Reelección de la presidenta de la CNDH pone en evidencia divisiones dentro de Morena
Miguel Ángel Rivera miércoles 13, Nov 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Ni su mayoría calificada, incluidos los senadores “comprados” o presionados, les dieron a los incondicionales de Morena y asociados la posibilidad de imponer (reelegir) en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a Rosario Piedra Ibarra.
Al contrario de los deseos de esos legisladores, el procedimiento no se pudo realizar de manera expedita porque había desacuerdos dentro de las filas del oficialismo, diferencias que, de inicio, hicieron que la sesión se prolongara mucho más tiempo de lo planeado.
Inclusive, el presidente de la Cámara, el “entenado” de Morena Gerardo Fernández Noroña, tuvo que declarar un receso poco después de las 14 horas, para dar oportunidad de que avanzaran las negociaciones tendientes a unificar criterios dentro de las filas del oficialismo. En la oposición no había dudas: todos estaban en contra de la reelección de Rosario Piedra Ibarra, aunque no había unidad en torno a la posible sucesora. Las otras dos postuladas eran Nashieli Ramírez Hernández y Paulina Hernández Diz.
Desde que se inició el proceso para elegir al titular de la CNDH se dijo que desde los altos niveles de la llamada Cuarta Transformación la señalada es Piedra Ibarra, lo que se ignoraba es quién es el “padrino” o la “madrina”, si el ex presidente Andrés Manuel López Obrador o la actual titular de la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, la cual declaró abiertamente su preferencia por Piedra Ibarra, mientras que el político tabasqueño se ha mantenido en las sombras.
Tal versión tomó forma cuando el presidente de la Comisión de Justicia, el ex panista Javier Corral Jurado, reveló que Piedra Ibarra fue incluida “por razones políticas” en la terna finalista, a pesar de que al pasar exámenes ante los senadores quedó en último sitio de los 15 semifinalistas. Precisamente por esas presiones fue eliminada la candidata que había quedado en segundo lugar, Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia.
Además de las declaraciones favorables de la presidenta Sheinbaum, el coordinador de los senadores de Morena, el ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y el presidente del Senado, el mencionado Fernández Noroña, también se han manifestado a favor de la reelección de Piedra Ibarra, cuyo gran mérito es ser hija de la desaparecida luchadora en favor de los desaparecidos durante la llamada “guerra sucia”, Rosario Ibarra de Piedra, quien llegó a ser candidata presidencial y consolidó la simpatía de López Obrador cuando le colocó la “banda presidencial” cuando simuló la toma de posesión de la Presidencia de la República al declararse víctima de un fraude.
Además de Corral Jurado, otro de los senadores de Morena que manifestó que votará contra la reelección de Piedra Ibarra fue el mexiquense Higinio Martínez, pero se sabe que hay otros inconformes dentro de Morena y de sus rémoras.
Lo grave para el oficialismo es que, para la elección de la titular de la CNDH, se requiere de una votación calificada, lo que significa 86 votos, en caso de estar presentes todos los 128 integrantes del Senado.
Esa cifra la alcanzó el oficialismo para aprobar las recientes reformas a la Constitución, como la demolición del Poder Judicial Federal. Como se sabe, fue necesario cooptar a legisladores que inicialmente fueron postulados por partidos de oposición, entre ellos dos que llegaron a la Cámara postulados por el difunto PRD, uno más salido de las filas del PAN, Miguel Ángel Yunes Márquez, y otro más de MC, al parecer presionado por el oficialismo para que no se presentara a la sesión definitoria acerca del Poder Judicial.
Con todo y esas defecciones, a las que se debe sumar una tránsfuga más reciente del PRI, la mayoría calificada de Morena y rémoras es muy endeble, como lo evidencian las maniobras a las que ha tenido que recurrir el oficialismo para asegurarse que podrán cumplir con el mandato de reelegir a la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Por eso, luego de reanudarse la sesión del Senado y luego de que Fernández Noroña dio a conocer un acuerdo de la Directiva de su Cámara acerca de la forma cómo se debería de proceder para la elección de la futura titular de la multimencionada Comisión, cuando la oposición pidió seguridades de que los sufragios se depositarían en secreto, de nueva cuenta declaró otro receso. Eso ocurrió poco después de las 18 horas.
