Peña Nieto, en Ciudad Juárez
Roberto Vizcaíno lunes 9, Ene 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los gobiernos panistas, dijo, han sido los causantes del atraso de México
- La falta de oportunidades ha llevados a miles de jóvenes a incorporarse al crimen organizado
- Fernández de Cevallos: “AMLO no es Teresita de Calcuta” y su estrategia de amor es un engaño
Enrique Peña Nieto desbordó ayer al priísmo norteño.
Al escoger a esta dolida población como su primera parada electoral en la frontera de México con Estados Unidos, el mexiquense no se equivocó.
Peña Nieto se convirtió así en el primer precandidato presidencial que como tal llega aquí, para encontrar más que reclamos de seguridad, la exigencia de un cambio, de la reorientación del rumbo del país.
Ayer, primero en la ciudad de Chihuahua y luego en Ciudad Juárez, el abanderado priísta responsabilizó a los gobiernos panistas de que México sea hoy el único país de todo el continente latinoamericano que no haya registrado crecimiento económico ni disminución de pobreza.
Y en el rezago han metido a México, dijo, y ha sido en buena medida la causa de que “miles de nuestros jóvenes que no encuentran oportunidad de empleo caigan en las garras del crimen organizado”.
Por eso, agregó, “estamos convencidos de que la solución responsable de cambio para México y generar esperanza y recuperar crecimiento económico, empleo, seguridad, está en el PRI”.
Peña Nieto logró reunir primero en el auditorio Manuel Bernardo Aguirre de la capital del estado, y luego en el gimnasio y explanada del Colegio de Bachilleres de Ciudad Juárez a más de 30 mil chihuahuenses, a quienes prometió regresar para firmar con ellos compromisos que piensa cumplir como Presidente de la República.
Acompañado por el presidente del PRI, el senador Pedro Joaquín Coldwell; por el líder del sector popular del tricolor, Emilio Gambo; el secretario de Operación Política, Miguel Ángel Osorio Chong y por el gobernador César Duarte y los ex mandatarios José Reyes Baeza, Fernando Baeza, Patricio Martínez y el alcalde Héctor Murguía, Peña Nieto vivió quizá uno de los recibimientos y concentraciones más emotivos e importantes de su campaña.
DF, LA JOYA: Desde que Cuauhtémoc Cárdenas la ganó en 1997, la ciudad de México -centro de todos los poderes en México-, ha sido la “Joya de la Corona” del PRD.
Hoy para el partido del sol azteca prácticamente las cosas están igual que entonces. Y es que en estos últimos 14 años, el PRD ha vivido la gloria y el infierno. En este tiempo, el PRD construido por Cárdenas luego de su salida del PRI, ha tenido la oportunidad de ganar en dos ocasiones la Presidencia de la República y logró las gubernaturas de Baja California Sur, Zacatecas, Michoacán, Guerrero y Chiapas y retener en tres ocasiones la jefatura de gobierno en el DF, junto con la mayoría de sus 16 delegaciones.
Hoy, los del sol azteca prácticamente han perdido todo lo anterior, y sólo les queda la capital del país, porque tanto Guerrero como Chiapas realmente son gobernadores de membrete para el PRD.
En este 2012 ya sin Cárdenas, prácticamente sin Andrés Manuel López Obrador -quien los hizo a un lado en la campaña presidencial de 2006 y los ha vuelto a dejar a la orilla del camino en este 2012-, los perredistas ven cómo una nueva ola de preferencias electorales amenaza con quitarles desde la jefatura de gobierno hasta las principales delegaciones y quizá la mayoría en la Asamblea Legislativa.
Metidos en la disputa de las sobras, de lo poco que les queda, en medio del hartazgo de los capitalinos, los aspirantes a los diversos cargos se multiplican como hongos.
Algunos como Mario Delgado, Alejandro Rojas Díaz-Durán, Benito Mirón Lince, Porfirio Muñoz Ledo, Pablo Gómez y Laura Velázquez, mejor han decidido declinar.
