2012, año difícil
¬ Augusto Corro martes 3, Ene 2012Punto por punto
Augusto Corro
El problema del desempleo continuará en este 2012 e impactará en el poder de compra. Así lo plantean los analistas, quienes afirman que las perspectivas económicas para México no son nada alentadoras.
Según el diario “Reforma”, de acuerdo con encuestas del Banco de México (Banxico), este año sólo se crearán 510 mil empleos formales, 50 mil menos que los previstos para el 2011. Los expertos en la materia contemplan que el crecimiento económico del país fluctúe entre el 2.5 y 3.2 por ciento, lo que complicará la generación de puestos de trabajo.
También consideran que el salario contractual aumente en promedio apenas 4 por ciento, lo cual, en términos reales, significa un estancamiento del poder de compra.
Ese panorama será afectado también por la pesadilla de la crisis mundial que tiene de rodillas a los países europeos y que influirá en la inestabilidad del peso.
Ayer, en este mismo espacio analizamos los problemas añejos que continúan en México, como son la pobreza ancestral que amenaza con crecer y el desempleo galopante que causa estragos en la sociedad.
La falta de fuentes de trabajo es otro de los principales dolores de cabeza de Calderón que mantuvo un crecimiento promedio anual de 1.48 por ciento, “el más bajo de las últimas administraciones”.
Para los capitalinos, el 2012 será un año difícil y la cuesta de enero será sólo el principio.
La gente llega gastada económicamente por los festejos decembrinos a enfrentar los incrementos irregulares en los precios de los productos de la canasta básica, sin que nadie ponga un alto.
Además, cada vez aumenta el número de personas que buscan trabajo. Los cárteles de la droga tienen en los jóvenes desocupados la mano de obra necesaria para su ejército de sicarios. En general, la gente, sin oportunidades de empleo, ingresa a la economía informal, dedicada a la venta de artículos “pirata”, o se convierte en uno más de los miles de parias que se encuentran en las esquinas con sus franelas para limpiar parabrisas, en espera de una limosna.
Pobreza, desempleo y salarios de hambre son ingredientes de un coctel explosivo que, por lo que se ve, a nadie le interesa desactivar.
Al ser entrevistado, el asambleísta Erasto Ensástiga consideró que la situación económica que viven los capitalinos y los mexicanos en general “se debe al modelo económico imperante en el país, el cual es urgente cambiar”. Se refirió al modelo neoliberal que se aplica en el país desde principios de los 80, “el cual ha mostrado su ineficacia, ha dañado a la mayoría de la población y, lamentablemente, no veo indicios de querer modificarlo”.
EL TURNO DE ESPAÑA
Llega el año 2012 a España con un gobierno derechista, encabezado por Mariano Rajoy, para salvarla de la crisis económica que la golpea.
Como se informó oportunamente, los problemas económicos y financieros obligaron al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero a adelantar las elecciones.
Rajoy, del Partido Popular (PP) resultó vencedor. Así se esperaba. El derechista ofreció la reconstrucción económica de su país que empezará este año. La tarea no será fácil, porque el nuevo gobierno tendrá que apretarles el cinturón a los españoles más allá del último ojillo. Para empezar, la medicina será amarga, pues subirá los impuestos y recortará salarios y prestaciones a la colectividad.
En su afán por abatir el desempleo, el líder conservador advirtió “que todos los ámbitos son susceptibles de sufrir recortes de gastos”.
Supuestamente, la austeridad llega a España como medida fundamental para sacar al país de la bancarrota en que se encuentra, con un “desempleo que afecta a 5.4 millones de personas, casi el 23 por ciento de la población activa, y a más de 46 por ciento de los jóvenes, las cifras más altas de la Unión Europea (UE)”. El presidente español anunció la urgente puesta en marcha de “una reforma integral” del mercado de trabajo.
A ver si no ocurre en España lo que sucede en México con los gobiernos panistas, específicamente con Calderón, quien se anunciaba como el “Presidente del Empleo” y que resultó lo contrario, pues crecieron las filas de desocupados.
De izquierda, de derecha o del centro, los gobiernos españoles necesitan verdaderos milagros para que su país vuelva al camino del progreso.
La crisis económica global no perdona. En la UE, Grecia, Italia y España ya empezaron a pagar sus culpas. Endeudados hasta la médula y sin políticas sociales efectivas, los gobiernos (de diferente signo político) no supieron ni pudieron sortear el temporal.
Tras los problemas económicos viene la crisis política: el primer ministro griego George Papandreu renunció al cargo, después, el italino Silvio Berlusconi, Il Cavallieri, fue echado a patadas, y el último, Rodríguez Zapatero (que de izquierdista no tenía nada) también lo despidieron con rechiflas.
La alegría del triunfo de Rajoy se convirtió en un gesto amargo, pues tiene que aplicar medidas urgentes antipopulares, austeras, que tienen como objetivo principal reactivar la maltrecha economía española.
PUENTE GRANDE O PUERTA GRANDE
Puente Grande debía llamarse Puerta Grande, porque de esa prisión escapan los delincuentes sin mayor problema. Salen por la puerta grande, como se dice coloquialmente.
Hace varios años, en el inicio del gobierno de Vicente Fox, “El Chapo” Guzmán decidió dejar la cárcel para continuar con sus negocios del narcotráfico, ahora florecientes.
A finales de diciembre pasado, se fugaron del Centro de Readaptación Social (Cereso) un secuestrador y dos homicidas, considerados de alta peligrosidad. Los reos evadidos son Jesús Gerardo Dávila Ceballos, quien purgaba una pena de 25 años por secuestro y extorsión; Ricardo Venegas Anaya, con una sentencia de 26 años por homicidio calificado y lesiones, y Mario Márquez Baz estaba sentenciado a 27 años por homicidio y robo calificado. La historia vuelve a repetirse con los mismos argumentos: el poder económico de los delincuentes para comprar a los vigilantes y la capacidad de corrupción de estos para dejarse untar la mano.