¿Enloquecieron los malos?
Roberto Vizcaíno miércoles 31, Ago 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los riesgos de estos eventos los apuntó el diario El País: son pérdida de la democracia
- La sociedad toda tiene la respuesta, o participamos, o los dejamos avanzar
- Beltrones inaugura una nueva forma de comunicarse y rendir informes
Luego del incendio provocado en el Casino Royale de Monterrey se dispararon los actos de terror en varias ciudades del país:
-Un día después en Saltillo los delincuentes intentaron quemar otro casino.
-El lunes, en el fraccionamiento La Herradura, municipio de Huixquilucan, un sujeto disparó 9 veces contra un autobús que hacía su rutina para llevar a niños a la escuela.
-Y ayer otro grupo atacó y quemó la marisquería Valcor en Chihuahua, mientras otros más hacían estallar una bomba en otro negocio, pero éste en el puerto de Veracruz, atentado que costó la vida a dos personas.
Muchos atentados en tan pocos días aparentemente contra ciudadanos comunes y corrientes y niños.
Frente a estos acontecimientos, al horror del Casino Royale donde perecieron 52 personas, en su mayoría mujeres de edad, jubiladas, que pasaban sus ratos apostando poco, uno se pregunta, ¿qué está pasando realmente en México?… ¿es que los malos se volvieron locos?, ¿son acaso como esos malos sin razón de las caricaturas que quieren acabar con el mundo?, ¿y si acaban con el mundo luego qué les queda?, ¿dónde van a mandar hacer sus negocios malos?
Ayer todo este nuevo escenario mexicano motivó al diario El País a dedicarnos su editorial que, bajo el encabezado de “Terror en México”, reflexiona:
“La lucha contra el narcotráfico debe incorporar a la sociedad entera para salvar la democracia…
“Hablar de crimen, por muy organizado que esté, ya no describe adecuadamente la realidad. En México se libra una guerra múltiple: cárteles de la droga contra la sociedad; entre sí, por el dominio del territorio; y, siempre, contra el Estado. Como ha dicho el presidente Calderón, son verdaderos atentados terroristas a lo que tiene que hacer frente el país. Y de que el Estado prevalezca contra el terror dependerá el futuro de la democracia en México.
“La semana pasada un grupo de facinerosos irrumpió en un casino de Monterrey para prender fuego al local, ocasionando la muerte de 52 personas por asfixia, calcinación o pisoteadas cuando escapaban de las llamas. Pero incluso un atentado tan enloquecido y monstruoso tiene su explicación. El hecho de que no sea el primer establecimiento de ese género que sufre un atentado parecido apunta a una guerra entre narcos -hay cinco detenidos, sospechosos de pertenecer a los “Zetas- que se atacan en sus presuntos intereses económicos, al tiempo que tratan de poner al Estado de rodillas creando una imagen de ingobernabilidad ante la opinión que le obligue a negociar un alto al fuego, al amparo del cual el narco seguiría disfrutando en la impunidad de tan criminal sinecura.
“Felipe Calderón ha reaccionado acusando a Estados Unidos de extrema lenidad, virtual indiferencia, ante el problema.
El Presidente ha exigido, pero por enésima vez, que cese “la criminal venta de armas de alto poder” a los cárteles, así como que se combata sobre el propio terreno el inmenso negocio de la droga en las ciudades del gran vecino. El presidente norteamericano Barack Obama ha respondido con la comprensión y sentimiento de rigor, pero sin planteamientos concretos para combatir el mal.
“El mandatario mexicano no debe, sin embargo, refugiarse en la responsabilidad ajena, por muy cierta que ésta sea. La lucha ya no es únicamente del Estado mexicano, ni puede ser solución el envío de más agentes a Monterrey; la lucha es de la sociedad mexicana en su conjunto.
Quien no denuncie, no actúe, no se oponga en la medida de sus posibilidades al cáncer del narcotráfico, estará por debajo de lo que en esta hora exige la nación. Y todo ello, encuadrado, potenciado, servido por unos poderes públicos que han de entender que pelean por la supervivencia de un México moderno, eficaz y democrático”.
Un punto de vista válido, porque los españoles tienen la experiencia de haber vivido hasta hace muy poco una de las peores dictaduras y por transitar hoy mismo bajo el terrorismo de ETA.
