El crimen de la doctora Yadira
¬ Augusto Corro viernes 9, Sep 2011Punto por punto
Augusto Corro
El 12 de agosto pasado les informamos sobre la desaparición de la doctora Yadira Dávila, de 37 años, quien se desempeñaba como investigadora del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Anteayer, las autoridades comunicaron que la académica había sido asesinada y su cuerpo abandonado cerca de las ruinas de Xochicalco, en el estado de Morelos.
Según declaraciones de familiares y de la propia policía, a la doctora no se le volvió a ver desde el domingo 5 de agosto del presente año, cuando su esposo, Miguel Ángel Ramírez, la llevó a un centro comercial, en Cuernavaca, para asistir a una cita con varios de sus alumnos.
El día 9 de agosto fue localizado el cuerpo sin vida de una mujer a unos metros de la zona arqueológica de Xochicalco. A los pocos días del hallazgo, la policía al analizar los restos, supo que se trataba de la doctora Yadira. Sin embargo, se ocultó la información, quien sabe con qué propósito.
Aunque se presume que la policía buscaba que disminuyera el interés sobre el caso y mandar el expediente de la doctora al archivo o buscar un pretexto para relacionarlo con las acciones del crimen organizado e incluirlo en la lista de crímenes sin solución.
La investigadora pereció por un golpe que recibió en la cabeza y una soga en el cuello, de acuerdo con la información de la policía. Y de acuerdo con los investigadores, el crimen, por las características, podría tipificarse como delito del fuero común.
Además, los familiares de la investigadora nunca recibieron alguna llamada telefónica o petición de rescate. Estamos, pues, ante un caso complejo, en el que se necesita toda la inteligencia de la policía para resolverlo.
En Cuernavaca y en todo el estado de Morelos, la delincuencia tiene aterrorizada a la población. Su capital, la “Ciudad de la Eterna Primavera”, no hace mucho tiempo era señalada como un lugar ideal para el descanso, gracias a su cercanía con el Distrito Federal; pero poco a poco fue invadida por la narcodelincuencia. Hoy, salir por las noches está prohibido. El miedo se apoderó de los morelenses.
Las noticias de asesinatos y secuestros aparecen frecuentemente en los medios. La sociedad morelense se encuentra indefensa ante la ola de violencia. En fin, las autoridades están obligadas a investigar la muerte de la doctora Yadira, con el interés de que se haga justicia y regrese un poco de la tranquilidad perdida. Ojalá.
DE NECIOS Y CÍNICOS
No extraña la conducta cínica del presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazábal. Se resiste a dejar el hueso. Su propio partido, el PAN, lo conminó a que se separe del cargo para que permita las investigaciones sobre presuntos actos de extorsión a los dueños de casinos en esa capital.
Resulta que su hermano Jonás, de los mismos apellidos, apareció en un video en condiciones muy comprometidas, en las que recibía cantidades de dinero, de manera más que sospechosa. Se armó el escándalo y es hora que nadie lo puede detener.
Surgieron acusaciones en el sentido de que Jonás era el representante de Fernando, es decir la mano negra, para realizar esos actos de corrupción, entre otros el cobrar la cuota tradicional a los casinos para no ser molestados por las autoridades.
El asunto se complicó porque a raíz de la tragedia que se registró en el Casino Royale, con la muerte de 52 personas, pues la atención de la opinión pública nacional e internacional se volcó para saber el desenlace de ese hecho trágico.
El tema de los casinos relacionados con los permisos y sus actividades empezaron a ser revisados por las autoridades. En esos días se dieron a conocer los videos del presunto recolector de las cuotas que aportan los propietarios de los casinos.
Aunque las imágenes son testimonio irrefutable de conductas ilícitas, los hermanos Fernando y Jonás todavía intentaron justificar la presencia del segundo en los casinos. Utilizaron el argumento, pueril a todas luces, de que Jonás recibió esas cantidades de miles de pesos, como pago a supuestas transacciones comerciales con esos centros de apuestas.
Concretamente, que Jonás se desempeñaba como vendedor y proveedor de quesos oaxaqueños a los diferentes casinos: Con esa coartada pretendió justificar su presencia en los sitios mencionados. Desde luego nadie se lo creyó. Su propio hermano intentó deslindarse del problema. Demasiado tarde. Empezó a ser presionado por propios y extraños para que abandonara el cargo.
El todavía alcalde de Monterrey estuvo en el Distrito Federal, donde los jerarcas panistas le leyeron la cartilla y le ordenaron que se hiciera a un lado, es decir que pidiera algún permiso para alejarse de la presidencia, mientras se realizan las investigaciones contra Jonás, quien se encuentra arraigado, por lo que parece, actos de extorsión.
La respuesta ya se esperaba. Dijo que tendría que someter a consideración de los regiomontanos lo que tendría que hacer en los próximos días. La suerte del munícipe, se encontraba a la hora de escribir estas líneas, en las manos de los panistas que lo llevaron al poder.
Unicamente ellos, señaló el alcalde, son los que decidirán sobre su suerte. La historia es una más de los políticos cínicos que ven los cargos públicos como negocios personales. ¿Este presidente municipal tiene alguna autoridad moral para realizar la encuesta que pretende? El PAN ya no quiere saber nada de las correrías del edil y su hermano Jonás, el quesero.
Feliz fin de semana.