La “Estela de Luz” y el escándalo
Roberto Vizcaíno jueves 12, Ene 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Las críticas comenzaron desde que se dio a conocer el proyecto de este monumento
- El dinero pagado por esta construcción es evidentemente excesivo
- El primero en salirse de la contienda por el DF fue Carlos Navarrete, y da su apoyo a Barrales
Prácticamente, todo le salió mal a Felipe Calderón en cuanto a la celebración del Bicentenario de la Independencia de México.
Y como todo aquello que nace mal vive y muere mal, así la inauguración y la puesta en marcha de la “Estela de Luz”, no ha provocado más que criticas y cuestionamientos.
Plano, sin más fondo que una construcción que no le dice nada a nadie, esta estela o torre de cuarzo con focos, fue inaugurada por Calderón y su esposa, margarita Zavala, casi a escondidas y subrepticiamente.
Como invitados, grupos de panistas. Nadie más.
Bueno, hasta la transmisión que hizo el canal 22 de este evento, fue absurdo, pues quien lo haya visto no entendió de qué se trataba ante la ausencia de explicaciones de lo qué estaban pasando.
El caso es que este monumento, que se dijo sería un ícono que todos los mexicanos recordaríamos como al centro de la celebración de los 200 años de nuestra Independencia, y que debió haberse inaugurado el 16 de septiembre del 2000, finalmente fue puesto en marcha durante la noche del sábado 7 de este enero, 14 meses después de lo programado.
En este entretiempo pasó por redefiniciones, y por la responsabilidad de varias dependencias hasta quedar finalmente a cargo del secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio.
Al anunciarlo se dijo que costaría no más de 300 millones de pesos y terminó con una erogación de mil 50 millones de pesos. Ante las críticas y reclamos, y luego de una revisión de esta estela por parte del Colegio de Ingenieros Civiles, los peritos indicaron que no debió haber costado más de 497 millones.
El asunto se ha tratado no sólo en las mesas de café, y en los medios de información, sino desde las tribunas del Senado y la Cámara de Diputados.
En esta última, ayer hubo un amplio debate que se resume prácticamente en lo que planteó ahí el diputado priísta chiapaneco César Augusto Santiago, quien dijo: “Lamentablemente, no es la primera vez, y espero que no sea la última, en que hablemos de este tema lamentable.
“No tiene que ver -quiero decirlo de entrada-, con el gusto estético, las apreciaciones artísticas del señor Presidente de la República, que respeto, le pareció maravilloso el monumento, es su punto de vista y no voy a discutirlo aquí.
“Tampoco voy a discutir la ubicación del engendro, él sabe por qué lo hizo donde lo puso, por qué lo puso en la puerta de los leones, y también algún día lo tendrá que explicar a la historia de México.
“Es una lógica que me preocupa, porque vean ustedes que cuando hablamos del Centenario de la Revolución, también el gobierno federal hizo un monumento a Francisco I. Madero, héroe de mis preferencias, lo que nunca entendí tratándose de su ubicación, por qué lo pusieron frente al Palacio de Bellas Artes.
“Sé muy bien, como todos los que sabemos algo de historia, que el ex presidente Abelardo Rodríguez era un experto en materia de ópera, incluso puso en Los Ángeles una academia para mejorar la voz de los cantantes, era un gran aficionado a la ópera, pero don Francisco I. Madero dudo mucho que alguna vez haya acudido a un espectáculo de esta magnitud ¿por qué en Bellas Artes? También tendrán que explicarlo con la historia.
“Pero son dos temas que no vamos a platicar hoy porque es un asunto que me parece de la mayor seriedad.
“Estamos hablando del Bicentenario de la República, no es una cosa menor, no es una cosa festiva, no es algo que puede disimularse como un acontecimiento partidario, está en la esencia, en la entraña de la vida republicana de este país.
“El Presidente nunca quiso ir al Congreso en las celebraciones bicentenarias, es su problema, pero esta Legislatura y la Cámara tienen la obligación moral, la obligación ética con la República de decirles que para nosotros el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución son cosas serias, que no podemos disimularlo con acontecimientos frívolos y festivos que no significan nada en el corazón y la esencia de la vida mexicana.
