Debate soporífero
¬ Augusto Corro jueves 19, Ene 2012Punto por punto
Augusto Corro
Se efectuó el primer debate entre los aspirantes panistas a la Presidencia de la República. No hubo controversia alguna. Todo quedó en una exhibición soporífera, sin mayor relevancia. De esta manera, los azules tendrán que acudir a estratagemas más sutiles e inteligentes, para obtener los votos que necesitan para alcanzar la candidatura.
Tarea compleja, porque sus discursos son rechazados por una sociedad harta de los malos gobiernos derechistas de Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa: el primero perdió la oportunidad del cambio en México, pues en lugar de gobernar se dedicó a dilapidar su capital político. El segundo tiene al país sumido en una guerra contra la delincuencia organizada con más de 50 mil muertos durante el sexenio.
De tal manera que no es fácil presentarse ante un público incrédulo y exigente que no desea más las promesas de los políticos azules que buscan la reivindicación de Acción Nacional, que tienen precandidatos que lucen ahora débiles e inseguros con discursos mediocres, con temas repetitivos muy lejos de la realidad que vivimos los mexicanos. A lo anterior debe sumarse esa nube de parcialidad que flota entre los panistas y que consiste en el apoyo de Calderón a Ernesto Cordero Arroyo, el “delfín”.
Se cuidaron tanto las formas en el mencionado debate, que se puede decir que no existió tal. Josefina Vázquez Mota, la diputada con licencia y ex secretaria de Educación Pública; Santiago Creel Miranda, ex secretario de Gobernación y senador con permiso; y Ernesto Cordero Arroyo se desvivieron en elogios para su jefe Calderón y para ellos mismos.
Vázquez Mota se montó en el triunfalismo de las encuestas; Creel Miranda esbozó los cambios que haría en la guerra anticrimen, en caso de que ganara las elecciones; y Cordero Arroyo le dio vuelo a la imaginación y se dijo el único capaz de pilotear el avión que representa el país, por su experiencia en la conducción económica.
Después de aquella desafortunada declaración en la que señaló que se puede vivir con 6 mil pesos de salario al mes, nadie cree en la seriedad de las palabras del panista que vive en otro mundo.
Así pues, el primer debate que supuestamente iba a marcar la diferencia entre los aspirantes a ocupar Los Pinos, quedó en un resumen de propuestas sin discusión y, obviamente, sin ganador.
Vázquez Mota dijo después, en conferencia de prensa, que sería imposible revertir las tendencias que marcan las encuestas y que la ubican en primer lugar de las preferencias de los panistas.
Por su parte, Cordero Arroyo declaró que los sondeos de opinión no son definitivos y no hay nada irreversible, además señaló que se gana en las urnas. Creel Miranda también se autoelogió sin medida, al recalcar que tiene la experiencia de gobernar con estabilidad, pues según él, en Gobernación enfrentó múltiples conflictos sociales, políticos y civiles.
Sin debatir ideas, los aspirantes panistas saben que no les funcionó el primer debate y que tendrán que esmerarse en su promoción para convertirse en el abanderado azul en la campaña presidencial.
Como señalamos al principio no será trabajo fácil, porque la realidad que vive la sociedad mexicana, no solo se enmarca en la lucha contra la delincuencia organizada, sino que se expande a problemas, que parecen sin solución, como es el desempleo galopante que afecta a millones de mexicanos. Y no se diga de la pobreza que cada vez crece ante la impotencia de los gobiernos panistas para frenarla. De ahí que se deriven hechos en los que la miseria surge como protagonista de las tragedias entre los menos favorecidos económicamente. El problema que enfrentan los rarámuris, en la Sierra Tarahumara es un ejemplo palpable del olvido en que tiene el gobierno federal a habitantes de amplias zonas del territorio nacional.
La insensibilidad de las autoridades al no atender oportunamente las necesidades de la gente que habita en la Sierra Tarahumara. Cada año ocurre lo mismo. A los problemas de pobreza ancestral, los rarámuris tienen que luchar contra las inclemencias del tiempo: la falta de lluvias que produce una sequía fatal y luego las heladas. ¿Qué organismo por muy fuerte que sea, puede soportar los embates extremosos de la naturaleza?
El gobierno de Calderón no ha podido resolver los mencionados problemas, lo que lleva a Acción Nacional a remar contra la corriente en las próximas elecciones, pues lo que tiene al alcance de la mano para ofrecer a los electores, es más de lo mismo. Ni siquiera le funcionarán las maquinaciones diabólicas de Antonio Solá, aquél mitad español, mitad mexicano, que es experto en guerra sucia, cuya participación en la contienda electoral del 2006 fue determinante para el triunfo de Calderón, al promover la idea de que Andrés Manuel López Obrador representaba un peligro para México.
En los momentos actuales la situación en el PAN es de total confusión. Calderón no permitió que su partido se desarrollara en la democracia, como era costumbre, principalmente en la elección de candidatos. Su injerencia tiene a los azules en una guerra sorda en la lucha por el poder, en la que los perdedores son aquellos militantes con trayectoria política que son desplazados por arribistas con poca o nula actividad como militantes de esa organización política.
Lo anterior, también se puede interpretar como un signo de desesperación de la cúpula panista, que con la mano en la cintura, decidió que la activista social, Isabel Miranda de Wallace, fuera designada a dedazo limpio, la candidata del PAN al gobierno capitalino. Esta acción antidemocrática que pesará en las filas panistas, mató las aspiraciones de muchos panistas que soñaban ser gobernadores de una de las ciudades más grandes del mundo. Será muy interesante ver las maniobras de Antonio Solá para sacar al PAN del abismo en que se encuentra, pues ya se sabe de las cartas que trae entre la manga.