Calderón “siembra” hoy su escudo de mañana
* Especiales, Roberto Vizcaíno jueves 15, Dic 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El que Javier Lozano, Gil Zuarth, Luisa María Calderón vayan al Senado, una muestra del tamaño del miedo del Presidente
- Ha cometido muchas arbitrariedades y hay quienes buscan desde hoy enjuiciarlo
- Peña Nieto integra su equipo de campaña con mexiquenses y personas de toda su confianza
Su discurso y acciones indican que el presidente Felipe Calderón siente y piensa que es un hombre bajo muchos riesgos. El primero de todos, el de la pérdida del poder.
Su decisión de ir a una guerra directa contra el narcotráfico y el crimen organizado, advierten que, dentro de un año, cuando entregue “la silla” a su sucesor o sucesora, deberá irse acompañado durante un largo, largo tiempo por un fuerte equipo y dispositivo de seguridad, militar sin duda.
Eso es lo obvio.
Sin embargo, su insuperable esencia panista, aunada a su particular desempeño como jefe del Ejecutivo, seguramente le dicen que quizá eso no sea suficiente.
Quizá por eso hoy, todo en él, nos dice que ha comenzado a entender que además del cerco militar va a requerir, de todo un escudo político y de poder de amplio espectro, para estar relativamente a salvo.
Y es que Calderón ha sido acusado en cortes internaciones por genocidio, mientras que en lo interno se ha comenzado a hablar de instalar, apenas se vaya, una Comisión de la Verdad como las que han operado en países bajo regímenes autoritarios, militares, para enjuiciar a sus ex gobernantes y dictadores.
No falta incluso quien indaga ahora si será posible enjuiciarlo penalmente, cuando ya no tenga el cargo.
Ni qué decir que Calderón debe muchas otras facturas a sus opositores políticos del PRI y PRD, a los cuales ha estigmatizado al vincularlos al narco, no sólo con reiteradas declaraciones, sino con aprehensiones que luego se le han caído por falta de pruebas.
Ahí está el caso de Greg Sánchez, quien fue detenido y encarcelado cuando iba directo a la gubernatura de Quintana Roo y lo de la súbita y loca aprehensión de Jorge Hank Rhon en Tijuana, así como lo del michoacanazo que llevó a prisión a 36 alcaldes y otros funcionarios, quienes meses después fueron puestos en libertad porque no se les pudo comprobar nada.
Así hay decenas de asuntos que se manejaron al amparo de la guerra contra el narcotráfico. Pero también están los casos en que Calderón ha actuado como presidente del PAN, más que de la República.
Sin duda, lo más grueso de su actuación, es el agravio social que dejan los 50 mil muertos de su guerra, muchos de ellos de personas ajenas al narco y a la delincuencia organizada, aunados a los casi 30 mil desaparecidos.
Es aquí donde existe la mayor y creciente animadversión y reclamo hacia su gestión y persona, y que es donde se pueden generar las acciones más insospechadas en su contra luego de que deje el poder.
Basta ver cuántas organizaciones sociales han surgido a raíz de eso. Una tan sólo es la del poeta Javier Sicilia, a quien se le han sumado miles de lastimados.
Todo eso y más, representa para Felipe Calderón un riesgo real que podría convertirse en acciones de todo tipo dentro de un contexto favorable para ello, como podría serlo una Presidencia priísta. Y él lo sabe.
De ahí que no es extraño que hoy colaboradores cercanos como Javier Lozano o Roberto Gil Zuarth, o miembros de su entorno familiar como su hermana Luisa María Calderón o su cuñado Juan Ignacio Zavala, vayan a buscar senadurías por Acción Nacional.
Es innegable que la renuncia de Lozano a la Secretaría del Trabajo, forma parte de este plan de crearle un escudo protector dentro del próximo Congreso a Calderón.
Este y otros, como los mencionados, actuarán como sus abogados-soldados-representantes personales y de grupo en las cámaras de Diputados y Senadores, a fin de atajar cualquier intento de instaurarle una Comisión de la Verdad, o emprender alguna otra acción política, judicial o penal que lo exponga o perjudique.
