El villano y los indignos
¬ Claudia Rodríguez viernes 13, Ene 2012Acta Pública
Claudia Rodríguez
Me da mucha pena y tristeza compartir con ustedes lo que más me incomodó al ver el video en el que ahora el llamado “Gentleman de las Lomas”, que no es otro que quien porta el nombre de Miguel Sacal Smeke -con diversos negocios en el mundo de la ropa y accesorios-, golpea con saña desquiciante a Hugo Enrique Vega, quien en el momento del evento se desempeñaba como encargado de recibir las llaves de los autos de los inquilinos de la Torres Altus en Paseo de las Lomas en la ciudad de México.
Todo lo que refleja el video, donde aparecen Hugo Enrique Vega, Miguel Sacal y al menos otros tres individuos, es digno de un estudio sociológico de varios segmentos de la sociedad mexicana y de cómo, independientemente de nuestro color de piel, nivel de educación y económico, la gran mayoría de las veces, somos incapaces de intervenir para parar una agresión, a menos que de por medio exista un interés superior en nuestro favor.
Miguel Sacal es el típico desclasado que esconde sus miedos y su mediocridad en el dinero que le hacen ganar los mismos que tanto odia y maltrata verbal y físicamente.
Hugo Enrique Vega representa a la gran mayoría de los mexicanos que sentimos la bota del rico y el poderoso metida hasta nuestra casa y propia conciencia. Vega no se defendió -lo asumió con valentía- por temor a perder su empleo, aunque al final, se quedó sin él. Cuando Sacal lo agredía, Hugo Enrique reprimía su ira y dolor porque era mayor su interés de no perder lo que le daba pertenencia, seguridad y claro, dinero para solventar sus necesidades y compromisos. Perder el empleo duele más que los golpes físicos y morales en esta nuestra sociedad.
Pero lo más terrible, es que los indignados, que somos muchos, la gran mayoría de las ocasiones, nos comportamos más que indignos.
El caso de los hombres que se encontraron en el lugar de los hechos al mismo tiempo que Vega y Sacal, nunca defendieron a la víctima, ni le ofrecieron apoyo moral o verbal. Uno de los presentes -tal vez hombre de seguridad de Sacal-, lo que hizo es apenas intervenir para intentar que Hugo no contestara la agresión, nunca ni para ayudarlo, ni separarlo de su agresor. Otros individuos en el mostrador del lobby movían papeles y carpetas como si nada pasara.
No critico el accionar de quienes acompañaron en el hecho y en imágenes a Sacal. Más bien me identifico con ellos.
Así somos la gran mayoría de los mexicanos. Nos quejamos día con día del trato discriminatorio y vergonzante que nos dan nuestros gobiernos, nuestras autoridades y nuestros grandes capitalistas, pero si sabemos que alguien está siendo víctima del poder gobernante y/o económico, es raro que le extendamos la mano y junto con él, los enfrentemos. Nuestros intereses personales, familiares y de trabajo son más importantes que el pisoteo a nuestro par. Los villanos como Sacal se reproducen incontenibles en una sociedad de indignos.
Acta Divina… Parte del comunicado de Miguel Sacal: “Hola. El incidente que se ha difundido me muestra en una conducta reprobable. Me encontraba bajo mucha presión, lo cual no justifica mis acciones. En su momento he ofrecido una disculpa, la cual reitero al señor Hugo Enrique Vera, a mis vecinos, a mi familia y a todos a quienes he ofendido y lastimado con mis acciones”…