Condenan a ex rector de la UNAM a pagar millones de pesos por cumplir con su deber
Miguel Ángel Rivera, Opinión viernes 28, Mar 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
De acuerdo con todos los especialistas, la impunidad es uno de los factores que propician o facilitan el incremento de la delincuencia.
En otras palabras, si no hay temor al castigo se cometen más delitos.
Lo anterior se aplica en todos los ámbitos de la sociedad moderna. Alcanza, desgraciadamente, hasta la más alta casa de estudios de nuestro país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y esto se manifestó durante los últimos años en uno de los espacios que deberían de ser más inviolables, como es la titulación de los profesionales y para ello, aunque ya no es requisito único, en muchas especialidades todavía se debe cumplir la obligación de elaborar una tesis.
Aquí es donde lo que debería ser totalmente transparente y motivo de orgullo personal, aportar ideas o proyectos originales que contribuyan a la mejoría de los conocimientos en alguna de las materias académicas, se convierte en un obstáculo o una molestia, por lo cual algunos de los “pasantes” -quienes ya terminaron sus estudios, pero todavía no presentan examen final- buscan alguna salida que no siempre se ajusta los cánones de la academia.
Para no generalizar, puedo decir que tuve la experiencia personal de personas que, desinteresadamente (otras no tanto), aconsejaban buscar entre la colección de tesis acumuladas por siglos en la biblioteca central de la UNAM alguna o algunas que sirvieran de guía, pero no todos se limitan a obtener inspiración de esos documentos, sino que simplemente se limitan a copiar partes o la totalidad.
Eso es lo que se llama plagio, en particular cuando ni siquiera se cita el libro o la tesis de la que se tomaron las ideas, los párrafos o las planas completas y, por increíble que resulte, a pesar de su centenaria historia, la ahora UNAM confiaba plenamente en sus alumnos y profesores, pues no existía sanción para los plagiarios, más que el consecuente “desprestigio” cuando se descubría el engaño.
En la legislación civil sí hay sanciones para los plagiarios, pero muchos de los autores originales evitaban conflictos y sólo algunos cuantos incursionaban en esos terrenos, sobre todo cuando el plagio implicaba cantidades notables de dinero.
Todo este preámbulo viene al caso porque una de las candidatas a presidir la futura Suprema Corte de Justicia, la actual ministra Yasmín Esquivel Mossa, fue exhibida por haber copiado una gran parte de sus tesis de licenciatura y de doctorado.
De acuerdo con un artículo publicado por la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad el 20 de febrero de 2023, “el 21 de diciembre, el escritor Guillermo Sheridan denunció en un espacio en Latinus que la ministra Yasmín Esquivel Mossa habría plagiado la tesis que presentó en 1987 para obtener la licenciatura en Derecho en la entonces ENEP Aragón de la UNAM. La tesis que Esquivel Mossa presentó tiene muchas similitudes con otra tesis presentada un año antes por Edgar Ulises Báez Gutiérrez, en la Facultad de Derecho de la UNAM.
Luego, la mencionada ENEP, ya convertida en Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón determinó que la tesis presentada por la ministra Yasmín Esquivel en 1987 es una “copia sustancial” del texto de 1986 con el que se tituló Édgar Ulises Báez, el ex alumno de la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Esta determinación fue informada el 11 de enero por el Comité de Integridad Académica y Científica de la FES Aragón, para poder emitir el comunicado, se analizaron el texto en los elementos de “desarrollo, estilo, contenido, temporalidad, congruencia y manejo de la información de ambas tesis”.
