Pemex y los saqueos
¬ Augusto Corro jueves 13, Oct 2011Punto por punto
Augusto Corro
Se tiene la impresión de que Petróleos Mexicanos (Pemex) fue creada para el saqueo permanente de su riqueza.
Un sinnúmero de acciones delictivas afectan a la paraestatal. Entre otras las tomas clandestinas en ductos y oleoductos, secuestros de carros-tanque y asalto a pipas, todo con el fin de robar gasolinas, diésel, petróleo, petroquímicos, condensados y gas.
Como si lo anterior no fuera suficiente, también en las oficinas de Pemex se practican actos de corrupción.
Por ejemplo, el caso de una funcionaria que fue multada, destituida e inhabilitada por diez años para el ejercicio público, por confirmarse su participación en una red de corrupción que otorgaba prebendas a empresas transnacionales.
Nos referimos a María del Rocío Cárdenas Zubieta, directora general de PMI Comercio Internacional, brazo comercial de Pemex, quien ahora deberá pagar una multa por 283 millones 942 mil pesos, una de las más altas aplicadas en México.
Se estima que el daño provocado a la paraestatal fue de 1.75 millones de dólares. Junto con Cárdenas fueron destituidos otros tres directivos que autorizaron un descuento excesivo e injustificado en la venta de gasolina cóquer a favor de dos empresas de capital estadounidense, dedicadas a la compra de hidrocarburos.
Por otra parte, un velo de opacidad cubre la operación entre Pemex y la empresa española Repsol.
Nadie sabe qué ganará la paraestatal mexicana con la compra de 5% más de las acciones a la petrolera española mencionada.
Ni siquiera quienes conforman el Consejo de Administración de Pemex tienen claro de qué se trata el asunto. El propio director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, en una conferencia de prensa dijo que la empresa mexicana no quiere de Repsol ni su petróleo, ni el gas, ni operar alguno de los activos de la española en América Latina o en aguas estadounidenses del Golfo de México.
Entonces, ¿qué se persigue con la mencionada inversión en la petrolera Repsol?
EL PAN CAPITALINO
Carlos Orvañanos, el delegado político en Cuajimalpa, ya definió su posición política y su anhelo de ser jefe del gobierno capitalino.
El 9 de octubre rindió su informe anual de actividades y aprovechó el viaje para autodestaparse como precandidato a la gubernatura del Distrito Federal. En la ceremonia estuvo presente el precandidato panista, Ernesto Cordero. Ambos se juraron fidelidad y buenos deseos en la contienda electoral del próximo año: “Orvañanos, jefe de gobierno, Cordero, presidente”.
¡Candidato!, exclamó Orvañanos a Cordero, mientras éste le levantaba la mano: “Vamos a ir en mancuerna juntos (sic). Van a ver pronto algunos anuncios importantes, vamos en mancuerna y vamos a ganar la ciudad y la presidencia de la República”, aseguró el titular de Cuajimalpa, quien anunció que próximamente dará a conocer su renuncia al cargo.
Entre los panistas no cayó bien el autodestape. La diputada federal panista, Gabriela Cuevas, consideró que las inquietudes de su correligionario fueron apresuradas, pues ni siquiera existe una convocatoria ni hay lineamientos para la elección de los candidatos.
No pasó a mayores. Salvo que tanto la propia Gabriela, como José Luis Luege, director de la Comisión Nacional del Agua, quienes tienen posibilidades reales de ser candidatos, tendrán que remar mucho para ser designados, porque el destape de Orvañanos les deja con muy pocas posibilidades de movimiento.
Se parte de la idea de que Cordero es el delfín de Calderón y que si ya se comprometió con Orvañanos, por lo menos así se entendió lo ocurrido el domingo pasado, Cuevas y Luege tendrán que buscar apoyo en la otra precandidata azul a la presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota.
Queda claro que el Distrito Federal no les interesa a los panistas, quienes, según las estadísticas estarán en el tercer lugar como organización política, después de las elecciones de julio próximo.
En fin, tendremos que esperar a que Cordero levante y sea ungido como candidato azul en la contienda electoral del 2012, para llevarse de la mano a su cuate Orvañanos, quien en un gesto de osadía ya quemó sus naves.
PRIVILEGIOS
A veces, la insensibilidad política molesta a la sociedad mexicana que contempla, un día sí y otro también, los privilegios de los funcionarios públicos en todos los niveles de la administración pública.
Los presidentes municipales, gobernadores, magistrados, ministros, secretarios de Estado, no se diga legisladores, son beneficiados con salarios altísimos y prestaciones sociales que rayan en la ofensa.
Los mandatarios estatales se manejan en sus aviones y helicópteros propios. Hace tiempo que se olvidaron de las líneas aéreas comerciales. Disfrutan de choferes particulares las 24 horas.
Las amenazas que les lanzan la delincuencia organizada ni siquiera les preocupan, para eso tienen ejércitos personales de guaruras. En un país de millones de pobres, los magistrados se refieren, sin recato alguno, a sus sueldos fabulosos.
Concretamente, los letrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) defendieron el salario de 343 mil pesos que perciben y aclararon que tras la reforma en materia electoral de 2008, ese ingreso es menor en 31 por ciento. Ya tiene usted una idea de por qué la democracia mexicana es una de las más caras del mundo.
Otros privilegiados son los senadores, quienes en su sede fastuosa tendrán dos restaurantes y una cafetería: en uno se atenderá a los legisladores y en el otro a la plebe.
En un comedor se manejará el menú propio de reyes. Un chef suizo se encargará del equipo de cocineros. Los senadores degustarán los platillos que les han servido a los reyes y obviamente, la “excelsa comida tradicional mexicana”.
Así lo dejamos. La lista de privilegios y canonjías es interminable.
A la alta burocracia y a los políticos, de todos los niveles, ya se les olvido que en México, por lo menos 50 millones de mexicanos son flagelados por la pobreza. Vaya insensibilidad política.