Lo cuántico en política
¬ Claudia Rodríguez jueves 16, Feb 2012Acta Pública
Claudia Rodríguez
Sé que tan sólo con leer el título de la presente colaboración, pensarán todos mis lectores que he perdido el juicio. Pero les aseguro que se sorprenderán de cuán medible es el futuro de las sociedades si la observamos a través de la mecánica cuántica y cada uno de los escenarios que a partir de ésta se delineen.
El fin de semana tuve la oportunidad -de esas que sólo da el cambiador del televisor- de reparar en un programa que detallaba cómo la física cuántica puede medir y proyectar la vida de los hombres y las sociedades. Contrariamente a lo que pensamos de que en la individualidad el pasado ya no debe permanecer en nuestros próximos proyectos, para la física cuántica que mide el comportamiento humano, esto es determinante para la vida del individuo y de la misma sociedad donde éste se desenvuelva.
Para mí, la explicación central de aquella idea todavía me resulta un tanto extraña. La explicación es que cada movimiento y escenario de nuestro pasado aún está ahí. La explicación científica que se daba para que la entendiera cualquier mortal sin especialidad alguna, es que si vamos contando en números ascendentes, cuando después del número 12, decimos el 13, es ilógico pensar que sólo por eso, el número o números anteriores desaparecieron.
Una vez, que he tratado de asentar el marco teórico y conceptual de la mecánica cuántica en las sociedades, trataré de explicar cómo entonces incide en nuestra política.
La mecánica cuántica demuestra que las sociedades de un lugar en particular no están separadas del resto del mundo. Por el contrario.
Al realizar la proyección filosófica de la mecánica cuántica -tanto en lo individual como en las sociedades-, se afirma que no sólo influimos en nuestra realidad, sino que incluso, la creamos. Es decir, materializamos lo que elegimos medir y a la vez, intervenimos en la ruta de vida de ese objeto o individuo que observamos y que incluso, muchas veces evaluamos.
Todo esto demuestra, en primer lugar: Que para el caso de cada uno de los aspirantes a la Presidencia de la República, su pasado cuenta y no se puede borrar en sus aspiraciones futuras. La ruta trazada consciente o inconscientemente y con el aporte del pasado y presente de otros individuos, construye ya, la parada siguiente en la ruta de su destino.
En segundo término, es toral la forma en que la sociedad participante decida actuar para con las fórmulas aspiracionales de esos individuos. Aunque influyen también los apoyos o desencuentros con sus activos más cercanos e incluso, con los que aún en la lejanía, lo observen y lo midan. Queda claro también, que el grado de participación pasada y futura y la decisión del voto de cada uno del cúmulo de electores, cuenta ya para definir al ganador de la Presidencia de México.
Toda esta reflexión espero sirva, para echar abajo el mito añejo -que nos han hecho creer-, de que nuestro voto y la participación ciudadana en lo individual, no cuenta. La física no se equivoca si el objeto observado lo puede medir.
Acta Divina… Para el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés Zurita, el principal reto en los comicios del próximo 1 de julio es que los mexicanos salgan a votar, a pesar de la violencia que impera en algunas entidades del país.