La disputa por el DF
Ramón Zurita Sahagún miércoles 11, Ene 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La contienda por el Distrito Federal es, de los siete gobiernos en disputa, la más atractiva de todas.
Se trata de la segunda entidad más poblada del país y la que más reflectores atrae, por asentarse en ella los poderes de la Unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
Es, después de la elección presidencial, la más importante de todas y se oferta como la mayor recompensa para los partidos, por el presupuesto que concentra y la atracción hacia la figura de quien lo gobierne.
Desde que en 1997 se formalizó la elección de los gobiernos capitalinos, el PRD se mantuvo como el partido mayoritario, ganando la Jefatura de Gobierno, la mayor parte de las 16 delegaciones y el control de la Asamblea Legislativa.
Esos triunfos consecutivos han refrendado a la ciudad de México como un espacio propicio para los gobiernos de izquierda y el principal bastión perredista, de donde tomaron aire los dos candidatos presidenciales de ese partido.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador, han ganado dos de las tres elecciones para jefe de gobierno, mientras que el otro ganador, Marcelo Ebrard Casaubond, no pudo alcanzar la candidatura presidencial, ya que AMLO repite como abanderado presidencial, como lo hizo Cuauhtémoc hasta en tres ocasiones.
Conscientes de que mantener el gobierno capitalino es una prioridad para sus proyectos de mediano y largo plazos, el perredismo capitalino se muestra como el único partido interesado en ganar los comicios del primero de julio, cuando menos en lo correspondiente a la capital del país.
El PRD y sus aliados de izquierda levantarán, durante el fin de semana próximo, una serie de encuestas con las que definirán el nombre de su candidato a Jefe de Gobierno. De una larga lista que sobrepasaba la decena de nombres, se redujo la lista a la mitad, con el registro de los aspirantes que serán encuestados.
Cada uno de ellos trae su mayor o menor apoyo y mostrarán parte de sus habilidades durante un debate previo al levantamiento de las encuestas.
Son en su mayoría hombres y una mujer, los prospectos de la izquierda, aunque en realidad son tres los que conjuntan respaldo, popularidad y trabajo que los pueda ubicar dentro de las preferencias ciudadanas.
Alejandra Barrales Magdaleno es la única mujer participante y trae dentro de sus alforjas de experiencia una diputación federal, otra local, la secretaría de Turismo local y la secretaría de Desarrollo en Michoacán.
Miguel Ángel Mancera Espinosa es quien cuenta con menos experiencia administrativa y política, ya que fuera de su paso por la Procuraduría del Distrito Federal, poco es su desempeño en esas áreas.
Acarrea consigo la presunta oposición del PT para validar su eventual candidatura.
Martí Batres Guadarrama, ex diputado local y federal, ex secretario de Desarrollo Social en el DF, ex líder estudiantil y vinculado al grupo de Andrés Manuel López Obrador, pero enfrentado con el de Marcelo Ebrard. Los demás parecen ir en busca de negociaciones que les permitan obtener nuevas posiciones políticas.
Joel Ortega Cuevas, ex secretario de Seguridad Pública; Carlos Navarrete Ruiz, varias veces diputado federal y actual senador y Gerardo Fernández Noroña, son otros de los aspirantes registrados.
Sin embargo, lo que llama poderosamente la atención en la ciudad de México, es que el PRD parece ser el único partido vivo, actuante, dentro de los que contenderán por el gobierno capitalino.
Llama la atención que los priístas estén casados con una única opción, Beatriz Paredes Rangel y seducidos por una serie de encuestas que la ubican en plena competitividad, aunque carecen de estructura y estrategia.
Paredes Rangel vive de recuerdos y sin mover un solo dedo en plena etapa de precampañas, confía en que el peso de su nombre le servirá para posicionarse.
Hace seis años, Paredes fue igualmente candidata del PRI y se mostró como una figura política que arrastra el peso de un nombre, pero que carece de movilidad para hacerlo valer o que resulta poco significativo para las nuevas generaciones.
Su lentitud para insertarse dentro de las preferencias del electorado y su poco apego a realizar el mínimo esfuerzo que requieren las campañas resulta ser un lastre importante que puede representarle un nuevo tapón en sus pretensiones.
Peor que ella están los panistas, ya que un importante número de ellos se presentan como opción para competir por la candidatura de ese partido al gobierno del Distrito Federal.
Son nombres sonoros, los más de ellos, dentro de la militancia panista, sin que ello represente mucho para los electores.
Van desde el candidato de hace seis años de ese partido, Demetrio Sodi de la Tijera, un ex priísta, ex perredista y ahora panista. Senador, diputado federal y local y actual jefe delegacional en Miguel Hidalgo.
Se anota también Gabriela Cuevas, ex jefa delegacional, ex diputada local y actualmente federal. José Luis Luege, ex dirigente del PAN en el Distrito Federal, ex diputado y director de Conagua. Carlos Orvañanos, jefe delegacional con licencia de Cuajimalpa, entre los de mayor relevancia.
Será en febrero, cuando el PAN defina el nombre de su candidato, pero por lo pronto, aparecen situados en un lejanísimo tercer lugar dentro de las preferencias electorales que publican las casas encuestadoras, las que algunos catalogan como simples espejismos y por lo tanto nada confiables.
REAPARICIONES
Los tiempos electorales siempre serán buenos para aquellos políticos que se sienten relegados y que buscan el mínimo espacio para sentirse activos.
Por eso, la precampaña servirá, especialmente, a los ex gobernadores priístas saber qué tan cerca están del afecto de Enrique Peña Nieto y hasta dónde pueden llegar sus aspiraciones.