Lunes negro
¬ Augusto Corro miércoles 14, Dic 2011Punto por punto
Augusto Corro
Dos jóvenes normalistas fueron asesinados a tiros durante una manifestación registrada en el tramo de la “Autopista del Sol” que atraviesa por Chilpancingo, Guerrero. Los estudiantes realizaban un bloqueo en la carretera cuando llegaron las policías a desalojarlos. En el sitio perecieron Gabriel Echeverría Jesús y Jorge Alexis Herrera.
Las fotografías que aparecen en los medios, muestran a los representantes de la fuerza pública que accionan sus armas contra los normalistas.
La historia empezó hace varios meses en los momentos en que solicitaron un mejor presupuesto y la ampliación de la matricula escolar para nuevos estudiantes en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”.
El gobernador de Guerrero, Angel Aguirre, se comprometió a atender las peticiones de los alumnos, pero no les cumplió. Ni siquiera tuvo la intención de recibirlos para iniciar pláticas que destrabaran el conflicto. Al no cumplir su palabra, los estudiantes iniciaron sus actos de protesta.
La semana pasada, los inconformes ocuparon, momentáneamente, varias radiodifusoras y antier volvieron a bloquear la autopista mencionada. Desde luego, la violencia de la fuerza pública contra los jóvenes manifestantes se puede comprobar en las diferentes videograbaciones. En una secuencia fotográfica, se ve cómo un estudiante, con una piedra en la mano y lejos de los uniformados, cae muerto al ser alcanzado por una bala.
En las primeras fotografías, aparece un sujeto, posiblemente policía ministerial, que dispara un rifle contra los manifestantes. De los hechos violentos hay testimonios que ayudarán a deslindar responsabilidades.
El problema surge porque las autoridades estatales quieren salir limpias de esa respuesta sangrienta que protagonizaron las policías para reprimir la manifestación en la autopista mencionada.
De entrada, el procurador de Guerrero, Alberto López Rosas, quiso empañar la realidad de los hechos al declarar que entre los normalistas había gente extraña que participó en la manifestación.
Esta duda fue aclarada inmediatamente, pues se trataba de estudiantes, que pasaban por el lugar, en los momentos del enfrentamiento entre normalistas y representantes de la fuerza pública. Además, el mencionado funcionario dijo que uno de los estudiantes portaba un arma larga.
Otra vez los estudiantes vuelven a ser objeto de agresiones por parte de las autoridades, porque en las normales rurales se encuentra latente el germen de la inconformidad. Los presupuestos económicos que les destinan son raquíticos.
Entre otras de las peticiones de los manifestantes es la apertura de nuevas fuentes de empleo para los maestros egresados de las normales rurales.
La propia dirigente nacional de los maestros, Elba Esther Gordillo, se pronunció, en una ocasión, por el cierre de las escuelas normales para convertirlas en centros de capacitación para personal que sirva a la industria del turismo.
Las escuelas normales en México han sido consideradas como focos generadores de guerrilleros.
Sin embargo, el problema de la educación se extiende a todo el país, porque el magisterio responde más a los intereses de su dirigente que a su vocación de enseñar. Los maestros cumplen con funciones políticas, como militantes del Partido Nueva Alianza (Panal) en lugar de cumplir con los postulados educativos.
En ese sentido, la educación en México se encuentra por los suelos o va a la deriva, porque son más fuertes las ambiciones personales de su dirigente, que el interés de enseñar en las aulas.
Los hechos sangrientos en la autopista multicitada pusieron en evidencia la incapacidad de Angel Aguirre para gobernar Guerrero.
Surgido de una alianza partidista, Angel Aguirre no ha podido ubicarse como gobernador. Acapulco, por ejemplo, se convirtió en un puerto que controlan los cárteles de la droga. Ya se perdió la cuenta de muertos en la ola sangrienta que baña ese otrora bello puerto del Pacífico.
Los maestros de las escuelas acapulqueñas tuvieron que realizar manifestaciones y paros para que las autoridades los voltearan a ver para que les brindaran seguridad, que terminara la extorsión de que eran objeto por parte de los grupos delincuenciales.
El estilo de gobernar de Angel Aguirre ha sido criticado acremente, por su actitud de nepotismo puro, pues tiene a la mayoría de su familia con plazas en la administración pública. Toda su parentela disfruta los beneficios de estar dentro del presupuesto.
Su triunfo para llegar a la gubernatura fue uno de esos actos de malabarismo político, pues Angel Aguirre se convirtió de priísta a perredista de la noche a la mañana. Su formación política estuvo supervisada por Rubén Figueroa, aquel gobernador guerrerense que, según testimonios de la época, ordenó la matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas.
Ahora, la ola de crímenes en Acapulco, la violencia que recorre el estado de Guerrero, la ineptitud para gobernar de Angel Aguirre tiene sumidos a los guerrerenses en el miedo y el terror. Aunque no quiera aceptarse, la importancia de centro turístico importante desapareció. El puerto se convirtió en un centro de operaciones del narcotráfico.
En fin, esperemos que las investigaciones sobre los dos normalistas asesinados aclaren qué fue lo que ocurrió en la autopista y que los responsables respondan de sus actos ante la justicia. Las declaraciones del procurador del gobierno guerrerense reflejaban sus intenciones de darle un rumbo diferente a los hechos.
Las autoridades no quieren entender que la sociedad mexicana ya no se chupa los dedos. ¿Había necesidad de reprimir con esa violencia brutal a los normalistas y gente del pueblo que los acompañaba?