Jóvenes, malogrados
Ramón Zurita Sahagún martes 9, Mar 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuando Felipe Calderón Hinojosa asumió la Presidencia de la República incluía entre sus colaboradores a tres jóvenes prospectos políticos, cuyo futuro se veía promisorio y algunos adelantados auguraban que de esa tercia saldría el siguiente candidato presidencial del PAN.
Los tres iniciaron en posiciones privilegiadas y conforme avanzó la administración presidencial fueron reubicados en cargos de mayor importancia para posicionarlos hacia el futuro.
Germán Martínez Cázares, secretario de la Función Pública; Juan Camilo Mouriño Terrazo, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, y César Nava Vázquez, secretario particular del Presidente de la República, son los nombres de los tres personajes cercanos al afecto del Ejecutivo federal.
Ninguno de los tres llegaba en ese momento a los 40 años de edad, aunque el trío ya había pasado por la Cámara de Diputados y por posiciones diversas de dirigencia partidista, además de formar parte del cerrado equipo de la campaña presidencial del 2006.
Germán, el mayor del grupo, fue el primero en ser reubicado, cuando fue lanzado a la presidencia nacional del PAN, la que asumió el 8 de diciembre de 2007. Juan Camilo le siguió los pasos el 16 de enero de 2008. César esperó hasta el 8 de agosto para asumir la presidencia del PAN, en sustitución de su amigo Germán.
En el transcurso del tiempo, Juan Camilo Mouriño, a la sazón secretario de Gobernación en pleno crecimiento político, falleció en un incidente de aviación (4 de noviembre del 2008), del que algunos guardan dudas todavía sobre la versión oficial de lo ocurrido.
Mouriño Terrazo fue severamente cuestionado durante su gestión por cuentas del pasado, aunque su posicionamiento mediático era inmejorable y se mantenía dentro de las preferencias panistas hacia el 2012.
El malogrado ciudadano campechano contaba con un carisma especial que lo hacía atractivo para la ciudadanía y con posibilidades de fructificar como proyecto presidencial.
Germán no cuajó como dirigente nacional de Acción Nacional y vivió su propio infierno en su breve etapa como presidente del CEN de su partido, por los pobres resultados electorales logrados en los comicios federales y estatales del 2009, fue la gota que derramó el vaso, razón por la que se le conminó a renunciar el seis de julio del 2009.
Esas dos pérdidas en el círculo cercano del presidente Calderón provocaron un proceso de acelerado crecimiento de César Nava Vázquez, quien buscaba la coordinación de la diputación de su partido en el Congreso de la Unión, luego de triunfar como candidato uninominal.
De esa forma se procedió a la maduración de un producto que todavía mostraba encontrarse en etapa de “sazonamiento” y cuya maduración no se pudo concretar.
La factura que está pagando en la actualidad César Nava Vázquez muestra que al igual que los otros dos personajes no culminará su proceso en los propósitos fijados al inicio de sexenio y que el Presidente tendrá que buscar otras alternativas para evitar que su partido y su administración sigan sumidos en una etapa crítica de descomposición.
Como sucedió con su antecesor, Nava Vázquez tiene su fecha límite en el proceso electoral del cuatro de julio próximo, donde se verá si valió la pena el sacrificio de su imagen pública (en todos lados es tachado de mentiroso) y las alianzas concertadas con los principales críticos del Presidente de la República en aras de las victoria electorales.
De no lograrlas, César Nava será moneda de recambio dentro del partido, para encontrar otras opciones que devuelvan al partido las posibilidades de convertirse nuevamente en la primera fuerza electoral en la Cámara de Diputados y la reconquista de gobiernos estatales con sus propios candidatos, sin necesidad de pedir prestados o alquilar siglas para intentar colgarse triunfos ajenos.
Por lo pronto, los tres principales amigos y colaboradores del Presidente se malograron en el camino por razones distintas y no cuajaron en sus miras futuras, por lo que empieza a experimentar con otras opciones, algunas de ellas no tan cercanas a su afecto, con vistas al 2012.
*La disciplina castrense comienza a relajarse en algunos círculos de la Secretaría de la Defensa Nacional, donde las órdenes superiores no son acatadas o lo hacen solamente a medias.
El general secretario Guillermo Galván Galván decidió que el Día de la Familia (domingo 7 de marzo) era un pretexto magnífico para que los altos mandos convivieran con las familias de sus subordinados en una interrelación que se antoja necesaria en una dependencia sometida a un grave desgaste.
Así ocurrió en algunas áreas, pero en la dirección de Cartografía, las órdenes del secretario no son tomadas en cuenta, cuando menos para la convivencia.
Los generales Jesús Alfredo Alvarado y Adrián Ramos Aranda, director y subdirector, respectivamente, exhortaron a sus subalternos para que asistieran con el mayor número de familiares posibles, por lo que se les pidió una cuota por cada uno, la que fue cubierta peso a peso.
A pesar de la cooperación y de que los empleados del área fueron obligados a asistir, el evento resultó sumamente desangelado y los jefes brillaron por su ausencia, ya que ellos prefirieron celebrar con sus respectivas familias y no mezclarse con los oficiales de menor rango.
*El senador Francisco Xavier Berganza decidió no participar más en la consulta de la que saldrá el candidato al gobierno de Hidalgo postulado por la alianza opositora conformada por PAN, PRD, Convergencia y PT, por considerar que esos partidos tienen como propósito llevar a Xóchitl Gálvez Ruiz como abanderada.
Berganza repartió culpas entre el gobierno federal y los partidos mencionados coludidos en su intentona por favorecerá la ex comisionada para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Por cierto, que los priístas de Hidalgo comienzan a ver como una opción más para la candidatura al gobierno estatal al diputado federal Omar Fayad Meneses.