Edgar Elías Azar entrega la Medalla al Mérito Judicial
Cd. de México viernes 25, Nov 2011- Recibieron el galardón el magistrado Víctor Rolando Díaz Ortiz y los jueces Elena Arellano Castillo y Antonio Cortés Mayorga
El Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) reconoció a tres de sus juzgadores, magistrado Víctor Rolando Díaz Ortiz, y a los jueces María Elena Arellano Castillo y Antonio Cortés Mayorga, al imponerles la Medalla al Mérito Judicial, por su destacada labor en la impartición de justicia.
En el acto, realizado en la Sala Presidentes María Lavalle Urbina del TSJDF, el presidente de la institución, magistrado Edgar Elías Azar, aseguró que con la Medalla al Mérito Judicial no se premia el mero cumplimiento del deber, sino la excelsitud, el fondo y la forma; la calidad de los actos de justicia, que por su inteligencia, prudencia, diligencia y oportunidad han sabido emprender los galardonados.
Al hablar del papel de los jueces, Elías Azar dijo que éstos son ajenos a la ofensa, y no proclives a supuestas defensas públicas, como tampoco a los elogios, inciensos y ensalzamientos, porque todo ello es huidizo y frágil como la brisa que llega y se va.
“Sí, somos solidarios con todos nuestros juzgadores; nada ni nadie podrá lesionar la dignidad judicial, en consideración errónea de que somos frágiles o vulnerables. Nada de eso, cada vez que alguien se atreva a intentar una acción ofensiva en contra de uno de nosotros, recibirá la respuesta puntual de la aplicación de la ley”, enfatizó.
Como invitado, el ministro en retiro y ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela Güitrón, pronunció un discurso en el que planteó la dificultad a la que se habrá enfrentado la comisión encargada de designar a los ganadores.
Sobre todo, consideró, cuando en la judicatura, algunos de los atributos que normalmente se deben de dar en los juzgadores es el de la sencillez y la humildad, lo que conlleva a que no siempre se haga propicio apreciarlos entre los posibles ganadores, sino es por la opinión de los justiciables, al ver en ellos sus principios, virtudes y comportamiento.
El consejero de la Judicatura del Distrito Federal Luis Manuel Márquez Lugo, e integrante de la comisión encargada de analizar las propuestas de candidatos, hizo una breve semblanza de los galardonados, en quienes confluyen, aseveró, los tres elementos que distinguen a la impartición de justicia: criterio, como instinto de la verdad; carácter, como energía sorda y constante de la voluntad, y sentido de justicia, como la propia verdad en acción.
Recordó que el magistrado Víctor Rolando Díaz Ortiz actualmente se desempeña como integrante de la Segunda Sala Civil, desde 1989. Nacido en el Distrito Federal, estudió la licenciatura el derecho en la Universidad Benito Juárez de Oaxaca. Con 22 años de trayectoria en el TSJDF, ha sido funcionario público federal y local, y agente del ministerio público.
Al hablar de la trayectoria de la jueza María Elena Arellano Castillo, el consejero Márquez Lugo recordó que nació en el Distrito Federal, donde estudió la licenciatura en derecho en la UNAM, y que en la Universidad Nacional Autónoma de Barcelona obtuvo un máster en derecho civil y familiar. Agregó que ingresó al TSJDF en 1967, como secretaria proyectista, y que tras 16 años de fungir como jueza de Paz Penal, ahora es jueza de Proceso Oral.
De Antonio Cortés Mayorga, refirió que estudió la licenciatura en derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución en la que también obtuvo una maestría. Oriundo del Distrito Federal, cuenta, asimismo, con un doctorado por el Instituto Nacional de Ciencias Penales. Su trayectoria en el TSJDF se inició como pasante de derecho en el Juzgado Trigésimo Noveno Familiar, y desde marzo de 2002 se desempeña como juez Vigésimo Tercero Penal.
A nombre de los galardonados, el magistrado Díaz Ortiz pronunció un discurso en el que reconoció que la sociedad, actualmente, ha perdido la confianza en la justicia. Por ello, consideró que es necesario que los jueces revisen su papel, y actuar en consecuencia.
“Este honor (recibir la Medalla al Mérito Judicial) representa una responsabilidad, que nos hace reanalizarnos para darnos cuenta si la sociedad recibe lo que de nosotros espera”, aseguró. También planteó la necesidad de recoger ese reto, a fin de recobrar la confianza de la sociedad.