La directiva del diario más importante de habla hispana, ve que esto que comenzamos a vivir en México, el ingreso al terror, podría llevarnos a perder la democracia.
¿Cómo podría ocurrir tal cosa? Bueno, como 2 más 2 son 4, aquí este tipo de actos lleva a muchos mexicanos a pensar y creer que la militarización del Estado es la solución.
¿Cuál fue la respuesta del gobierno de Felipe Calderón a lo del incendio provocado al Casino Royale? Enviar de inmediato más militares y PFP’s a Monterrey bajo el aplauso de no pocos mexicanos.
Pero, ¿esa es la solución?… ¿o lo es la respuesta del asediado gobernador Rodrigo Medina, quien dio instrucciones para que su procurador se moviera rápido y detuviera a los responsables y esclareciera el motivo?
Creo que la solución está en esto último, en que las instituciones respondan y actúen contra el barbarismo y la impunidad. No en militarizar al país y al sistema.
El primer aviso de que algo había cambiado fue aquel granadazo en pleno centro de Morelia, la noche del Grito del 15-16 de septiembre de 2008.
La reiteración fue lo del coche-bomba en Ciudad Juárez el 15 de julio de 2010.
Ahora los acontecimientos se dan en días.
Tiene razón la directiva de El País al señalar que esto dejó de ser un asunto exclusivo de la voluntad del Presidente, de los militares y de las policías federales para convertirse en un tema principal de la sociedad. Mientras los mexicanos no reaccionemos, este riesgo del autoritarismo, de un Estado dictatorial será más una realidad.
NUEVAS FORMAS: El senador Manlio Fabio Beltrones inauguró ayer con éxito una nueva forma de rendir un informe y de comunicarse masivamente con la sociedad.
Con su Ipod en mano y una batería de computadoras, explicó cual ha sido su labor no sólo en el Senado, sino en su vida política, al tiempo que respondió directamente a unas 15 mil o más preguntas vía Twitter y Facebook.
Ahí aseguró no creer “en caminos propios ni en aventuras individuales, ni en tramposos y menos en caudillos… creo en ustedes, los ciudadanos…”
Y, respecto de su futuro, indicó que su partido, “el PRI va por dos victorias: la de la candidatura de las ideas en la unidad, y la de la Presidencia de la República con la sociedad… la que viene no debe ser la campaña de un hombre, sino la de un proyecto de país”, precisó.
Reiteró que él no se inscribirá en la contienda interna mientras su partido no emita su proyecto de nación y consideró que nadie que resulte Presidente en julio próximo, podrá gobernar si antes no se aprueba la Reforma Política.
No se trata de que se sea capaz, inteligente o instruido, sino de que se apoye en un sistema moderno que le permita generar consensos, indicó
Respecto del momento, dijo ver un México atribulado, agobiado por la inseguridad, el desorden y la pérdida de rumbo, pero a la vez muy rico y con un futuro brillante, basado en la enorme capacidad de los mexicanos.
Subrayó que escogió rendir su informe y comunicarse con los mexicanos a través de las redes sociales, esencialmente porque en la elección del 2012 votarán por primera vez 9 millones de jóvenes, lo cual marca ya una tendencia.
SIN DESCANSO: Quien concluye su gubernatura sin un minuto de descanso, es el mexiquense Enrique Peña Nieto, quien dentro de esta inercia ayer entregó el Macrocircuito de Agua Potable, en La Paz, una obra de alto impacto en materia de distribución y dotación de agua potable para la zona oriente del Estado de México.
De igual forma, en Texcoco entregó el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario.
Ambas obras fueron construidas con una inversión de casi 3 mil millones de pesos en beneficio de más de 10 millones de habitantes de ambas regiones mexiquenses.
Peña Nieto destacó que la obra de infraestructura hidráulica cuenta con 184 kilómetros de tuberías y es la más grande que se haya construido no sólo en el Estado de México, sino en el país durante los últimos 20 años.
En Texcoco dijo: “Hoy celebro que, a seis años de distancia, podemos entregar, sin duda, el espacio cultural más importante del Estado de México, que ha sido la obra de infraestructura cultural de mayor significación que se haya construido en los últimos 25 años”.