El SME, el Zócalo y la negociación
¬ José Antonio López Sosa miércoles 14, Sep 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Escuché a mucha gente quejarse amargamente por el plantón que sostenían trabajadores integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas en la Plaza de la Constitución de la capital del país.
“¿Por qué Ebrard no usa la fuerza pública para retirarlos?”, preguntaron algunos.
Me parece que, independientemente de la enorme soberbia de los líderes del SME, el plantón estaba integrado por trabajadores que fueron despedidos injustamente por un decreto presidencial desde el 11 de octubre de 2009, ¿hacia dónde se hacen pues?, suena fácil decir “que busquen trabajo”, en un entorno laboral tan complicado como es el mexicano.
No podemos obviar que más de 40 mil personas quedaron desempleadas desde el año 2009, más de 10 mil decidieron no recibir su liquidación en un acto de congruencia y valentía frente a una decisión arbitraria del gobierno federal.
La materia de trabajo en cuanto a generación, transmisión, transformación, distribución y comercialización del servicio público de energía eléctrica subiste, por ello el justo reclamo de tener la oportunidad de rescatar su fuente de empleo.
Los trabajadores electricistas no piden nada que no les corresponda si pensamos en un estado donde la justicia social debiera imperar.
Así pues, hasta que se acercó la noche del 15 de septiembre, la Secretaría de Gobernación retomó el diálogo –cuando menos público—con la dirigencia del SME y se acordó el retiro del plantón para dar curso a las festividades con motivo del 201 aniversario de la Independencia nacional, hasta donde sabemos, el compromiso del gobierno federal es continuar una negociación a fondo y según lo expresado por Martín Esparza, reinsertar a los trabajadores no liquidados en el campo laboral dentro del sector eléctrico a partir de noviembre de este año.
Me parece un triunfo no de la dirigencia del SME, sino de los trabajadores que han pasado días y noches en esos campamentos en espera de justicia.
Una vez más se demuestra que en México las movilizaciones son necesarias ante la omisión que el gobierno federal tiene cuando cualquier persona toca la puerta, pareciera necesario hacer una gran revuelta para tener la atención y la solución de los problemas.
Lo que no alcanzo a entender es la relación de amor-odio entre la dirigencia del SME y el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, quien funge como testigo en las negociaciones.
Ayer recibió en privado al líder electricista Martín Esparza, sin embargo meses atrás la dirigencia del SME ha abucheado y aplaudido a Ebrard de acuerdo a las circunstancias. ¿Qué habrá de fondo esta vez?
Finalmente, se descongelaron las cuentas del SME, lo cual quiere decir que su dirigencia tendrá acceso a los jugosos recursos, ello no creo que le represente un beneficio a la base, es decir, a los ex trabajadores de Luz y Fuerza. Ojalá que esas cuentas llenas de pesos no sólo queden entre los 26 miembros del Comité Central y los representantes de las comisiones de trabajo del SME.
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