Edgar Elías Azar entrega la Medalla al Mérito Judicial
Recibieron el galardón el magistrado Víctor Rolando Díaz Ortiz y los jueces Elena Arellano Castillo y Antonio Cortés Mayorga.
El Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) reconoció a tres de sus juzgadores, magistrado Víctor Rolando Díaz Ortiz, y a los jueces María Elena Arellano Castillo y Antonio Cortés Mayorga, al imponerles la Medalla al Mérito Judicial, por su destacada labor en la impartición de justicia.
En el acto, realizado en la Sala Presidentes María Lavalle Urbina del TSJDF, el presidente de la institución, magistrado Edgar Elías Azar, aseguró que con la Medalla al Mérito Judicial no se premia el mero cumplimiento del deber, sino la excelsitud, el fondo y la forma; la calidad de los actos de justicia, que por su inteligencia, prudencia, diligencia y oportunidad han sabido emprender los galardonados.
Al hablar del papel de los jueces, Elías Azar dijo que éstos son ajenos a la ofensa, y no proclives a supuestas defensas públicas, como tampoco a los elogios, inciensos y ensalzamientos, porque todo ello es huidizo y frágil como la brisa que llega y se va.
“Sí, somos solidarios con todos nuestros juzgadores; nada ni nadie podrá lesionar la dignidad judicial, en consideración errónea de que somos frágiles o vulnerables. Nada de eso, cada vez que alguien se atreva a intentar una acción ofensiva en contra de uno de nosotros, recibirá la respuesta puntual de la aplicación de la ley”, enfatizó.
Como invitado, el ministro en retiro y ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela Güitrón, pronunció un discurso en el que planteó la dificultad a la que se habrá enfrentado la comisión encargada de designar a los ganadores.
Sobre todo, consideró, cuando en la judicatura, algunos de los atributos que normalmente se deben de dar en los juzgadores es el de la sencillez y la humildad, lo que conlleva a que no siempre se haga propicio apreciarlos entre los posibles ganadores, sino es por la opinión de los justiciables, al ver en ellos sus principios, virtudes y comportamiento.
El consejero de la Judicatura del Distrito Federal Luis Manuel Márquez Lugo, e integrante de la comisión encargada de analizar las propuestas de candidatos, hizo una breve semblanza de los galardonados, en quienes confluyen, aseveró, los tres elementos que distinguen a la impartición de justicia: criterio, como instinto de la verdad; carácter, como energía sorda y constante de la voluntad, y sentido de justicia, como la propia verdad en acción.
Recordó que el magistrado Víctor Rolando Díaz Ortiz actualmente se desempeña como integrante de la Segunda Sala Civil, desde 1989. Nacido en el Distrito Federal, estudió la licenciatura el derecho en la Universidad Benito Juárez de Oaxaca. Con 22 años de trayectoria en el TSJDF, ha sido funcionario público federal y local, y agente del ministerio público.
Al hablar de la trayectoria de la jueza María Elena Arellano Castillo, el consejero Márquez Lugo recordó que nació en el Distrito Federal, donde estudió la licenciatura en derecho en la UNAM, y que en la Universidad Nacional Autónoma de Barcelona obtuvo un máster en derecho civil y familiar. Agregó que ingresó al TSJDF en 1967, como secretaria proyectista, y que tras 16 años de fungir como jueza de Paz Penal, ahora es jueza de Proceso Oral.
De Antonio Cortés Mayorga, refirió que estudió la licenciatura en derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución en la que también obtuvo una maestría. Oriundo del Distrito Federal, cuenta, asimismo, con un doctorado por el Instituto Nacional de Ciencias Penales. Su trayectoria en el TSJDF se inició como pasante de derecho en el Juzgado Trigésimo Noveno Familiar, y desde marzo de 2002 se desempeña como juez Vigésimo Tercero Penal.
A nombre de los galardonados, el magistrado Díaz Ortiz pronunció un discurso en el que reconoció que la sociedad, actualmente, ha perdido la confianza en la justicia. Por ello, consideró que es necesario que los jueces revisen su papel, y actuar en consecuencia.
“Este honor (recibir la Medalla al Mérito Judicial) representa una responsabilidad, que nos hace reanalizarnos para darnos cuenta si la sociedad recibe lo que de nosotros espera”, aseguró. También planteó la necesidad de recoger ese reto, a fin de recobrar la confianza de la sociedad.