De igual forma, se realizó un análisis de los archivos físicos y digitales institucionales y la documentación presentada tanto por la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Por si fuera poco, el diario español El País en su edición mexicana del 24 de febrero de 2023 reveló:
“La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Yasmín Esquivel plagió la tesis con la que obtuvo en 2009 el grado de doctora en Derecho por la Universidad Anáhuac, una escuela privada de México. El País ha comprobado que 209 de las 456 páginas de su tesis Los derechos fundamentales en el sistema jurídico mexicano y su defensa se corresponden con trabajos publicados antes por otros 12 autores, entre los que hay un exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); un exministro español de Cultura y un expresidente del Tribunal Supremo de España…
La ministra, postulada por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, que, en la práctica se convirtió en incondicional de la llamada Cuarta Transformación -movimiento al que está ligada por intermedio de su pareja, el constructor José María Riobóo, uno de los preferidos por el régimen- reaccionó airada con demandas por intermedio de tribunales de rango inferior a la Suprema Corte de la que ella forma parte, con el intento de frenar cualquier acción de la UNAM y de la FES para determinar si efectivamente hubo un plagio, aunque casi desde el principio se estableció que, aunque se confirmara, la máxima casa de estudios carece de facultades para aplicar una sanción, vaya ni siquiera anular el título profesional que se le concedió a Esquivel a partir de la impugnada tesis.
El argumento central de la defensa de la ministra es que no fue ella la que copió, sino el otro abogado cuya tesis resulta casi idéntica, Edgar Ulises Báez Gutiérrez, quien la presentó un año antes (1986) de que lo hiciera Esquivel Mossa.
En ese proceso de revisión de los documentos impugnados, quedó involucrada la profesora encargada de supervisar ambas tesis. Al respecto, la FES informó: “Asimismo, en relación con la actuación y participación de [Martha Rodríguez Ortiz] la asesora en ambos trabajos de titulación, se analizó y documentó respecto a su posible falta en el cumplimiento de los principios éticos universitarios y el apego a la normatividad institucional. Ambos casos se turnarán a las instancias correspondientes para que se proceda conforme a la legislación universitaria”, señaló la FES Aragón.
En el mismo comunicado se informa que “el 10 de diciembre de 2022, la Facultad de Derecho de la UNAM informó que castigaría a la tutora de la tesis que presuntamente plagió Esquivel Mossa, ya que el Consejo Técnico ordenó a la Comisión de Ética resolver de forma expedita el procedimiento disciplinario contra Rodríguez Ortiz”.
El resultado fue que la profesora que no descubrió las enormes semejanzas de las dos tesis fue cesada y perdió el empleo.
Ni la referida abogada Rodríguez Ortiz ni la ministra Esquivel Mossa quedaron satisfechas con la evolución de los acontecimientos y de acusadas se convirtieron en acusadoras.
Para empezar, la ministra y candidata a presidir la Suprema Corte consiguió que otro juez de menor alzada ordenara a la UNAM no dar a conocer sus conclusiones acerca del denunciado plagio, sentencia que fue acatada aunque jurídicamente la Universidad no estaba obligada.
La mayor sorpresa surgió el reciente día 21, cuando se conoció la sentencia de la juez(a) la jueza Flor de María Hernández Mijangos, titular del Juzgado Cuarto de lo Civil de Proceso Escrito del Poder Judicial de la Ciudad de México que condenó al ex rector de la UNAM Enrique Graue Wiechersn y al exdirector de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Fernando Macedo Chagolla, a pagar, cada uno, multas de 15 millones de pesos a la profesora Martha Rodríguez Ortiz por daño moral, luego de que se determinara que ambos afectaron su honor y reputación.
Esta sentencia provocó indignación, pues los dos ex funcionarios universitarios no hicieron más que cumplir con sus obligaciones, lo cual no hizo la acusadora Rodríguez Ortiz, pues un director de tesis tiene la responsabilidad mínima de revisar la bibliografía en que sus discípulos sustentan su tesis.
En solidaridad, más de 200 profesores e investigadores de la UNAM publicaron un texto en el que manifiestan su repudio a la sentencia contra el exrector y el exdirector de la FES Aragón y recuerdan que Rodríguez Ortiz ha sido señalada de dirigir numerosas tesis con plagio.
En su comunicado, los académicos denunciaron que se castiga a los funcionarios universitarios que actuaron en cumplimiento de su deber y premia a quien estuvo involucrada en prácticas contrarias a la ética académica.