“La llamada “Estela de Luz” forma parte de una estela de torpezas, eso es lo que significa. El Fideicomiso del Bicentenario es lo que deberíamos auditar: ¿Cómo se constituyó ese fideicomiso? ¿Cuánto dinero se ha gastado en ese fideicomiso? ¿Cómo se administró, por qué se cambio de una institución bancaria a otra sólo porque la nueva cobraba más caro que la anterior?
“¿Por qué construyeron esa estela con esa serie de dificultades técnicas advertidas desde que se puso en marcha el concurso? ¿Cómo se financió esa estela? ¿Con qué derecho la Secretaría de Hacienda envió recursos a la Secretaría de la Función Pública y la Secretaría de la Función Pública lo retransmitió al Fideicomiso del Bicentenario?
“Todo esto hay que investigarlo, amigas y amigos legisladores. No puede ser un asunto que nos contentemos con una buena nota en la prensa, porque -para concluir- creo que este espectáculo frívolo del Presidente de la semana pasada, es un intento más para que los mexicanos no se adentren en el problema, hacemos una simulación de inauguración de un esperpento que todavía sigue pendiente de que se concluya.
“Le digo a Diva Gastélum que la felicito por su punto de acuerdo, que estoy de acuerdo, pero que si me permiten agregaría que la investigación que se haga comprenda a la Auditoría Superior de la Federación para que nos informe en qué estado están las auditorías del Fideicomiso y de la “Estela de Luz”.
“También, que se haga un esfuerzo para que se transparente de una vez por todas el torpe ejercicio de esta obra, que debió significar mucho más de la pobre significancia que tiene hasta este momento”, concluyó.
Y así se dio curso para que el Congreso ordene una investigación a fondo del gasto realizado realmente en esa estela, y para que se diga por qué se hizo ese monumento que nada tiene que ver con el Bicentenario de nuestra Independencia y que más bien parece producto de un raro capricho del presidente Felipe Calderón.
El caso es que andan perdidos muchos millones de pesos y una creciente irritación social, debido a que lo que se erogó ahí, pudo servir para muchas otras cosas realmente útiles y benéficas para el país.
¡Vaya asunto!
Y NAVARRETE DECLINÓ: Las encuestas son muy claras respecto a los posicionamientos de los aspirantes del PRD al gobierno del Distrito Federal.
Estas indican que el puntero es el ex procurador Miguel Ángel Mancera -un aspirante que paradójicamente no pertenece ni al PRD ni a ningún partido-, quien se llevaría el 20 por ciento de los votos en la capital de ser hoy la elección a jefe de gobierno.
Le sigue, según un sondeo de “El Universal”, la ex lideresa de la Asamblea Legislativa y ex dirigente de las azafatas, Alejandra Barrales, con un 14 por ciento de preferencias.
Debajo de ellos, con apenas 8 puntos cada uno, están Martí Batres y Carlos Navarrete y al final se ubican Joel Ortega con 4 puntos y Gerardo Fernández Noroña, a quien el sondeo le da apenas un 1 por ciento.
Frente a esta realidad, es que el senador Carlos Navarrete decidió anoche salirse de la interna del PRD por la jefatura de gobierno del DF, pelea a la cual nunca debió haber entrado.
En una entrevista en Milenio Televisión, dijo que esta declinación y su decisión de darle su apoyo a Alejandra Barrales las tomó luego de conocer los resultados de una encuesta que mandó hacer este fin de semana.
“He tomado la decisión de dar mi respaldo a Alejandra Barrales, ya que los resultados de las preferencias no me favorecían. No era favorito”, se dolió.
Señaló que al salirse, consideró que la mejor opción es Barrales, a pesar de que en días pasado había mostrado su simpatía por el ex procurador capitalino Miguel Ángel Mancera.
Ayer, casualmente se dio el primer debate de los aspirantes a jefe de gobierno, en el cual todavía participó.
No se sabe que Batres ni Fernández Noroña o Joel Ortega tengan la intención de salirse de esta contienda, a pesar de que nadie les da la menor oportunidad de siquiera acercarse a los punteros.