La boda más Dulce
* Especiales, Espectáculos viernes 16, Dic 2011- Como si se tratara de la poesía más bella que se haya creado, así se vivió el enlace matrimonial de Dulce Rocío y César Alejandro, en un paraíso creado por Dios: San Cristóbal de las Casas, Chiapas
Gloria Carpio
(Con todo amor a Dulce Rocío Lara Valdez, un ser lleno de luz que se lleva tatuado en el corazón y en las letras)
Los cuentos de hadas sí existen y de ello fue testigo Diario Imagen, al ser partícipe de una boda de ensueño catalogada por nuestro medio como la mejor boda del año, al predominar lo más importante: EL AMOR Y LA FE.
Es un privilegio ser testigo de la unión de dos personas que se aman, un amor que nació hace más de una década y que a finales de este año llegó al altar para ahora escribir una historia colmada de sueños hechos en realidad, de proyectos traducidos en éxito y de una familia guiada siempre de la mano de Dios.
Cuando dos corazones se entrelazan se transforma en un amor Dulce con un Rocío de devoción para toda la vida.
Como si se tratara de la poesía más bella que se haya creado, así se vivió el enlace matrimonial de Dulce Rocío Lara Valdez y César Alejandro Trujillo Ballinas, en un paraíso creado por Dios: San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Motivados por el amor que se profesan y con la alegría y bendición de sus progenitores Hermilo J. Lara Velasco y Ma. Margarita Valdez Castellanos (padres de la novia) y de Esteban Trujillo Morales y Cristina Ballinas Villafuerte (padres del novio), Dulce Rocío y César Alejandro contrajeron nupcias en el Templo de San Nicolás, en una tarde-noche de otoño, el más hermoso día que Dios ha regalado a Chiapas (22 de octubre de 2011).
Los novios recorrieron el camino al altar, que estaba rodeado rosas blancas y rojas, en donde ya los esperaba monseñor Felipe Arizmendi Esquivel.
El coro del templo fue el encargado de la parte musical sacra que recibió al cortejo encabezado por los respectivos papás de los novios, además de los padrinos de velación Efraín Valdez Castellanos y Elia Cano Montúfar.
Como padrinos de lazo los acompañaron las bellas Gabriela Lara Valdez y Ana Elena Valdés Zariñana; de anillos, Gonzalo Trujillo Ballinas y esposa; de arras, Fernando y Susana Trujillo Ballinas, así como de ramo, Gloria Lizbeth Valdés Herrera Carpio.
Tras la bienvenida, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel leyó un fragmento bíblico de la primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios, en el capítulo 13, que habla fundamentalmente del amor. Tras una reflexión acerca del texto leído por Ramón Valdés Castellano y Raúl Valdés Zariñana, el párroco dijo “le pido a Dios que los mantenga siempre unidos, ofrecerse un ciento por ciento al amor”. Y a continuación el gran momento: los votos matrimoniales. “César: ¿quieres recibir a Dulce como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en la penas, y en la salud y en la enfermedad, y así amarla y respetarla durante todos los días de tu vida?”, a lo cual el novio con los ojos de eterno enamorado, con el corazón palpitando a su máxima frecuencia cardiaca dijo “sí, acepto”. Misma pregunta para Dulce, quien con una sonrisa encantadora, siendo la novia más hermosa que se haya visto exclamó con orgullo “sí, acepto”, y la bendición matrimonial, con posterior colocación de alianzas. Aquí se vieron caras de mucha emoción, donde los novios dejaron escapar las emotivas lágrimas.
Tras el Ave María y cientos de felicitaciones y fotos con sus seres más amados, los novios salieron al atrio, y allí recibieron el aplauso y los saludos de todos los presentes, quienes les arrojaron arroz como símbolo de abundancia.
Ya como marido y mujer, Dulce y César se trasladaron al Centro de Convenciones “Las Brisas”, donde antes de dar comienzo a la fiesta se casaron por lo civil.
La pieza escogida para su primer vals como marido y mujer fue Hasta mi final de Il Divo, la cual bailaron también con sus respectivos padres para abrir así la pista de baile y formar un buen ambiente que se prolongó hasta las primeras horas del día siguiente, tras disfrutar de una fiesta en la que se echó la casa por la ventana: decoración, menú, orquesta, recuerdos, etcétera, etcétera.
Dulce Rocío y César Alejandro, en todo momento convivieron con sus invitados, algunos de los cuales viajaron desde otras partes de la República mexicana para compartir con ellos estos gratos e inolvidables momentos antes de partir a las playas de Cancún para disfrutar de su luna de miel.
Los buenos deseos de los invitados quedaron plasmados en un precioso cuadro con una foto de los novios, los parabienes eran en continua disposición para rememorar el día más importante en las vidas de la hoy hermosa familia Trujillo Lara.
Quien esto escribe conoce la historia de amor de Dulce Rocío y César Alejandro, quienes se conocieron siendo estudiantes, y hoy al paso de los años, ella como abogada y él como doctor, motivados por el amor, cristalizaron su sueño al convertirse en marido y mujer.
Quien esto escribe agradece a Dios ser periodista porque escribir los momentos más hermosos en la vida de las personas que uno ama es un privilegio y para mí es una dicha plasmar en Diario Imagen la boda de una personita a la que amo: mi prima Dulce Rocío Lara Valdez, a quien llevo tatuada en mi corazón y que a pesar de los años que estuvimos alejadas (porque así lo quiso el destino) hoy estamos más unidas que nunca por el amor, es por ello que quienes laboramos en Diario Imagen deseamos a la familia Trujillo Lara que los rayos de sol iluminen su vida con hermosas memorias.