Los 18 de Peña Nieto
Roberto Vizcaíno viernes 13, Ene 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El reparto de cargos del mexiquense dentro de su equipo de campaña forman el “gran arreglo”
- Cada uno de los personajes representa a una corriente y a una región, lo que deriva en la unidad interna
- Es la primera vez que desde 1929 no hay ruptura dentro del PRI
En uno de los salones principales de la sede nacional del PRI, sentado al lado de Pedro Joaquín Coldwell, líder formal de este instituto, el precandidato Enrique Peña Nieto dio a conocer durante el medio día del miércoles 18 nombramientos.
Todos ellos forman su primer equipo de campaña. Cada uno representa a una corriente interna y región del país, una mixtura política que deja ver por qué el PRI es el partido con la mayor experiencia de poder en México, porque en esta ocasión prácticamente ha transitado hacia una candidatura presidencial y proceso internos sin conflictos ni rupturas.
Un hecho obvio es que Enrique Peña Nieto ya es el precandidato presidencial del PRI y que para lograrlo, superó en esa carrera de arreglos internos y externos, y en posicionamiento entre la mayoría de los mexicanos, nada más y nada menos que a uno de los políticos con mayor formación y experiencia política del PRI, al senador Manlio Fabio Beltrones.
Se dice fácil, pero no fue nada sencillo. Al final, la candidatura de Peña se resolvió sin fracturas. Eso, prácticamente nunca había ocurrido en el tricolor. Todas las anteriores candidaturas presidenciales sufrieron convulsiones internas y rompimientos.
La historia señala que la postulación de Lázaro Cárdenas trajo consigo la expulsión de Plutarco Elías Calles del país; la del general Manuel Ávila Camacho vivió el drama de la oscura muerte de su hermano Maximino, quien le disputaba la candidatura; la de Miguel Alemán también tuvo que pasar por algunas muertes de otros aspirantes y otros rompimientos; la de don Adolfo Ruiz Cortines dejó sembrados en el camino a otros tantos; la de Adolfo López Mateos noqueó al grupo de Alfredo del Mazo, quien nunca se recuperó de eso; la de Díaz Ordaz ni se diga, hundió en la historia a Benito Coquet y su grupo; la de Luis Echeverría vivió el drama y las consecuencias del movimiento del 68 y dejó un fuerte desarreglo interno en el PRI; la de José López Portillo hizo llorar a Pedro Ojeda, desesperó a Mario Moya Palencia, a quien las mayorías políticas daban como sucesor de Echeverría, y terminó con la cordura del sudcaliforniano Hugo Cervantes del Rio; la de Miguel de la Madrid llevó a los tecnócratas al poder y metió en una crisis a los nacionalistas dentro del PRI, encabezados por David Ibarra Muñoz y Carlos Tello; la de Carlos Salinas provocó la ruptura y salida de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y un par de cientos de ilustres cuadros tricolores de la época; la de Luis Donaldo Colosio casi termina en la salida de Manuel Camacho, y al final, su muerte, deja al frente de todo al descastado y traidorcete de Ernesto Zedillo.
La disputa por la candidatura presidencial del PRI en el 2000 confrontó a las corrientes nacionalista encabezada por Roberto Madrazo y la de los tecnócratas liderada por Francisco Labastida, quien ya candidato perdió ante el panista Vicente Fox, para por poco hundir y terminar con el PRI. Y la postulación siguiente, la de 2006, terminó con una candidatura muy débil liderada por Roberto Madrazo y un partido sumido en el caos, debido a la expulsión de Elba Esther Gordillo y la confrontación del tabasqueño con media docena de gobernadores que tenían como puntero a Arturo Montiel.
Este es el antecedente de las candidaturas presidenciales del PRI y la plataforma histórica sobre la que hoy se mueve Enrique Peña Nieto.
De ahí, que la designación de éste, su primer equipo de campaña, sea no sólo el producto de un gran arreglo interno con las corrientes del PRI, sino una representación de las regiones de México y a la vez un gran mensaje: “con mi triunfo, todos ganamos, porque una vez que llegue a Los Pinos, el reparto de cargos y oportunidades va a incluir a todos”.
Es por eso, que es por demás importante identificar y ponerle etiqueta a cada uno de los 18 designados por el mexiquense:
Sin duda, Luis Videgaray Caso, coordinador general de su campaña, es su voz y representación dentro de este grupo y a la vez representa al poder de los políticos del Estado de México. Aquí vale la pena indicar que Videgaray representa además a la nueva generación de la poderosa clase política mexiquense.
El yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín es vicecoordinador de esta campaña y representa no sólo a los políticos priístas del sureste, sino a la corriente de Beatriz Paredes, ex presidenta del PRI y virtual candidata de este partido a la jefatura de gobierno del DF.
