Un mes de cinismo
¬ Augusto Corro jueves 12, Ene 2012Punto por punto
Augusto Corro
El gobernador de Guerrero, el perredista (con el alma de priísta) Ángel Aguirre, busca, flagelado por la desesperación, salvar el pellejo: es el principal actor de la tragedia en la Autopista del Sol, en la que perecieron dos estudiantes normalistas alcanzados por las balas que salieron de las armas de los policías.
El ahora ex subsecretario de Seguridad Pública de la entidad mencionada, Ramón Miguel Arriola Ibarra, declaró que “el gobernador me ordenó limpiar la carretera y la carretera está limpia”.
De esa manera, el subordinado se refirió a su participación en los hechos registrados cuando las policías guerrerenses y federales reprimieron a los alumnos de la normal de Ayotzinapa, Guerrero, que protestaban en la autopista citada.
Al ser cuestionado por los periodistas, sobre las acciones represivas contra los jóvenes, Arriola fue contundente en su respuesta que refleja que sus acciones obedecieron al cumplimiento cabal de las órdenes que recibió del mandatario estatal Ángel Aguirre.
Sí bien es cierto, como señala la lógica, que el subordinado se convirtió en el brazo ejecutor, las órdenes de “limpiar” la carretera las giró el propio gobernador.
Y seguramente por ese lado, la CNDH tendrá que enfilar sus investigaciones del hecho sangriento que hoy cumple un mes de ocurrido, sin saber cuál de los tres policías: municipal, ministerial o federal dispararon contra los normalistas.
Esa organización defensora de los derechos humanos dio un paso importante en el acopio de datos para definir la responsabilidad de todos y cada uno de los representantes de la ley que agredieron a los estudiantes.
La tarea no ha sido fácil porque se enfrentan a un gobernador con una experiencia vasta en ese tipo de hechos violentos. El fue el sucesor de Rubén Figueroa, cuando este tuvo que dejar la gubernatura, pues se descubrió su relación con la matanza de Aguas Blancas.
El entonces priísta Ángel Aguirre fue beneficiado con el interinato en el gobierno guerrerense, porque Figueroa fue echado a la calle, a pesar de ser compadre del presidente Zedillo, quien ahora se defiende como gato boca arriba en una corte de Estados Unidos.
(El ex presidente Ernesto Zedillo es acusado por su responsabilidad en la matanza de Acteal, Chiapas, en la que decenas de indígenas fueron asesinados cuando oraban en un templo por paramilitares).
JUICIO POLÍTICO
Un mes después de la represión en la Autopista del Sol, los normalistas continúan empeñados en que se realice un juicio político a Ángel Aguirre. Los estudiantes afirmaron que las cosas están claras, pues quien ordenó limpiar la carretera fue el propio mandatario estatal., “pero también son responsables quienes a nombre de la llamada “Alianza por la Calidad Educativa (ACE) ordenaron reducir las matrículas de ingreso a las escuelas normales”.
Como informamos en otras columnas, las autoridades relacionadas con el ramo de la educación pública manifestaron en varias ocasiones su repudio a las Normales Públicas, son pocas en todo el país, porque para ellas se trata de sitios donde se generan ideas comunistas.
La propia Elba Esther Gordillo, en sus discursos planteó la desaparición de ese género de escuelas para convertirlas en centros de capacitación para personal que atienda las necesidades de turismo del país.
El mandatario, presa de esa fobia a los normalistas, se negó, hasta en cuatro ocasiones, a firmar una minuta de acuerdos, que según los propios estudiantes, hubiera evitado las muertes de Jorge Alexis Herrera Pino y de Gabriel Echeverría de Jesús.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Por otra parte, los estudiantes también exigen cuentas a los partidos políticos que apoyaron a Ángel Aguirre para llegar a la gubernatura. En primer lugar, le pregunta a los partidos de izquierda cuál es su papel frente a estos hechos sangrientos: “¿Dónde están el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y todos aquellos que se dicen defensores de los derechos humanos?”.
Los mismos jóvenes dicen que “cuando reprimieron con lujo de violencia a la Escuela Normal Rural de Mactumactzá (en Chiapas) por “otro gobernador de izquierda” –Pablo Salazar Mendiguchía- destacados perredistas callaron en complicidad; hoy, todos ellos se preparan para ser candidatos, para que desde las cámaras continúen avalando más golpes contra la nación… o (se) queden callados ante los asesinatos como los ocurridos en Acapulco”.
La realidad nos lleva a pensar que Ángel Aguirre se convertirá en uno más de los gobernadores que forman esa larga lista de intocables, amparados en la impunidad de los convenios políticos. La historia vuelve a repetirse como si no hubiera sido suficiente con las acciones represoras, por ejemplo, de Ulises Ruiz, en Oaxaca, por citar uno solo de los muchos ejemplos.
Hace un mes de los hechos, y el mandatario busca responsables de la tragedia de la Autopista del Sol, cuando el mejor que nadie, sabe de dónde surgió la orden para balacear a los estudiantes. Por el momento, busca que el tiempo se encargue de que poco a poco se olvide el asunto.
Seguramente, otras noticias espectaculares borrarán aquellas imágenes represoras en las que se ven a dos normalistas muertos, sin más armas que sus mochilas de útiles escolares, sobre la carretera.
Mientras a las escuelas normales se les niegan recursos económicos para su supervivencia, el gobierno federal panista promueve en otros niveles, los créditos bancarios para aquellos estudiantes universitarios, en un intento por salvar a la clase media que votará en las próximas elecciones de julio. Hoy, pues, se cumple un mes en que el gobernador Ángel Aguirre se ha dedico a practicar el cinismo más puro para evadir su responsabilidad en la muerte de dos estudiantes a manos de los elementos de seguridad guerrerenses.