Creel, el iluso
¬ Augusto Corro jueves 5, Ene 2012Punto por punto
Augusto Corro
En el Partido Acción Nacional (PAN) se aceleran los preparativos para bajar de la candidatura presidencial al senador con licencia, Santiago Creel Miranda.
Lo anterior se vislumbra en la “elección indicativa” que realizará la cúpula partidista con la aceptación o no de los precandidatos.
Con esa acción se confirma (el mensaje no podría ser más claro) que Creel Miranda es un estorbo para los intereses políticos de Calderón, quien apoya a Cordero para que le suceda en el cargo.
En caso de que no se realice esa idea, porque el ex secretario de Hacienda no crece políticamente, el primer mandatario tiene su segunda carta: la diputada con licencia, Josefina Vázquez Mota.
El juego político es obvio y busca en primer término que Creel debe entender que su tiempo en Acción Nacional terminó hace mucho tiempo.
Quizás el apogeo político del legislador con licencia ocurrió cuando despachaba como secretario de Gobernación, protegido por el tristemente célebre Vicente Fox.
Con todo el poder en las manos, ambos políticos prepararon el terreno para que Creel fuera el heredero directo de Los Pinos. Algo falló. Calderón se les adelantó y el rumbo de la historia cambió radicalmente.
Las acciones revanchistas contra el multicitado Creel no se dejaron esperar. Basta recordar que fue echado de la coordinación de senadores en forma humillante. Lo sustituyó el senador Madero, un incondicional de Calderón.
La jerarquía panista tuvo en sus manos la posibilidad de frenar a Creel hace unos cuantos meses, cuando estalló el conflicto de los permisos a los casinos, que en la época de Fox se repartieron como programas de cine.
Más de uno pensó que el fin de la vida política de Creel estaba próximo. No fue así. El precandidato panista alcanzó a librar el embate de sus enemigos dentro y fuera de Acción Nacional. Sin embargo, su imagen resultó abollada.
Porque muchos meses antes de la precampaña, el aspirante azul multicitado encabezaba la lista de las preferencias electorales de la militancia panista. Ahora, se encuentra lejos del primer lugar, en espera de recibir la puntilla.
En su desesperación, Creel exige a la cúpula panista que le explique por qué se tomó la decisión de modificar las reglas de la contienda: “el proceso iba bien y el partido avanzando en las encuestas”.
LA INCONFORMIDAD
El iluso precandidato también se pregunta lo siguiente:
¿Qué necesidad hay de cambiar las cosas y de discutir las reglas del procedimiento en lugar de nuestras propuestas y que se ponga en riesgo la unidad del partido?
En Acción Nacional el ajedrez político ya está definido y en el juego del poder, como en los actos de la vida, el fuerte siempre gana.
En este caso Calderón deja sentir su fuerza, no importa que la imagen de su partido ya no sea aquél en el que las aspiraciones democráticas se presentaban como prioritarias.
En el presente, el PAN que lleva dos sexenios en el gobierno hace agua. Fox no supo gobernar y la frivolidad predominó en su gobierno. El cambio esperado no llegó y su administración cayó en la mediocridad.
Calderón enfrenta al crimen organizado en una guerra interminable con más de 50 mil muertos.
Además, la situación económica continúa como tarea a resolver. El problema del empleo es galopante y la crisis por la sequía es de pronóstico reservado.
Ese es el momento que vive Calderón que incluye la posible división por el pésimo manejo en las precandidaturas, su estrategia errática en el enfrentamiento contra el crimen organizado, y lo que usted, estimado lector, desee agregar.
Para mayores males del panista, su delfín sigue en condiciones de permanecer gris, como lo calificó aquél embajador Pascual, que no estaba errado.
El futuro de Acción Nacional no es halagüeño. Mientras los partidos opositores ya tienen definidos a sus candidatos a la Presidencia de la República, en el partido azul amenaza la división y crece la desesperanza de continuar en el poder.
¿LA ÚLTIMA CARTA?
Si Calderón pretende jugarse su última carta con Vázquez Mota, primero tiene que informarse que tan dispuesto se encuentra México para votar por una mujer para presidenta de la República.
Sobre el tema, se le formularon varias preguntas al investigador del Tecnológico de Monterrey, Virgilio Bravo:
¿Hay condiciones para tener una candidata presidencial?
Respondió:
“A mí me gustaría, pero definitivamente la prueba de fuego será el 2012 y no veo a México todavía con una madurez social suficiente como para aceptar a una mujer candidata, vamos a ver cuál es nuestro grado de misoginia, no necesariamente que gane, pero que compita y sea cerrada la votación. O de plano se cae la elección del PAN como nunca, entre otras cosas, por la condición de mujer de su candidata”.
Explicó que podría presentarse un escenario contraproducente a Vázquez Mota, porque no tiene el apoyo de Calderón y porque cargaría las cuentas por saldar de Vicente Fox y del propio Calderón, además de su condición de mujer.
También, el investigador hizo notar que sería un grave error del PAN el tratar de imponer una candidatura, en este caso la de Cordero, cuando a leguas se ve que la diputada con licencia tiene la simpatía y la ventaja en las encuestas.
Total, como atinadamente señaló nuestro compañero Roberto Vizcaíno, en Acción Nacional “andan hechos bolas con lo de la “encuesta indicativa”, cuya autoría intelectual surge -afirman- de Los Pinos”. Y todo con un propósito definido: bajar del caballo a Creel, el iluso.