Felipe Solís Acero es el otro vicecoordinador y representa muy claramente al grupo del senador Manlio Fabio Beltrones, el aspirante presidencial superado por Peña.
Baltasar Hinojosa Ochoa, quien queda como coordinador de la primera circunscripción, representa al priísmo del noreste y es un personaje cercano a la clase política tricolor de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, su estado natal.
Para reforzar esta posición entra como coordinadora de la tercera circunscripción, la diputada Paloma Guillén Vicente, quien más allá de ser la hermana del “subcomandante Marcos”, es una mujer que representa a la nueva clase política de esa región. Cuenta además que es mujer.
El senador Ramiro Hernández, coordinador de la cuarta circunscripción, era el segundo aspirante en la lista a la gubernatura de Jalisco y sin duda es uno de los grandes recuperadores del centro del país para el PRI.
Héctor Pablo Ramírez Puga, coordinador de la quinta circunscripción, es el representante del grupo de priístas oaxaqueños, encabezados por Ulises Ruiz y que han demostrado que no los venció el triunfo de Gabino Cué, sino que los alentó a recuperar su estado en la siguiente elección, que es precisamente la del 1 de julio próximo. Ramírez Puga será sin duda uno de los posibles candidatos de esa región al Senado de la República.
El diputado Ernesto de Lucas Hopkins, quien es coordinador general adjunto, pertenece a la corriente de sonorenses contrarios al senador Beltrones y es un personaje que formó parte sobresaliente del anterior gobernador priísta, Eduardo Bours Castelo.
El diputado Ildefonso Guajardo Villarreal, es un claro representante de la tecnocracia metida a la política partidaria: Originario de Nuevo León trabajó durante el sexenio de Zedillo en las secretarías de Programación y Presupuesto, de Relaciones Exteriores, de Turismo y de Comercio y tiene formación en finanzas públicas y economía.
El diputado Salomón Rosas Ramírez, originario de San Luis Potosí es un político versátil, que ha trabajado lo mismo para los gobernadores de Puebla, Tamaulipas que de San Luis Potosí y con el jefe de gobierno del DF. El queda como coordinador de vinculación política.
Emilio Lozoya Austin es una de las sorpresas del equipo de Peña Nieto. Con apenas 35 años de edad, es uno de los 30 elegidos por los expertos del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, de entre mil 700 candidatos en el mundo para coordinar a los grandes ejecutivos de empresas de América Latina. Detrás de su afiliación a la campaña presidencial del mexiquense, van con él proyectos por miles y miles de millones de dólares, a aplicarse durante la probable gestión del abanderado priísta. Queda por obvias razones dentro de este equipo como coordinador de vinculación internacional.
La diputada María Esther Scherman, originaria de Jalisco, es una de las priístas más experimentadas en el manejo de temas de política económica y gobierno. Muy cercana en su tiempo al presidente Carlos Salinas, hoy es coordinadora de evaluación y seguimiento de la campaña presidencial de Peña Nieto.
El diputado Héctor Velasco Monroy, quien queda como coordinador de giras, es una de las pocas posiciones alcanzadas por los mexiquenses, mientras que la diputada hidalguense Paula Hernández, coordinadora de invitados especiales de Peña Nieto, es una posición otorgada al ex gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, uno de los cinco personajes más cercanos a Peña Nieto.
Benito Neme Sastré, hijo del ex gobernador tabasqueño Salvador Neme Castillo, quien queda como coordinador jurídico, entra al juego del reparto de poder regional en una zona hoy bajo riesgo.
David López Gutiérrez, quien entra como coordinador de Comunicación Social, originario de Sinaloa, es sin duda el más experimentado y eficaz operador de medios en el sistema político mexicano.
Los dos restantes -Aurelio Nuño, quien queda como coordinador de Difusión y el contador público Erwin Lino Zárate, que es ya su secretario particular-, forman parte del digamos, equipo técnico más cercano.
Como se ve, un grupo que cumple con la más antigua y efectiva de las tradiciones de la política priísta: la de la negociación y la inclusión de todos a una sola causa, en este caso, lograr el 1 de julio la Presidencia de la República, la mayoría en la Cámara de Diputados, la mayoría en la de Senadores y quizá llevarse de nuevo las gubernaturas en Jalisco, Guanajuato, Morelos, Yucatán, Chiapas y Tabasco, así como la jefatura de gobierno en el DF, las más de las 16 delegaciones y la mayoría en la Asamblea Legislativa del DF, nada más.
¿Cómo la ve?
Y para amarrar en las siguientes semanas, Peña Nieto dará a conocer a quien nombra como sus coordinadores en cada uno de los 31 estados y en la capital del país y qué cargos les da a sus aliados del PVEM y Panal.
Pura política del más alto y trascendental diseño. Y todavía dicen algunos que es una hechura de Televisa.