Resquebrajamiento
Ramón Zurita Sahagún lunes 23, Ene 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La semana que recién terminó mostró que al interior del PRI no han asimilado las lecciones del pasado y que el proceso electoral del 1 de julio traerá, todavía, muchas sorpresas.
Fue una semana de pesadilla para el partido tricolor, donde las decisiones verticales a favor de dos candidatos a gobernadores (Tabasco y Morelos) dejaron un agrio sabor de boca, misma acidez que se intensificó con el rompimiento con Nueva Alianza y conocer a los candidatos que presentará al Senado de la República.
Pareciera ser que la dirigencia nacional del PRI está empecinada en tirar por la borda la gran ventaja con que arranca su precandidato presidencial.
La historia del proceso electoral apenas inicia y las alertas surgidas en diversas entidades, son apenas el inicio de una rebelión de la militancia que podría ocasionar descalabros impensables, por el momento. Tabasco es una entidad competida desde hace muchos ayeres, donde el partido tricolor mantiene un empate técnico con el perredismo y que adelanta una elección sumamente reñida.
La designación del candidato a gobernador fue demasiado jaloneada y del candidato mejor posicionado se optó por el segundo mejor situado, basado en una encuesta surgida por arte de magia.
Se intentó dar una solución salomónica, como en Jalisco, pero no fue bien acordada y Luis Felipe Graham Zapata no decide todavía si toma el premio de consolación que fue la candidatura a la alcaldía de Centro (Villahermosa).
Eso sí, sus seguidores se encuentran inconformes y hay brotes de rebelión y hasta de posibles deserciones. Pero no solamente en ese terreno se muestra la inconformidad de los priístas tabasqueños, también sucede con la presunta candidatura de Humberto Mayans Canabal, como primero en la fórmula senatorial, lo que muchos militantes y dirigentes rechazan.
La candidatura de Jesús Alí de la Torre enfrentará en las urnas al maestro y al discípulo, ya que Arturo Núñez Jiménez tuvo durante varios años como su secretario auxiliar, primero y particular después al priísta postulado al gobierno estatal.
Morelos pintó un escenario similar, ya que Manuel Martínez Garrigós surgía como favorito en todas las encuestas para obtener la candidatura priísta al gobierno estatal y fue sacado de la jugada, ya que Amado Orihuela resultó el abanderado del partido tricolor.
La rebelión no se hizo esperar, pero aquí se hizo más profunda, ya que el propio aspirante desplazado es quien la encabeza. Pero Tabasco y Morelos son apenas el inicio de la gran ola de inconformidad que amenaza con ahogar el intento del PRI por reconquistar su supremacía como partido político. Faltan todavía los candidatos que tendrá que nombrar para competir por los gobiernos de Chiapas, Guanajuato y Distrito Federal, aunque los nombres ya están delineados en cada una de esas entidades.
El segundo factor que cimbró al PRI durante la semana recién terminada fue el rompimiento de la coalición establecida con el Partido Nueva Alianza, lo que fue bien recibido entre la militancia, ya que de esa forma se sacuden las cuotas de candidaturas asignadas a ese partido, aunque con ello reducen en un par de puntos porcentuales los votos que podrían recibir el 1 de julio.
El otro aspecto que deja a los priístas con grandes dudas son los primeros nombres que asoman como prospectos para el Senado de la República, donde nuevamente se cometen errores como los de hace seis años que provocaron que los priístas se quedaran sin escaño de consolación en estados tan representativos como México, Veracruz y el Distrito Federal.
Si en aquel entonces ex gobernadores como Jesús Murillo Karam, Hidalgo; Melquiades Morales Flores, Puebla; Fernando Baeza, Chihuahua y Ángel Aguirre Rivero, Guerrero, entre otros, fueran derrotados en las urnas, la historia se presenta similar ahora.
Dentro de sus aspirantes el PRI cuenta con los ex gobernadores René Juárez Cisneros, Guerrero; Félix González Canto, Quintana Roo; Teófilo Torres Corzo, San Luis Potosí; Manuel Cavazos Lerma, Tamaulipas; Patricio Martínez, Chihuahua; Ismael Hernández Deras, Durango y Enrique Burgos, Querétaro.
Cavazos, Patricio, Burgos e Ismael ya fueron senadores en el pasado, sin dejar huella en su paso por el Congreso federal.
Los priístas presentan también una serie de candidatos a gobernadores derrotados: Ricardo Barroso, Baja California Sur; Javier López Zavala, Puebla; Miguel Ángel Chico, Guanajuato; Eviel Pérez Magaña, Oaxaca y Arturo Zamora Jiménez, Jalisco, rechazados en las urnas por la ciudadanía.
Otros como José Yunes Zorrilla, Veracruz, recibe una nueva oportunidad llegar al Senado, luego que hace seis años no alcanzó siquiera el escaño de primera minoría. Los prospectos del PRI se ven débiles y se considera que en poco podrán contribuir a la recaudación de votos para ellos mismos y menos para el candidato presidencial de ese partido.
Hay casos como el de la diputada federal Claudia Ruiz Salinas, hija de José Francisco Ruiz Massieu y Adriana Salinas de Gortari, que es nominada como segunda en la fórmula de Guerrero, siendo que las dos veces que ha sido diputada federal, lo ha sido plurinominal y carece de total arraigo en la entidad que pretende representar.
Candita Gil, quien pretende ir como segunda en la fórmula por Tabasco repite el esquema de presentar un académico, como sucedió hace seis con Jorge Abdó, quien perdió la oportunidad de llegar al Senado de la República. Estos son algunos de los puntos que amenazan con hacer crisis dentro del partido tricolor y resquebrajar la pretendida unidad del organismo político que ha sido su “talón de Aquiles” desde hace varios lustros.
¿PAN-PANAL?
La posibilidad de una alianza entre el Panal y el PAN podría ser analizada, una vez que el partido magisterial rompió acuerdo con el PRI. Ya lo hicieron en el pasado, aunque en lo oscurito.