La importación de gasolinas
¬ Augusto Corro viernes 3, Feb 2012Punto por punto
Augusto Corro
El incremento mensual de las gasolinas provoca la pregunta obligada: ¿No somos los mexicanos dueños de inmensos campos petroleros?
Sí, pero esa riqueza natural del oro negro no ha sido administrada correctamente y México ha visto incrementada su dependencia de combustibles extranjeros.
Petróleos Mexicanos, por los motivos que sean, está muy lejos de ser la salvación económica del país. En la paraestatal las utilidades, transformadas en carga impositiva, van a parar a la Secretaría de Hacienda.
Esa dependencia se encarga de distribuir los dividendos en diferentes rubros, con la simple y sencilla situación: resolver los problemas prioritarios, muchas de las veces superficiales.
Así los recursos económicos se emplean en paliar las necesidades superficiales sin atender lo importante: la reinversión para mantener la planta productiva en correcto funcionamiento, en sus etapas de extracción de petróleo.
La situación de Pemex difícilmente se entiende. A nadie le ha interesado formalmente la producción de gasolinas. Basta con saber que desde hace muchos años no se instala una refinería en territorio nacional. Por ejemplo, la refinería en Hidalgo, quedó en veremos, después de una lucha intensa por conseguirla. Se adquirieron los terrenos, con una inversión costosa y ahí están en espera de que se concrete el proyecto. Por lo menos ya empezaron a levantar la barda donde estarán las instalaciones de Pemex. Según los expertos, resulta más barato importar gasolinas, que producirlas en México. Estos argumentos parecen ilógicos y reflejan la incapacidad de los gobiernos de darle a Pemex su verdadero valor, en el desarrollo económico de nuestro país.
De la paraestatal tendrían que salir los recursos económicos para sacar de la pobreza a millones de mexicanos; pero eso no ha ocurrido, ni ocurrirá. Somos dueños del petróleo, pero los beneficios que ello acarrea se van por otros caminos: se esfuman.
A todas luces algo anda muy mal en Pemex, porque a además de que somos los propietarios del oro negro, tenemos que pagar el incremento a los combustibles al precio que se le ocurre fijar a las autoridades y a los legisladores.
En fin, por la falta de capacidad de refinación se gastaron más de ciento diez mil millones de dólares para importar gasolinas en el presente sexenio. La dependencia de los combustibles extranjeros se incrementó 98 por ciento. En materia petrolera, ¿vamos bien?
IMPROVISACIÓN
Debería crearse la Secretaría de la Improvisación para coordinar las labores de las demás dependencias oficiales en los casos difíciles para resolver los problemas de terremotos, inundaciones, sequía y emergencias como el hambre y los fríos.
Parte del año pasado y principios del presente, la madre naturaleza castigó sin misericordia a la población mexicana. Las lluvias abundantes en algunas regiones provocaron los desbordamientos de los ríos.
En otros sitios, la falta de agua tiene en condiciones de subsistencia a miles de familias en el campo. El hambre, la sequía y las heladas azotan a grandes comarcas del territorio nacional.
En cuanto se conoce de las penurias de los paisanos, se improvisan las ayudas de la sociedad mexicana. Por todos lados brotan los centros de acopio y la generosidad se hace presente. Ya nos acostumbramos.
Ante una falta de gobierno previsor, la respuesta del pueblo mexicano ante las tragedias es ejemplar. Basta recordar el terremoto que ocurrió en el 85. La respuesta de auxilio también tiene un gran mérito en las inundaciones registradas en el sureste de México.
En los últimos días, los rarámuris han sido muy golpeados por la sequía, el frío y el hambre. ¿Hay algo más horrible que carecer de alimentos y del líquido vital?
En todos los casos mencionados, el embate de la madre naturaleza es incontenible, pero sería menos dañino, si los gobiernos y la propia sociedad se empeñaran en practicar medidas provisionales, serias, a fondo.
El caso de los sitios donde se construyen casas y la gente sabe que tarde o temprano el agua de los ríos desbordados las inundará irremediablemente. ¿Qué hacen las autoridades para contrarrestar el problema? Poco o nada.
En Tabasco el gobierno inepto, ya se acostumbró a anunciar, cada año sobre la cifra de damnificados y punto y aparte. En el centro del país y en el norte, en regiones donde se siembra de temporal, los campesinos se encuentran abandonados a su suerte.
¿Los pronósticos del tiempo sirven para algo? Todo mundo esperaba la temporada de sequía, menos los gobiernos municipales, estatales o federales. ¿Alguien intentó tomar medidas preventivas?
Antier el frustrado político panista, José Luis Luege Tamargo, titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó a la Cámara de Diputados que la sequía en el país se agravará, debido a que el periodo de lluvias se espera inicie en junio. ¿Y? Pues nada que la improvisación toca a la puerta y para contrarrestar el caos, se rehabilitarán y equiparán cerca de 2 mil pozos profundos en 21 entidades, con una inversión de 800 millones de pesos.
Los casos de improvisación son muchísimos, De ahí que la idea de una Secretaría de la Improvisación es excelente, pues con recursos suficientes, hasta lograría la desaparición de dependencias como la Secretaría de Agricultura, la Conagua, Desarrollo Social y otras.
Los gobiernos, incluido el capitalino, se sienten bien cuando anuncian las tragedias y ellos se sienten como los salvadores, porque su lema es: ahogado el niño, tapado el pozo.
Feliz fin de semana (incluyendo a los panistas que tienen una elección importante).