Pero aun así la lista de pretendientes es grande, y en ella figuran desde quienes sí pueden ser, como Alejandra Barrales y Miguel Ángel Mancera, hasta quienes sueñan con poder ser como el guanajuatense Carlos Navarrete, Gerardo Fernández Noroña, Martí Batres y Joel Ortega.
En total 11 que quieren o querían y que pensaron que podrían ser.
La cuestión es que tanto para éste como para los demás cargos de elección, no basta con querer, sino que se requiere poder ser. ¿Y qué se necesita para poder ser?, preguntará usted.
Bueno, antes que nada, carrera política; luego el apoyo de la dirigencia del partido por el que pretendan postularse, en este caso del PRD; luego tener los acuerdos suficientes con los personajes que dominan ese partido y sus corrientes y organizaciones, en este caso con AMLO, Marcelo Ebrard, René Bejarano, Dolores Padierna, Los Chuchos, y otros, y luego el apoyo de fuentes financieras (empresarios, organizaciones políticas, sindicatos, etc.) para poder sustentar su campaña.
Sin eso, lo demás es quimera.
Por eso, de entre todos los mencionados sólo 2 pueden ser realmente los candidatos: Alejandra Barrales y Miguel Ángel Mancera.
La verdad, es que la candidatura de alguno de los dos depende de que AMLO y Ebrard se pongan de acuerdo, de que consideren que “ese” es el que va a ganar, porque no pueden correr el riesgo de perder “la joya de la corona” que es el DF para el PRD y que es ya lo único que les queda luego de perder Zacatecas, Baja California Sur y Michoacán.
DICE LO QUE OTROS CREEN DE AMLO: El exitoso y muy rico abogado panista Diego Fernández de Cevallos es un hombre amado y odiado. Con él no hay medianías. Y él lo sabe.
Pero sobre todo es un personaje claridoso. Dice abiertamente lo que cree y piensa.
De ahí, que la entrevista que le hizo Fernando del Collado para TV Milenio para el diario “Milenio”, seguro que va a provocar reacciones insospechadas.
El texto es largo, pero vale la pena resaltar dos aspectos: lo que dice de sí mismo y de Andrés Manuel López Obrador.
Al hablar de su secuestro y del hecho de que muchos mexicanos pensaron que mereció lo que le ocurrió, dijo:
-¿Sabe cuántos llegaron a pensar que se lo merecía?
“¡Muchísimos! (pero) Nadie merece un trato así. Nadie, ni el peor criminal”.
-¿Por qué cree que se le odia?
“Porque he lastimado a muchos por mi forma de ser”.
-¿Resentimiento social?
“No creo que sea social. Es de grupos muy identificados”.
-¿Cuáles?
“Esos que se llaman de izquierda y que no tienen más que rencor y veneno”.
-¿Y quién es usted?
“Un hombre que va de frente en la vida. Y que naturalmente no coincido con muchos comportamientos y por eso me los eché encima”.
-¿Qué le debe, por ejemplo, Salinas?
“¿A mí? Nada. Jamás he hecho un negocio con él. Todo lo que trabajamos en la política fue, desde mi perspectiva, para el bien de México. Lo hice y lo volvería a hacer”.
-Hablando de triunfos, ¿todavía se enorgullece de su amistad con Peña Nieto?
“Llevo buena amistad con Enrique Peña Nieto. No es problema de orgullo, es de afecto”.
-¿Peña Nieto es tan amigo como Salinas?
“Yo no comparo las amistades, pero los dos son mis amigos”.
-¿No será usted el verdadero Jefe de Jefes?
“Depende a lo que te refieres”.
-¿No dice AMLO que es usted de los líderes de la mafia?
“Sí, lo ha dicho mil veces”.
-¿Sigue pensando que es un “psicópata peligroso”?
“Absolutamente. Es una víbora que tiene el mismo veneno, que ahora se cambia de piel para tratar de llegar a la Presidencia”.
-Hablando de amores, ¿habrá reconciliación con “El Peje”?
“Yo no tengo odio, pero tampoco me interesa caer en el juego tramposo de mirarlo ahora como Teresita de Calcuta”.
-¿Lo aceptaría como Presidente?
“Por supuesto que sí”.
Tal cual, este es Diego Fernández de Cevallos, por eso lo aman y por eso lo odian.