De adopciones
¬ José Antonio López Sosa jueves 9, Feb 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Conocí en Coyoacán a una funcionaria de la Secretaría de Educación Pública y casualmente salió a la plática el tema de la adopción. Fue para mi increíble escuchar su historia y es por eso que quiero compartirla con ustedes.
Angélica es una profesionista soltera con todas las características que una mujer feliz puede tener, un buen día desayunando con sus sobrinos, su hermana irrumpió la escena pidiendo la acompañaran a su trabajo, pues tenía una reunión urgente con su nuevo jefe. Acudieron a una oficina gubernamental donde se reciben a los bebés abandonados en las calles (recién nacidos) ya que ahí trabajaría su hermana desde entonces. En esta oficina se recibían a los bebés, se hacían las averiguaciones previas contra los padres y se ubicaban a los pequeños en los dos albergues que existen en el país. Fue entonces cuando mientras su hermana entró a tan mencionada junta, Angélica -por casualidad- conoció a la directora de la dependencia en un pasillo y al preguntarle lo que se hacía en dicha dependencia, ella explicó detalladamente acerca de este delito y del problema de la adopción en el país.
Entonces llegaron con una pequeña de apenas 13 días de nacida que había sido abandonada a la puerta de una casa en la zona conurbada de la ciudad de México, que padecía neumonía por haber estado a la intemperie en la madrugada, de inmediato la directora giró instrucciones para trasladarla a un hospital e iniciar su tratamiento. Angélica, al ver a la pequeña niña amarilla y ojerosa, de apenas escasos días de vida (aunado a la insistencia de sus sobrinos en que tuviera un bebé, pues era una tía ejemplar) en unos instantes y sin reflexión alguna le dijo a la directora de la dependencia que quería adoptar a la niña, que se explicara el trámite que tenía qué hacer. Fue sorpresivo para todos, ya que ella es soltera.
Después de todo, consiguió la adopción de la niña unas semanas más tarde, continuó con su tratamiento médico por algún tiempo y después de los 6 meses se le dio la patria potestad de la menor y ahora la pequeña tiene 7 años.
A pesar que esta realidad puede sonar novelesca o demasiado cursi, me hizo reflexionar en cuanto al tema de la adopción en nuestro país. ¿Alguien de nosotros estaríamos dispuestos a adoptar un niño?
Alguna vez alguien me planteó adoptar en lugar de procrear, al paso del tiempo, de la reflexión y al escuchar la historia de Angélica y la profunda felicidad que la rodea, creo que es una alternativa que debemos tomar en cuenta (no estoy diciendo que todos lo tengan que hacer o que deba convertirse el algo obligatorio para la sociedad) y si alguien tiene la posibilidad o la intención, piense en ello tomando en cuenta el número de niños abandonados que hay en México. Quizás si tenemos la posibilidad moral y económica, podríamos reflexionar acerca de esto, que es una ayuda humanitaria, y principalmente prueba de amor al prójimo (de la que tanto habla la Biblia y los cristianos, católicos y testigos de Jehová). Ojalá de verdad sea motivo de reflexión.
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