Drenaje profundo
¬ José Antonio López Sosa jueves 3, Nov 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Fuimos invitados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para recorrer 2 de los más de 70 kilómetros que comprenderá el Túnel Emisor Oriente, es decir, el nuevo “drenaje profundo” que corre del cruce del Gran Canal y el río de Los Remedios (en los límites del Distrito Federal y el Estado de México) hasta Atotonilco, Hidalgo.
Mucho se ha escuchado en torno a esta obra -dicho sea de paso, la obra en construcción más grande del mundo-; sin embargo, por más explicaciones que haya, el estar ahí abajo da muestra de la magnificencia de la obra y de la importancia que tendrá para la ciudad de México.
Bajamos en la lumbrera cero, alrededor de las 11 de la mañana acompañados por José Luis Luege -director de Conagua-, algunos diputados y un grupo de prensa. Caminamos hacia la lumbrera uno-A poco más de dos kilómetros, durante el trayecto se nos explicó de forma simple como las máquinas y el talento de la ingeniería mexicana había cavado ese túnel, forrado enteramente de concreto.
Con este emisor se podrá prevenir a la ciudad de una inundación en caso de una temporada de lluvia atípica, además permitirá dar mantenimiento a los otros dos emisores y lo más importante, las aguas negras irán directamente a la nueva planta de tratamiento en Atotonilco, Hidalgo, para después llegar a los campos del Valle del Mezquital y lograr reúsar toda esa agua para el cultivo, con esto cerrando un círculo de reciclaje y nulo desperdicio del agua en una segunda etapa.
Me parece que esta obra tiene una importancia que poco valoramos por estar bajo la tierra o porque simplemente en la cotidianeidad de nuestra zona de confort, pensamos que el agua viene y se va casi de forma automática.
A diferencia del túnel emisor central que al construirse destrozó el equilibrio ecológico en las presas Endó y Requena en el estado de Hidalgo (convirtiéndolas en presas de aguas negras por décadas), este nace sustentable ecológicamente hablando.
La obra está abierta al público previo contacto con las autoridades en el sitio o a través de Conagua. Personal del organismo nos manifestó la importancia que la gente vaya a conocer esta obra: “que la gente venga a conocerlo, es la gente quien está pagando esta obra”.
Durante esta semana permanecerá este recorrido abierto al público.
En verdad vale la pena estar ahí, sentirse debajo de la tierra, ver el nivel de infraestructura y comprender por qué debemos ser responsables en el uso y el manejo del agua. Al salir de la lumbrera uno-A teniendo el Gran Canal a un costado, podemos también comprender el daño ecológico que día con día hacemos a la cuenca y que, con esta obra y sobre todo, la responsabilidad ciudadana se puede comenzar a revertir.
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