Nada más hay que ver el papel que ha jugado Javier Lozano dentro de su gobierno como golpeador de sindicatos y opositores, y como un verdadero cancerbero que agrede apenas se lo pestañea su jefe.
Esta evidente previsión de construir desde ahora un escudo para cuando se vaya, deja ver otro temor fundado en Calderón: el de que todo le indica que va a tener que entregarle la Presidencia a un opositor.
De ahí, su evidente desesperación, desesperación expresada en su discurso incriminatorio con el cual ha comenzado a exponer y afectar a todo el país. Decir que el narco y la delincuencia organizada pueden intervenir en las elecciones presidenciales y las federales, es aceptar que los delincuentes se pueden apoderar de la conducción del gobierno y del Estado mexicano.
Pero sobre todo, indica que su guerra ha fracasado, que no ha podido someter ni disminuir a los malos y que estos, al contrario, han crecido al grado de poder apoderarse de los procesos constitucionales de ascenso al poder.
Eso evidentemente puede poner muy nerviosos a los estadounidenses y otros socios de México.
¿O usted cómo lo ve?
INTEGRA SU EQUIPO: Mientras Calderón blinda su salida, Enrique Peña Nieto da pasos para asegurar su posible triunfo en los comicios del 1 de julio próximo.
Y para ello recurre no sólo a personajes muy cercanos a él, sino indudablemente leales, como lo es su ex secretario de Finanzas, el actual diputado federal Luis Videgaray, a quien acaba de nombrar como coordinador de su campaña presidencial.
Adicionalmente, el nuevo presidente del CEN del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, le acaba de dar posesión a Roberto Calleja como nuevo secretario de Prensa de este partido.
Sin duda, este nombramiento fue una sugerencia o petición de Peña Nieto, ya que Calleja fue el segundo del equipo de Comunicación Social de su gobierno en el Estado de México.
El jefe de ese grupo es David López, quien acompaña a Peña a todos lados. Sin duda, Calleja será el encargado de operar las cosas del mexiquense dentro, desde la poderosa estructura del PRI durante los meses que vienen hasta la elección de julio.
Pero este movimiento no es ni el primero ni el más importante que hace Peña Nieto dentro del PRI, donde ya colocó a Miguel Osorio Chong como coordinador de Operación Política y a Ricardo Aguilar, quien es el secretario de Organización y por ello encargado de coordinar toda la vasta y poderosa red territorial del PRI en toda la República.
De acuerdo a informaciones adicionales, se sabe que el ex secretario de Agua y Obra Pública de su administración en el Estado de México, el golden Boy David Korenfeld Federman ha sido designado para hacerse cargo del área de Evaluación y Seguimiento de la campaña presidencial del candidato priísta.
Korenfeld ocupó la alcaldía de Huixquilucan de 2003 a 2006.
Otro es el ex secretario de Comunicaciones de la administración peñista, Gerardo Ruiz Esparza, quien ha sido designado coordinador de Compromisos.
Esparza es un elemento cercano al ex gobernador Alfredo del Mazo González, quien ejerce una fuerte influencia en Peña Nieto.
El diputado federal Héctor Velasco Monroy será quien coordine las giras del candidato mientras que Luis Enrique Miranda Nava será el coordinador territorial.
La coordinación técnica estará a cargo de Roberto Padilla Domínguez, ex secretario particular de Peña Nieto mientras que la coordinación de Redes Sociales será Carolina Monroy del Mazo, ex directora de Radio y Televisión Mexiquense y ex secretaria estatal de Desarrollo Económico.
En Relaciones Públicas quedó Marcela Velasco González, quien era secretaria de Desarrollo Urbano.
David López, quien es uno de los más cercanos a Peña Nieto, queda como coordinador de imagen, para desde ahí operar toda la comunicación social y medios del candidato.
David es sin duda uno de los más experimentados en el equipo de Peña Nieto, ya que anteriormente estuvo con Alfredo del Mazo González y otros presidenciables.
En fin, un equipo que apenas comienza a despuntar y que se aceita para ir a una contienda rápida y contundente, pero sobre todo que está formado por personas muy cercanas al candidato.