Larrazábal, Medina y Calderón
¬ Claudia Rodríguez jueves 8, Sep 2011Acta Pública
Claudia Rodríguez
A causa de la extrema violencia que devasta a varios municipios de Nuevo León, desde hace semanas varios grupos neoleoneses han exigido la renuncia de su gobernador, el priísta Rodrigo Medina de la Cruz, pero se mantenía inmutable hasta que el terrible incidente del Casino Royale en la ciudad de Monterrey, lo obligó a dar la cara por este reclamo, pero no a sus gobernados, sino a sus opositores de la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), quienes si bien, no piden su renuncia, sí la solicitud de licencia hasta que se aclaren los hechos que causaron la muerte de 52 personas en el incendio.
De forma similar y supuestamente en congruencia, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, envió una carta -para no tener contacto directo-, al alcalde de Monterrey Fernando Larrazábal, mediante la que quedaba claro el desconocimiento partidista y se le exigía a la vez, abandonar su cargo para agilizar las investigaciones, ya no sólo del casino incendiado, sino de los presuntos nexos de su hermano Manuel Jonás y del secretario de Desarrollo Social de la alcaldía, Miguel Ángel García Domínguez con los señores “empresarios” relacionados en casas de apuestas en todo Nuevo León.
Con estas solicitudes, la dirigencia nacional panista, cuya oficina ocupa ahora Gustavo Madero, podría estar tirando “balas” que pueden rebotar hasta donde menos ellos piensen o deseen.
La cloaca que esta vez destapó el fatídico incidente del Royale, no es un asunto aislado que sólo esté directamente relacionado a las casas de juego que operan sin permiso o con grandes irregularidades y para seguir funcionando recurren al pago de fuertes sumas de dinero a quienes en la práctica, pueden cerrarles estas “minas de oro”.
No, esta vez son varios los actores que están involucrados y en coherencia, son muchos más quienes debían no sólo pedir licencia, sino incluso renunciar.
El señor Felipe Calderón, quien es el primer estratega de esta “guerra contra el crimen organizado”, es también corresponsable de las muertes accidentales que provienen de los frentes no cuidados y las más de las veces obviados con todo conocimiento de causa, en el llamado enfrentamiento con todo tipo de criminales.
Aunque son visibles las corresponsabilidades, es casi seguro que Fernando Larrazábal, hasta ahora alcalde panista de la ciudad de Monterrey, será el chivo expiatorio de toda la carga criminal de los políticos implicados.
Calderones, medinas y más descargarán por ahora sus adeudos con el más débil de sus similares.
Acta Divina… Raúl Reynoso, secretario de Comunicación del CEN del PAN, confirmó que su dirigente nacional, Gustavo Madero, no mantuvo reunión, ni conversación vía telefónica con Fernando Larrazábal, alcalde de Monterrey y que sólo se le hizo llegar el siguiente mensaje escrito: “Coherente con los principios que rigen al partido de demandar honestidad y honradez en el trabajo de los servidores públicos, sobre todo en los emanados de nuestro instituto político, el CEN del PAN, además acordó deslindarse temporalmente de esta administración municipal mientras se desarrollan las indagatorias en torno a su hermano y el funcionario dependiente del alcalde”.