Mal comienzo de Vázquez Mota
¬ Augusto Corro martes 7, Feb 2012Punto por punto
Augusto Corro
En el Partido Acción Nacional ocurrió lo esperado: Josefina Vázquez Mota fue ungida como candidata azul a la presidencia de la República.
La aspirante azul resultó la triunfadora a pesar de que no tenía todo el apoyo ni el visto bueno de Calderón.
La familia presidencial, encabezada por la señora Margarita Zavala, le apostaba a Ernesto Cordero. El cuñado Ignacio Zavala era el principal asesor del ex secretario de Hacienda.
Así pues, luego de una lucha intensa entre los precandidatos panistas, en la que hubo toda clase de irregularidades, Vázquez Mota tendrá que sentarse con todos sus colaboradores para plantear, en serio, su campaña política.
Mostrar algo de su ideario político que ha mantenido oculto. Sólo sabemos que “de ganar la contienda electoral dará continuidad a la estrategia del presidente Felipe Calderón en el combate al crimen organizado”.
En los denominados debates, superficiales hasta la exageración, los precandidatos panistas no dieron a conocer la esencia de sus proyectos, que estimulen al electorado a acudir a las urnas el próximo mes de julio.
De los tres azules que competían por la candidatura presidencial, únicamente Santiago Creel era el que dejaba entrever un cambio en la política calderonista, en caso de llegar al poder. Los otros dos, Josefina y Ernesto, en su actitud zalamera, prometieron continuar con la línea política de Calderón.
Dicha línea representa la lucha contra el crimen organizado que suma más de cincuenta mil muertos en lo que va del presente sexenio. Se trata de una guerra fallida contra la delincuencia organizada que tiene hecho polvo al tejido social.
Es un clamor nacional que termine ese derramamiento de sangre que tiene enlutadas a miles de familias y a sus integrantes: viudas, huérfanos y desaparecidos. ¿Sobre este tema qué dijo Vázquez Mota? Pues que seguirá con la política de Calderón, si el voto la lleva a Los Pinos.
Es decir que la candidata no tendrá manera de lavarle la cara al gobierno en el poder y a su partido. No será tarea fácil pararse ante el electorado para decirle que va más de lo mismo, que continuará el derramamiento de sangre, a todas luces estéril.
Sin embargo, la primera mujer panista que busca la Presidencia de la República dejó entrever que lo principal de su proyecto político es derrotar a los adversarios de otros partidos políticos. No se ve como. Quizá pretende apoyarse en la guerra sucia para obtener el triunfo.
Sabe de antemano que ese no es el camino. Su asesor Antonio Solá, el español-mexicano, que creó aquella frase de que López Obrador era un peligro para México, que tan buenos resultados le proporcionó, tendrá que buscar nuevas tácticas.
El electorado ya no será sorprendido por la guerra sucia de los panistas que apuestan al desprestigio personal.
Si los azules quieren mantenerse en el poder, Vázquez Mota tendrá que empeñarse también en analizar otros problemas gravísimos que enfrenta la sociedad:
+ Más de cincuenta millones de mexicanos viven en la pobreza.
+ Más de tres millones de mexicanos no tienen empleo.
+ Siete millones de jóvenes no asisten a las escuelas superiores y carecen de trabajo (los denominados ninis).
+ Más de diez millones de indígenas se encuentran marginados.
En los dos sexenios panistas la economía de los mexicanos se pulverizó. El dinero no alcanza para nada. No se diga de los salarios de hambre que son una burla total para la clase trabajadora.
Por eso, el discurso de Vázquez Mota, luego de su triunfo, no fue bien recibido por el electorado que busca palabras de aliento, de esperanza, que espera un futuro menos violento, con seguridad, algo que ayude a recuperar el México de paz y justicia en todos los órdenes.
Objetivamente, la diputada con licencia se salió por la tangente cuando se trató de definir su ideario político. Por supuesto, no ha sido fácil, pero sí muy necesario, porque el rechazo a la guerra sucia que también orquesta el gobierno panista, no será determinante para que alcance el triunfo.
Un análisis superficial de la trayectoria política de Vázquez Mota no refleja más que una carrera gris. Así lo hizo notar aquél embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, en un comunicado que envió a sus jefes.
Como secretaria de Desarrollo Social, durante el sexenio de Vicente Fox, esa grisura brotó por todos lados.
Después, como titular de la Secretaría de Educación, su paso fue rápido e intrascendente. Sus pleitos con la dueña del Sindicato de Maestros fueron proverbiales. La cambiaron de ese cargo, para evitar problemas mayores con la señora Elba Esther Gordillo. Posteriormente fue enviada a la Cámara de Diputados, donde su propio adversario político Ernesto Cordero se encargó de decirle que su estancia en San Lázaro en nada ayudó al gobierno calderonista.
La flamante candidata panista no tiene la experiencia de las urnas. Sus cargos en la administración pública fueron por dedazo, incluyendo su presencia en la Cámara como diputada plurinominal.
Los retos que enfrenta México son superiores a los conflictos entre partidos políticos. Si Vázquez Mota prefiere el conflicto político, apoyado en la guerra sucia, su derrota la tiene asegurada.
Como señalamos arriba, la sociedad se encuentra cansada de tantos escándalos que protagonizan los políticos de todos partidos. Los denuestos y las acusaciones atemorizantes son explotados por los hombres del poder. Ya se hizo costumbre que en las temporadas electorales se use a las instituciones para perseguir a los enemigos políticos. Vázquez Mota simpatiza con la guerra de lodo.