En Baja California se defiende la “vida” y se fomenta la muerte
¬ José Antonio López Sosa jueves 29, Sep 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California defenderá desde el punto de vista de sus legisladores, “la vida desde el momento de la concepción”. En otras palabras, en aquella entidad entienden por vida al producto, es decir, al óvulo fecundado por un espermatozoide.
Cual Estado soviético y paternalista, la decisión de interrumpir o no un embarazo no le pertenece a la interesada, es decir a la mujer, sino al Estado como ente totalitario. No importa que el producto sea consecuencia de una violación, de un descuido o simplemente, se trate de un embarazo no deseado, el Estado lo “protege” y criminaliza a aquella mujer que pretenda decidir sobre su cuerpo.
Ante esta legislación medieval nos encontramos frente a un claro contraste, Baja California es como el resto de los estados del norte del país, zonas peligrosas para la vida humana después del parto, quiero decir, sobrevivir en las calles de Tijuana, Mexicali o Ensenada resultan una verdadera odisea ante el crecimiento de la criminalidad, luego entonces, ¿por qué defender algo que para muchos aún no es un ser humano y por otro, no defender a los seres humanos que deambulan por sus calles?
Se trata de una incongruencia y una doble moral.
Mientras estas decisiones invaden la agenda legislativa en Baja California, el tráfico de drogas va en aumento, la corrupción es creciente y la calidad de vida de quienes están en la etapa post-parto es cada día peor.
¿No les dará vergüenza sumarse en Baja California desde el cobijo del poder a reformas de esta naturaleza?
Estamos frente a la feudalización de la ley, frente al totalitarismo estatal y frente a un ente llamado “gobierno”, que pretende mediante mecanismos concebidos para la democracia, imponer sus dogmas -muchos de fe- en el terreno legaloide, atentando contra los derechos básicos y elementales de cada ser humano.
Quienes estén contra el aborto merecen todo nuestro respeto, tienen agrupaciones ciudadanas que lo combaten desde su trinchera, en este país cada quien es libre de creer lo que desee, sin embargo, legalizar esta creencia es deleznable y autoritaria.
En Tijuana se puede seguir comprando droga en la avenida Revolución, se pueden seguir prostituyendo menores de edad libremente en la calle Coahuila, se pueden seguir asesinando en las calles, se puede seguir con el negocio de tráfico de drogas y trata de personas, pero bajo ninguna circunstancia una mujer puede decidir sobre su cuerpo.
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