Sí es la joven Morlett
¬ Augusto Corro jueves 1, Dic 2011Punto por punto
Augusto Corro
Adriana Morlett Espinosa sí fue privada de la libertad y asesinada.
Lo anterior se desprende de los estudios practicados a los restos óseos encontrados en un paraje de Tlalpan, el 19 de diciembre de 2010. Un equipo forense argentino fue el encargado de esa tarea de identificación. La infausta noticia fue confirmada por los parientes de la víctima. A la joven estudiante de arquitectura de la UNAM no se le volvió a ver desde el 6 de septiembre de 2010.
El 11 de junio del presente año, nos referimos, en este espacio, al misterio que envolvía la desaparición de Adriana. Desde aquella fecha cambió la vida de la familia Morlett Espinosa. Los padres y el hermano de la joven dejaron todo para dedicarse a su búsqueda. Estaban desesperados, angustiados y agobiados por la tragedia que los golpeaba brutalmente.
¿Qué fue lo que ocurrió realmente? Por ahora nadie lo sabe. Adriana, de 21 años, era una estudiante con un promedio de 9.7 en sus calificaciones. Conducta ejemplar. Sin problemas.
Ante la falta de respuesta de las autoridades, Javier, el padre de la joven, y su hijo decidieron investigar por su cuenta. Todo fue en vano. Siguieron todas las pistas con resultados infructuosos.
El viacrucis terminó al saber que los restos encontrados en Tlalpan corresponden a la universitaria. Al inicio de las investigaciones, se pensó en que él o los secuestradores pedirían algún rescate para dejar a la víctima en libertad; pero no ocurrió así.
Entonces, si no se trató de un plagio con fines económicos, ¿qué fue lo que le ocurrió a Adriana?
Desafortunadamente, el tiempo transcurrido desde la fecha de la desaparición de la universitaria, más de un año, es un obstáculo importante para los investigadores.
Según datos obtenidos por los reporteros e investigadores de la Fuerza Anti Secuestros (FAS) de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en aquellos días, las últimas horas del 6 de septiembre en las que se tuvo contacto con la joven, se registraron de la siguiente manera:
A las 18.48 horas, Adriana le envía un mensaje por celular a su mamá. El propósito del correo es para no olvidar el libro que pedirá prestado en la biblioteca de la UNAM, con el título de “Arquitectura, teoría y diseño de contexto”, de Enrique Yáñez. Es el último registro documental que se tiene de ella.
Media hora después utiliza su Facebook. Redacta un mensaje: “Comprobando si la luna es de queso”. Le avisa a su hermano que va “rapidísimo a la biblioteca”, porque a las 20.30 horas unos amigos llegarán a su departamento para ver unas películas.
De las 19.25 a las 19.40 horas, durante el trayecto de su departamento a la UNAM recibe tres llamadas de Mauro Alberto Rodríguez, de 25 años, estudiante del quinto semestre de la Facultad de Piscología. La espera afuera de la biblioteca.
Adriana sale de la biblioteca a las 19.40 con un libro en la mano. Adriana y Mauro se dirigen a la casa de este último. La estancia en el lugar es rápida. Como señalamos ella tiene que estar a las 20.30 con sus amigos. Se le hace tarde.
De acuerdo con las declaraciones de Mauro, después de varios minutos (entre las 20.30 y las 21.00 horas) la joven aborda un taxi en avenida Aztecas para dirigirse a Copilco, donde se encuentra su departamento. Ahí vive con su hermano. Aunque Mauro no recuerda los números de las placas del automóvil, sí proporciona sus características.
Como la universitaria no llegó a la cita, el hermano y los amigos empezaron a preocuparse y empezaron a hacer llamadas telefónicas para ubicarla. A partir de esas horas se inició el viacrucis de la familia Morlett Espinosa.
Un hecho raro saltó en el caso: el libro que la estudiante se llevó de la biblioteca de la UNAM, en calidad de préstamo, alguien lo regresó. No se sabe en qué circunstancias.
Una vez que se conocen, con certeza, que los restos humanos hallados en Tlalpan corresponden a Adriana, la FAS tendrá que redoblar esfuerzos para dar con el o los secuestradores y asesinos.
Por su parte, Teresa Ulloa Ziáurriz, directora regional de la Coalición contra Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC), dijo que luego de esta dolorosa confirmación, el siguiente paso es “mantenernos al lado de la familia Morlett Espinosa y exigir que se continúe con las investigaciones para dar con los responsables del homicidio”. En fin, el caso sigue en manos de las autoridades que tendrán que luchar contra el tiempo que todo lo borra.
PUNTOS SUSPENSIVOS. Aunque parezca disco rayado, las noticias extranjeras favorecen poco a México; cuando no se refieren a las masacres de los narcos, señalan la pobreza en que se debate nuestro país. Por ejemplo, la Cepal informa que 36 por ciento de la población es de pobres y que aumentó el número de mexicanos en indigencia… Que ahora sí va en serio y que los secuestradores que asesinen a sus víctimas serán condenados a cadena perpetua. Sólo falta que capturen a los plagiarios y homicidas, porque las leyes, aunque no tan severas, siempre han estado vigentes para castigar a los delincuentes…
Los funcionarios públicos de todos los niveles iniciaron una desbandada en busca de fuero o de mejores huesos, pues llegó la temporada electoral para renovar las Cámaras de Diputados y Senadores, convertidos en asilos protectores de ex gobernadores y burócratas de cola larga que les pisen…