Los perredistas
¬ Augusto Corro jueves 3, Nov 2011Punto por punto
Augusto Corro
Si priva el divisionismo y las ambiciones personales, se pronostica que no habrá candidato único de la izquierda.
Andrés Manuel López Obrador se irá por su lado, apoyado por el Partido del Trabajo, el Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) y desde luego por su organización política Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), así como de los amarillos que rechazan a los chuchos que encabeza Jesús Ortega.
Marcelo Ebrard Casaubon será respaldado por lo que queda del cascarón perredista. Por si le sirve el dato, según la última encuesta de Mitofsky, AMLO “sigue aventajando al jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, en todos los escenarios posibles”.
Ambos contendientes manifestaron en varias ocasiones que respetarán los resultados de las encuestas. Quizá sería la mejor actitud de ambos, porque de otra manera, la izquierda mexicana entraría en un conflicto más, con repercusiones insospechadas.
Porque en el programa electoral de los partidos de izquierda, se encuentran también los candidatos a jefe del gobierno capitalino, senadores, diputados y delegados políticos entre otros.
No será fácil escoger a cientos de aspirantes si las aguas no se encuentran tranquilas. Las luchas por las curules serán encarnizadas. Claro, van incluidas las pugnas por las jefaturas delegacionales.
Y precisamente en el Distrito Federal, las encuestas presentan un panorama que no favorece al PRD en su lucha por mantenerse en el poder del gobierno capitalino.
Para empezar, Beatriz Paredes encabeza la lista de aspirantes mejor posicionados para sucederle en el cargo a Marcelo. La priísta tiene una ventaja considerable sobre su más cercano adversario, que es la asambleísta Alejandra Barrales. Sin embargo, como se encuentran las cosas, esta última sería la aspirante perredista más indicada para frenar a la ex dirigente del tricolor y ex gobernadora de Tlaxcala.
Quizá el procurador capitalino, Miguel Angel Mancera sería también, uno de los candidatos del PRD con posibilidades de obtener buenos resultados en la lucha electoral que se avecina.
Sin embargo, algo ocurre que el funcionario no define, con mayor firmeza, su decisión de participar como aspirante del PRD al gobierno del Distrito Federal. Su disciplina política podría resultarle muy costosa si realmente pretende ser candidato. Da la impresión que recibió órdenes de no moverse, hasta nueva orden, para no agitar las aguas y complicar las cosas.
Por otra parte, Mario Delgado, el delfín de Marcelo, sigue sumido en el anonimato. Si el jefe de gobierno capitalino se empeña en llevarlo a la candidatura, el protegido será el protagonista de una de las peores derrotas del perredismo en la capital mexicana.
En los diferentes partidos políticos capitalinos se libra una lucha sorda. Entre los otros aspirantes interesados en suceder a Marcelo, se encuentran por el PT, el diputado Porfirio Muñoz Ledo y el senador Ricardo Monreal. En el mismo PRD está Martí Batres, un militante importante de izquierda, que fue subestimado por Marcelo. Al inicio de la temporada electoral, lo destituyó del cargo de secretario de Desarrollo Social.
Ante esas condiciones políticas que privan en el Distrito Federal, de los posicionamientos indiscutibles de priístas y perredistas, los panistas no tienen ninguna posibilidad de obtener triunfos.
Sus precandidatos son blanquiazules que no pudieron gobernar las delegaciones políticas a su cargo. Por ejemplo, en la delegación Miguel Hidalgo, los vecinos aborrecen a su delegado Demetrio Sodi de la Tijera. El propio José Luis Luege Tamargo, director de Conagua, no da color en la mencionada contienda.
Los perredistas saben que Beatriz Paredes amenaza con arrebatarles el gobierno de la capital mexicana, uno de los principales baluartes del perredismo. Si la tlaxcalteca logra ganar las elecciones del 2012, el PRD sufriría la peor de sus derrotas que lo encaminaría a su muerte y sepultura.
Por cierto, alguien tendrá que explicar a qué juega el senador perredista Carlos Navarrete. Con el pretexto de presentar su libro, denominado “Carlos Navarrete, de Frente”… recuento y anécdotas de política. Con ese pretexto hizo un recorrido por varias estaciones de radio.
Durante las entrevistas obligadas, el político se enorgulleció de sus amplios conocimientos sobre los problemas que agobian a la Ciudad de México. En ningún momento oculta sus aspiraciones a gobernar al Distrito Federal con los colores amarillo y negro. Luego, en sus declaraciones propone y apoya al ex rector de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, como aspirante a la candidatura del partido del sol azteca al gobierno capitalino.
“Sería una carta excelente para los ciudadanos y para el partido”, dijo el senador guanajuatense, quien recalcó: “A mí me encanta (sic) que Juan Ramón de la Fuente pudiera ser una carta de donde pudiéramos echar mano, ojalá que se decidiera a ser valorado y evaluado en la ciudad de México”. ¿Alguien lo entiende?
Realmente resulta muy extraño que políticos como Navarrete se inclinen por resucitar a políticos zedillistas, como es el caso de Juan Ramón de la Fuente, un auténtico picapedrero en el grillerío nacional. Un neo-dinosaurio que busca su resurrección.
Como se ve, la izquierda mexicana, específicamente el PRD, tendrá que imponer el orden en el interior de la organización política si pretende participar y obtener triunfos importantes, en la contienda electoral del 2012.
¿Sabrán las tribus perredistas que viven momentos complejos en función de una unidad que se antoja imposible? Por donde se desee analizar la situación que priva en el partido del sol azteca, lo único que se encontrará es el divisionismo partidista auspiciado por las ambiciones personales de aquellos grillos, sin escrúpulos (obvio), que hacen de la política una actividad mercenaria redonda, con su balance de utilidades permanentes.
En los próximos días se empezará a conocer el nombre del candidato de la izquierda mexicana en la sucesión presidencial del 2012. Uno tendrá que ser el elegido entre AMLO y Marcelo. ¿El perdedor aceptará su derrota? Pronto lo sabremos.