Encartes y descartes
Ramón Zurita Sahagún miércoles 31, Ago 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Unos se bajan y otros se anotan en la contienda presidencial, donde comienzan a abrirse las cartas de los aspirantes a representar a sus respectivos partidos.
Manlio Fabio Beltrones dejó en claro lo evidente, que sí desea ser candidato presidencial, aunque esperará el momento oportuno para decidirse si participa o no.
Alonso Lujambio decidió bajarse de una contienda interna en la que no estaba considerado y en la que artificialmente se le pretendía incluir.
De los priístas ya se sabía que Manlio está guardando las formas, pero que su aspiración es latente y que con Enrique Peña Nieto forma la dupla de prospectos del partido tricolor.
Lujambio es uno más de los aspirantes panistas que decide abstenerse por no lograr el crecimiento necesario para impactar entre la militancia de su partido y mucho menos entre los ciudadanos en general.
Igual que sucedió con Heriberto Félix Guerra, secretario de Desarrollo Social, Alonso Lujambio contó con todo el respaldo necesario de la máxima autoridad panista para incrustarse en el grupo de los diez aspirantes anunciados por Gustavo E. Madero, pero sin los tamaños para ello.
Al secretario de Educación Pública le afectó el escándalo de la Estela de Luz, por la danza de millones de pesos en que creció el presupuesto original y el retraso en la misma obra.
Le pegó también su falta de carisma y unas cuantas de las frases expresadas en su propósito de incluirse en una lista donde nunca fue considerado o tomado en serio.
Contó con varios grupos de simpatizantes de poca presencia o convocatoria partidista y hasta realizó algunos actos proselitistas, pero con escasos resultados.
Lujambio, como Félix, esperaba ser ungido por el principal militante de su partido, el que ya estaba decidido por otro candidato.
Con todo y ello, el secretario de Educación Pública consiguió sobrevivir un poco más de tiempo que otros de sus compañeros de gabinete, que como Javier Lozano y Heriberto Félix, del Trabajo y Desarrollo Social, respectivamente, abandonaron el carruaje antes que él.
Otros tres, los gobernadores de Morelos Marco Antonio Adame y Guanajuato Juan Manuel Oliva, observaron antes que sus posibilidades eran escasas, mientras que Francisco Blake Mora, solamente olió la posibilidad y confirmó que su pésima actuación como secretario de Gobernación y su bajo perfil no eran las armas adecuadas para participar en la contienda interna de su partido.
Con la baja de Lujambio, quedan cuatro aspirantes presidenciales dentro del PAN, tres que son tomados en serio y uno más que insiste en montarse en el caballo de la sucesión.
Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, vio crecer sus posibilidades con la renuncia de Lujambio, ya que es el único miembro del gabinete que se mantiene en la línea de batalla. Los otros dos son el senador con licencia Santiago Creel Miranda y la diputada federal Josefina Vázquez Mota. El gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, se mantiene con terquedad en la contienda, donde nadie apuesta por sus posibilidades de ganar la elección interna de su partido.
Pero mientras los panistas se regocijan con los descartes y ven que aumentan sus posibilidades de realizar una contienda interna que les permita salir fortalecidos con una candidatura sólida, los priístas advierten que el senador Beltrones disfruta con la posibilidad de convertirse en candidato presidencial de su partido.
Manlio Fabio sabe de los tiempos y juega con ellos consciente de que deberá esforzarse para lograr su cometido.
El senador por Sonora y presidente de la mesa directiva del Senado de la República, aprovechó su último día como tal para rendir un informe de labores al frente de ese cuerpo legislativo.
El priísta recurrió al uso de la tecnología y mediante las redes sociales mantuvo un intercambio con ciudadanos en general, luego de dar a conocer su informe de labores.
Durante hora y media Manlio respondió a cuestionamientos de todo tipo, desde los que preguntaban sobre los hechos violentos recientes, a los que particularizaban sus preguntas y los que mostraban inquietud sobre el rumbo del país.
Beltrones precisó cosas de gran interés como lo son el reconocimiento de que México requiere de un nuevo proyecto de país, por lo que convocó a los mexicanos para que decidan cuál es el rumbo a seguir.
Se pronunció por la creación de una policía fronteriza, de la aprobación de una nueva reforma política y que el próximo gobierno sea de coalición, no de alianzas.
Manlio fue crítico con los gobiernos priístas del pasado e instó a los políticos para alejarse de las simulaciones.
El mensaje más importante que podría mandarle al país, dijo Beltrones, “es que nada está perdido. Son tantos los problemas, pero sí tienen remedio, sobre todo cuando se pone en la mesa en el interés general y no el individual, y para eso hay que recuperar el orden en la economía, la política y la seguridad pública”.
MANCERA PROVOCA PÁNICO
El procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, debe estar muy contento con el pánico que parece estar creando entre los otros aspirantes perredistas al gobierno de la ciudad.
Sin hacer grandes movimientos clientelares, pero también con pocos resultados de su gestión, Mancera es visto como una opción para competir por la candidatura del PRD, partido al que tampoco está afiliado.
Con todos estos aparentes negativos en su contra, Mancera se mantiene a la par de personajes como Martí Batres, secretario de Desarrollo Social; Alejandra Barrales, presidenta de la ALDF y Mario Delgado, secretario de Educación.
LO DEJARON HUIR
Raúl Rocha Cantú, supuesto propietario del casino incendiado en Monterrey, prefirió abandonar el país, antes que exponerse al juicio sumario que se le pretendía realizar.
Ante la falta de precaución de la autoridad y la poca acción de la Secretaría de Gobernación, Rocha Cantú se fue mejor al extranjero.