Otra vez los ninis
¬ Augusto Corro jueves 15, Sep 2011Punto por punto
Augusto Corro
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirmó que en México 7 millones 226 mil jóvenes, de entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan. Sin embargo, las autoridades federales se han empeñado en negarlo.
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, se encargó de difundir la crítica situación que enfrentan los millones de jóvenes que no tienen posibilidades de acceder a escuelas de educación superior. Además, carecen de oportunidades para conseguir trabajo, aunque sean poseedores de algún título universitario.
Hace más de un año, el doctor Narro pidió al gobierno de Felipe Calderón “corregir la dolorosa, injusta e inconveniente” realidad que viven 7.5 millones de jóvenes mexicanos que no tienen oportunidad de estudiar ni de trabajar, mejor conocidos como ninis.
Dijo también, en aquella ocasión, que no se trata de corregir las cifras, sino de aceptar que existen.
Transcurrió el tiempo y seguimos igual o peor. Basta saber que México ocupa el tercer lugar entre los 34 países miembros de la OCDE que tienen el mayor número de población juvenil inactiva.
Se debe añadir que nuestra nación se sitúa en el primer lugar en porcentaje de mujeres jóvenes que se encuentran en dicha condición. Es decir, de la cifra mencionada arriba, 2 millones 745 mil pertenecen a ese sector de la población.
Al referirse a los ninis, Pedro Lenin García de León, funcionario de la OCDE, advirtió que esta “reserva tan grande”, con un potencial inutilizado de la población juvenil mexicana, corre el riesgo de caer en el “desempleo crónico o en el analfabetismo práctico”, por lo que una de sus opciones es emigrar hacia Estados Unidos.
Quizás García de León quiso ser amable al no tocar otros temas relacionados con los ninis, como es el caso de miles de jóvenes que son tentados para desempeñar funciones en las filas de la narcodelincuencia. “Entre 2007 y 2009 el número de jóvenes asesinados creció 147 por ciento, según las cifras de muertes violentas publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)”.
Es necesario agregar que también los niños y adolescentes corren el riesgo de caer en las filas de la delincuencia organizada. Existen ejemplos de menores de edad que se convirtieron en criminales.
En fin, el tema de los ninis resurge a nivel internacional. Con la desventaja para México, porque se proyecta en el mundo, como un país que no le presta la atención necesaria a su juventud, que la tiene olvidada completamente.
Por su parte, las autoridades federales intentan nuevamente amortiguar las declaraciones de la OCDE. Dicen que en las últimas dos décadas, el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan –ninis-, se redujo del 35 al 20 por ciento. Desde luego nadie les cree. Es imposible tapar el sol con un dedo.
Los ninis tendrán que esperar pacientemente que los gobernantes se detengan a analizar una situación compleja; algo similar a estar sentado sobre un barril de pólvora.
INCERTIDUMBRE
Todo hace suponer que en Michoacán la situación política es muy difícil. Cada día surgen obstáculos que amenazan con afectar la vida democrática en esa entidad, convertida en tierra de violencia y muerte.
Desde el inicio del presente sexenio, los michoacanos están sometidos al miedo e incertidumbre provocados por los cárteles de la droga, que a pesar de ser minados en sus estructuras, según las autoridades, siguen con la fuerza suficiente para enfrentar a la fuerza pública.
A raíz de las acciones delictivas de los narcos, que podrían poner en riesgo las elecciones estatales de noviembre próximo, se pensó en que todos los partidos políticos unificaran criterios para presentar un candidato único. No habría contienda electoral y todos conformes.
La idea no progresó. ¿Qué partido iba a alinearse? Ninguno. Los perredistas, desde el sexenio pasado, son quienes gobiernan en esa entidad, que por mucho tiempo fue el feudo de la familia Cárdenas. Lázaro Cárdenas, el nieto del general Lázaro Cárdenas, fue el último miembro de la dinastía en ocupar el cargo de gobernador.
Le dejó el poder a Leonel Godoy, perredista de hueso colorado e incondicional de la familia mencionada. Durante el gobierno de Godoy, Michoacán se encuentra sumido en el caos. Poco falta para considerarlo como un estado fallido.
Como señalamos arriba, en noviembre se efectuarán elecciones estatales para renovar presidencias municipales y gobernador, entre otros cargos. En la contienda política participan Luisa María Calderón Hinojosa, hermana de Felipe (PAN); Fausto Vallejo Figueroa (PRI) y Silvano Aureoles (PRD).
A dos meses de distancia, el panorama político se torna incierto. Resulta que dos partidos políticos no postularán candidatos en 20 municipios (seis ubicados en la región de Tierra Caliente), debido a la inseguridad y presión por parte de integrantes del crimen organizado hacia los posibles contendientes. Ante esas condiciones adversas, los propios militantes panistas se niegan a participar como candidatos, pues son muchas las presiones que ejerce la narcodelincuencia.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Revolucionario Institucional (PRI) sí participarán con candidatos en los 113 municipios. El líder priísta, Humberto Moreira, quien participó en un mitin de Fausto Vallejo, aseguró que su partido ve que existen las condiciones adecuadas para que haya elecciones el próximo 13 de noviembre.
Michoacán, de acuerdo con información de las autoridades, está en el centro de la violencia, debido de la disputa por el territorio entre el cártel del Golfo, Los Zetas y Los Caballeros Templarios, grupo que tuvo su origen en La Familia Michoacana. Ahora, el miedo, el terror y la muerte han propiciado un clima de incertidumbre en aquél estado. ¿Qué sigue?