Lo cotidiano del periódico
¬ José Antonio López Sosa lunes 3, Oct 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Para quienes nos dedicamos a esta noble tarea de soltar la pluma, o más bien en estos días debiéramos llamar “la tecla” para informar, formar opinión o expresar cualquier tipo de ideas en un diario, como lo es DIARIO IMAGEN, en ocasiones dejamos de lado un fenómeno muy especial que se da en nuestra nación desde hace muchos años, lo cotidiano y ajeno que puede ser un periódico para los lectores y para la población en general.
Transitamos en los últimos quince años de un régimen autoritario en el sentido de la libertad de expresión, donde el estado controlaba los medios y “hay de aquel que se saliera del caminito”, donde únicamente se podía dar a conocer lo que era permitido por el gobierno en turno y donde la veracidad era un concepto inexistente, particularmente hablando de los medios impresos de aquella época.
Hubo grandes plumas, grandes hombres del periodismo que lucharon frente a frente a este régimen, gente de la talla de Manuel Buendía (qepd) o de Julio Scherer García –a quien nadie pudo callarlo jamás—quienes contribuyeron a la apertura de la que hoy gozamos todos los mexicanos.
Al llegar a esta nueva etapa del periodismo en México, esa que nos está tocando vivir a quienes llevamos poco en este noble oficio, de pronto nos encontramos frente a un escenario de plena libertad, donde la responsabilidad ahora es doble, primero por ser veraces y en segundo lugar, por no deformar y no desinformar valiéndonos de esa libertad que hoy día tenemos.
Dentro de esta libertad, debemos señalar –particularmente en el norte del país—el alto riesgo que resulta ejercer esta profesión, la libertad está, nadie calla a nadie, sin embargo, los asesinatos, las balas y las amenazas son quienes están callando la verdad.
Tras entender un poco este fenómeno de transición, la situación actual y sus riesgos, estamos frente a otro proceso interesante que es el alcance de los medios impresos, particularmente de los periódicos.
Para mucha gente es muy normal, o cuestión de costumbre comprar a diario el periódico, sea tal o cual, para leer las noticias y sobre todo, las opiniones a la noticia, pues de primera mano la información por lo general es transmitida a través de los medios electrónicos, sin embargo, el periódico tiene la capacidad de síntesis y sobre todo, de análisis que difícilmente da la televisión, por ejemplo.
En nuestro país, los periódicos de mayor circulación son los deportivos, como resultado de una falta de interés general por la información; sin embargo, es grande el segmento que sigue la noticia y la situación política, económica y social a través de los diarios tanto nacionales como locales.
Aquí es donde debemos distinguir la importancia de un medio impreso, que a veces resulta cotidiano, que muchos se encargan de “prostituir” con la nula ética y falta de veracidad de la información que manifiestan.
La tarea de los medios impresos, como parte de un sistema de información que de inicio tiene por objeto ser corrector del sistema y la estructura social y política en la que vivimos, debe labrarse a diario sin dejar de lado la simbiosis que existe entre diario y lector, en estos espacios las impresiones del lector y su opinión, son valiosas y contribuyen al ejercicio democrático en la tarea de informar.
Sólo de este modo, podemos transformar esa cotidianeidad –que no resulta negativa de ningún modo—en una herramienta de cambio y evaluación de quienes nos gobiernan o injieren en las grandes decisiones nacionales.
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