversaciones que mantuvieron los cabecillas de una banda que participó en la trama “Gurtel”.
Delincuentes reconocidos por su militancia en el Partido Popular, en el poder. La investigación contra la banda de “Gurtel” fue el pretexto para acusar al magistrado del delito de prevaricación, “que cometen los funcionarios públicos al faltar, a sabiendas o por ignorancia inexcusable, a las obligaciones y deberes de su cargo”.
Sin embargo, esa sentencia oficial que tanto honró a la justicia española, no fue más que una venganza disfrazada contra Garzón, que estaba empeñado en enjuiciar a Francisco Franco, ese dictador de opereta que mató a miles de españoles.
La guerra civil española es una parte oprobiosa de la historia de la humanidad.
Los derechos humanos fueron pisoteados sin consideración alguna: Torturas, desapariciones forzadas, asesinatos y todas las atrocidades inimaginables se conocieron en el mandato sangriento de Francisco Franco.
En los últimos días de la presencia de Garzón ante sus juzgadores, estos tuvieron que escuchar la verdad cruda y sangrienta de las acciones franquistas contra todos aquellos que se oponían a la dictadura.
En España los franquistas sobrevivientes han intentado sepultar los crímenes del franquismo; jugar porque el tiempo se encargue de desaparecerlos. No se podrá lograr tal propósito, porque siempre habrá alguna persona con los suficientes arrestos para investigar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la época del dictador Franco. La intención de juzgar al dictador mencionado fue el motivo real para que el Tribunal Supremo Español acabara con la carrera en el Poder Judicial de uno de los jueces más congruentes con la labor que desempeñaba, en la noble causa de impartir justicia.
Desde luego, en España se extrañará a Garzón, que actuaba como un moderno “quijote” empeñado en “desfacer entuertos” hasta que los intereses mezquinos se lo impidieron.
TRES EJES
En sus discursos el licenciado Calderón trata el tema del combate al crimen organizado una y otra vez hasta el cansancio.
En los lugares donde se para, lo primero que hace es sacar a colación los motivos de su lucha contra los narcotraficantes, aunque nada nuevo aporta en sus discursos.
Supongo que nadie en su sano juicio se opone a la guerra contra los cárteles de la droga; quienes la impugnan es porque no aprueban la estrategia de Calderón que no rinde resultados positivos.
¿Más de 50 mil muertos no nos dicen que algo falla en la guerra mencionada?
Y de las repercusiones ni hablar; pero Calderón está empecinado en hacer valer sus decisiones y opiniones.
Por ejemplo, en Sinaloa el mandatario se refirió a los tres ejes de la estrategia de seguridad: “El primer eje es, obviamente, combatir a los criminales, un eje además de obvio, obligatorio”. El segundo consiste en depurar a las instituciones y el tercero en reconstruir el tejido social.
Analicemos uno por uno los ejes: el primero trata de la lucha contra los delincuentes. Qué bueno que se realice, aunque desde un principio, Calderón no informó si sus acciones bélicas habían sido consultadas a sus gobernados.
Entró su sexenio y con él una escalada contra la delincuencia organizada, que en el presente es considerada como una guerra fallida.
Calderón se lanzó a combatir sin las armas necesarias para ganar.
El asunto de depurar las instituciones también ha sido un fracaso. Las policías de los tres niveles: municipal, estatal y federal no han podido demostrar que son capaces de derrotar a los narcotraficantes. La fuerza pública ha sido infiltrada por el narco. No se ha logrado la creación de una policía con mando único.
La reconstrucción del tejido social también cae en el terreno de los sueños. Sin medidas preventivas y con programas sin sentido, el gobierno federal busca reconstruir el tejido social en el que se encuentran los afectados por los asesinatos y desapariciones de sus seres queridos que suman miles. Claro, están incluidos los huérfanos y las viudas.
Calderón sigue posesionado de su verdad en la que pocos creen. Además, se tiene la impresión de que ya nadie lo ayuda a elaborar sus piezas discursivas.
PUNTOS SUSPENSIVOS… Estados Unidos y México acordaron explotar de manera conjunta yacimientos de hidrocarburos transfronterizos del Golfo de México, donde se encuentran reservas de importancia para ambos países.
El Senado mexicano tendrá que ratificar ese convenio, que como todos aquellos acuerdos con el vecino país, siempre surge la duda sobre quién resultará beneficiado.
México siempre ha perdido… El tema del día lo constituye la masacre en el penal de Apodaca, Nuevo León. Como informamos, 44 reos perecieron y 30 zetas se fugaron.
Lo anterior reconfirmó que en los penales mexicanos existe una crisis total. Basta con ver la lista interminable de tragedias registradas en las cárceles. El alto comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos pidió al gobierno mexicano una investigación para aclarar lo ocurrido en Apodaca… Cabe hacer notar que la ola de violencia no termina en Monterrey, cada día son más las víctimas de la delincuencia.
Ayer se manejó la noticia de que cinco taxistas de sitio fueron asesinados a balazos, en la colonia Ciudad Solidaridad, uno de los lugares de mayor pobreza en la capital neolonesa.