Promesas incumplidas en GAM
¬ José Antonio López Sosa miércoles 5, Oct 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Hace algunas semanas recibimos en nuestra emisión radiofónica “Fórmula Confidencial” a Víctor Hugo Lobo, jefe delegacional en Gustavo A. Madero, una de las zonas más conflictivas de la capital del país.
Con más de una hora de anticipación, su director de comunicación social, Rubén Chavarría, arribó a las instalaciones de Radio Fórmula, para preguntarnos sobre el sentido de dicha entrevista, quería sin lugar a dudas conocer los temas que cuestionaríamos.
La entrevista se llevó a cabo, principalmente con quejas y denuncias del auditorio, cosas claras con nombre, apellido y dirección que estaban sucediendo en el perímetro de la delegación. Ante cada una de las quejas, el jefe delegacional en turno se comprometió frente a los micrófonos a tomar cartas en el asunto, cosa que no ha sucedido hasta hoy.
Nuestros radioescuchas denunciaron antros clandestinos en Lindavista, ambulantaje y franeleros en las inmediaciones de Parque Lindavista, vendedores irregulares de gas en Santa Isabel Tola, baches e inseguridad en Lindavista Vallejo, en fin, un largo listado al que en un par de semanas -según el propio Lobo Román- estarían por lo menos con un diagnóstico para buscarle inmediata solución.
A la fecha, no hay ni diagnóstico ni solución, tan sólo la noticia que el señor Lobo quiere ser senador en el siguiente período y parece que en ello centra sus esfuerzos junto al equipo que lo auxilia en la delegación.
Esta es la clase de PRD que lesiona la imagen de un partido, que en muchos sectores tiene una intención de trabajar y sacar adelante a sus gobernados. Si uno habla con los funcionarios delegacionales se encuentra con que Víctor Hugo Lobo es una maravilla con corbata, si uno camina a tres calles de la delegación y pregunta a los vecinos las respuestas son antagónicas.
Lamentablemente, la Gustavo A. Madero históricamente desde 1997 ha sido gobernada por grupos de poder que actúan como feudos, sin un respeto por sus gobernados y con apego estricto a mafias bien establecidas. No podemos obviar el hecho que uno de sus ex delegados, Octavio Flores Millán, permanece tras las rejas.
En fin, así funciona la delegación Gustavo A. Madero, como en la Edad Media, ante un silencio cómplice del gobierno del Distrito Federal, que pareciera temerle a estos grupos, ignoro si por omisión o porque tienen algún interés compartido más allá de “servir al pueblo” como suelen decir. ¡Lástima!
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