Esta vez, el que inició la andanada fue el ex dirigente y ex candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya, quien señaló que debido a las múltiples cámaras de video instaladas dentro del salón de sesiones no había manera de que los senadores pudieran cruzar las boletas electorales sin que fueran observados.
Airado, respondió el coordinador de los senadores “morenos”, López Hernández, quien muy al estilo de la llamada Cuarta Transformación sacó a relucir supuestos fraudes atribuidos al PAN contra su caudillo López Obrador y sentenció: “El león cree que todos son de su condición”.
No obstante, el desahogo, vino el mencionado receso.
Al reanudarse la sesión, alrededor de las 19:20 horas, Fernández Noroña reinició con la lectura de un nuevo acuerdo, que no pudo dar a conocer cabalmente porque se desató un escándalo acerca de una mampara que los legisladores de oposición querían que se mantuviera en el sitio donde se votaría para asegurar la secrecía.
La gritería se prolongó unos diez minutos, luego de que el autoritario Fernández Noroña impuso su decisión de sacar la mampara que tanto conflicto generó.
Uno de los puntos sobresalientes del nuevo acuerdo consistió en que los senadores votaran sobre hojas firmadas por el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), el belicoso López Hernández, de Fernández Noroña y de los coordinadores de los grupos parlamentarios del PRI, PAN y MC.
Tampoco en esta ocasión hubo acuerdo, pues las oposiciones exigían que se abriera un debate, mientras que el oficialismo proponía que sólo hubiera una ronda en la que se expusieran las posiciones de todas las bancadas, pero sin que hubiera discusiones posteriores.
Esto, además, de que se presentarían votos particulares y mociones de suspensión. Estas últimas, como sucede siempre, estaban destinadas a ser desechadas con el voto mayoritario del oficialismo, pero la oposición no quería dejar pasar la oportunidad de criticar la incondicionalidad de los legisladores “morenos” ante las órdenes que reciben desde el Ejecutivo.
El problema real para el oficialismo consiste en los desacuerdos internos.
Se presume que, si ya están listos para la votación, es porque ya “convencieron” a los disidentes y tienen la seguridad de alcanzar la votación calificada para imponer a la candidata de sus líderes y guías.
Sólo por curiosidad, cabe mencionar que, según los acuerdos ya conocidos, en caso se lograrse la mayoría calificada en la primera ronda de votación, se irá a una segunda, en la cual, si tampoco se llega a un acuerdo, la propuesta con la terna de candidatas a presidir la CNDH será regresada a comisiones.
Esto sólo se podrá confirmar luego de que los senadores reinicien su sesión, luego de un tercer receso decretado por el presidente Fernández Noroña.
Por lo pronto, lo que queda son los elogios y reconocimientos destinados a los senadores “morenos” que han decidido no votar por Piedra Ibarra.
Así, por ejemplo, Movimiento Ciudadano celebró que en Morena todavía haya senadores con “dignidad y decoro” que obstaculizan el consenso a favor de la reelección de Rosario Piedra. Como mencionamos antes, los dos que han declarado abiertamente su inconformidad son Javier Corral e Higinio Martínez Miranda.
El coordinador de la bancada naranja, Clemente Castañeda Hoeflich, reprobó, al mismo tiempo, que la bancada mayoritaria de Morena reciba línea “más allá del Palacio Nacional” y reveló que se inclinan por el perfil de Nashieli Ramírez Hernández, quien ha demostrado su capacidad de trabajo en la comisión del ramo de la Ciudad de México.
“Todavía hay quien tiene dignidad y decoro; eso está obstaculizando el consenso a favor de Rosario, por considerar que la actuación de esta señora es francamente reprobable.
“Sería una afrenta a la nación que ella fuera reelecta, me parece que no tiene ningún mérito ni personal ni profesional, creo que ya tuvo oportunidad y la desperdició”, recalcó Castañeda.