Cienciología, tráfico de fe (II)
¬ José Antonio López Sosa viernes 28, Oct 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
La dianética centra su atención en los “traumas” a los que estamos expuestos los seres humanos desde la gestación en momentos imperceptibles conscientemente hablando, hace responsable al inconsciente y subconsciente de guardar estos traumas y lo consideran “mente reactiva”, en terapias y mediante la ayuda de personas en niveles superiores (existen 36 niveles en la dianética) se logra revertir estos “traumas” para entonces convertirnos en un ser humano sano y feliz. Consultado a un especialista, nos explicó que de inicio la percepción es correcta, el subconsciente y el inconsciente graban momentos que pueden más adelante traer ciertas conductas, pero no una mente reactiva como lo describen los dianéticos, además que existen técnicas profesionales como el psicoanálisis para solucionar este tipo de conflictos internos. La Iglesia de la Cienciología tiene una estructura similar a las logias masonas, aunque nada tienen que ver una con otra, simplemente hago referencia a la estructura.
En esta secta hay pensamientos gnósticos con mezclas de elementos doctrinales de las religiones antiguas como el hinduísmo y del cristianismo, pero todo se paga con un alto precio, de hecho existen algunos tipos de contratos. Las técnicas son de tipo psicológico-espiritual aparentemente científicas, de este modo manejan a las personas con un estudio supuestamente basado en la ciencia formal. Como si se tratara de una religión, aseguran que son los únicos que poseen la verdad y su percepción de Dios varía de acuerdo a cada individuo, aunque en términos reales al único que creen Dios y Mesías es a su fundador Lafayette Ronald Husbbard.
Su método para reclutar gente es de varias formas, tienen locales en centros comerciales, invitan a conferencias y eventos en lujosos hoteles y se anuncian como contratantes con la gente joven; acudí a la oficina reclutadora ubicada a unas cuadras de la Plaza Hidalgo en Coyoacán, donde me presenté como candidato a cubrir una de sus vacantes. Primeramente, nos hacen firmar una hoja donde aseguramos no ser periodistas ni investigadores y comprometiéndonos a no revelar los procesos internos de la Iglesia; posteriormente hay un examen de tipo psicométrico, finalmente durante casi una hora nos presentan una película donde según ellos, la única alternativa en este mundo es la dianética. Convencen a la gente usando elementos basados en lugares comunes, simples preguntas como ¿sufre usted inseguridad económica?, en México crece el desempleo, ¿está preocupado por ser usted el siguiente?; quiero decir, cuestiones que a cualquier persona suceden dado el sistema social que prevalece, por lo que fácilmente la gente puede quedar convencida de que este es un camino a la verdad.
Finalmente, me dijeron que al ver mi evaluación, quedaría yo como becario en Recursos Humanos, mi horario sería de 9 am a 9 pm y mi trabajo consistiría en traer jóvenes para darles pláticas, regalar libros y promover la dianética por doquier, no habría salario hasta después de algún tiempo, pero de hacer bien mi trabajo, en unos años podría llegar a los niveles más altos y pasar el resto de mi vida en el gran crucero de la cienciología, donde viven los más grandes dianéticos dando la vuelta al mundo.
Desafortunadamente, en esta seudorreligión se abusa de la ignorancia de la gente, tienen perfectamente estructurado su discurso, usando elementos profesionales como teorías del color, manejo de lenguaje y mensajes subliminales. Al paso del tiempo, los miembros están obligados a pagar dinero (donativos) para hacer crecer la iglesia, además de vender los libros (todos escritos solamente por Lafayette Ronald Husbbard) y convencer a mucha gente más. Por el momento no hay modo legal de coartar la serie de engaños que hacen a la gente, sin embargo, es recomendable no caer en este tipo de agrupaciones, donde prometen la felicidad y el salvamento a cambio de nada, señores, ¡eso no existe!, siempre hay algo de por medio, en este caso, dinero.
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