México, país en convulsión
Roberto Vizcaíno lunes 29, Ago 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- ¿A quién benefició el atentado contra el Casino Royale en Monterrey?
- La batalla electoral de 2012 podría ser el eje de esto y otros acontecimientos
- ¿Será Josefina Vázquez Mota la verdadera candidata de Felipe Calderón?
Lo que más aterra del atentado incendiario contra el Casino Royale de Monterrey, es su aparente estupidez y sin sentido.
¿Por qué alguien querría hacer lo que allí se hizo? ¿Cuál es el motivo, objetivo de tal atrocidad?
Otra cosa que da miedo, es la facilidad con la que todos -autoridades, medios, sociedad-, procesaron este hecho.
Ninguno dudó que fue una acción del “crimen organizado”, “narcotráfico”.
¿Cómo siquiera cuestionarlo?
El asunto tiene todos los elementos para que sea como afirman es:
– ¿Dónde ocurrió?… en un casino, lugares que -dicen los panistas y el gobierno emanado de este partido-, son centros normalmente ligados a mafias y al crimen.
-¿Quiénes lo hicieron?… fue un grupo, que llegó en varios vehículos, el que en menos de 2 minutos cometió el atentado, según lo mostró un video difundido rápida, conveniente y masivamente por las autoridades.
Con base en estas dos contundentes conclusiones, el presidente Felipe Calderón elaboró y leyó una de sus mejores piezas oratorias en la que justifica una vez más su determinación de iniciar y mantener una guerra frontal y con todo contra el crimen organizado y el narcotráfico a lo largo de estos sus cinco años de gobierno.
Detrás de ese discurso, líderes sociales, políticos, gobernadores, legisladores, medios, editorialistas, todos, lo aplaudieron y a su vez pidieron unidad en estos momentos cruciales para la nación.
De inmediato, se abrió una amplia embestida contra otros casinos y se procedió a cerrarlos. El Royale operaba desde hacía 22 años con papeles en regla.
En el marco informativo desplegado por los principales medios, aparecieron las imágenes de dolor de los familiares de las más de 50 víctimas, en su mayoría mujeres de edad, y jubilados, que eran quienes se encontraban en el Royale apostando, como ocurre con frecuencia en esos establecimientos en otras ciudades de México y del mundo cuando todo ocurrió.
En este contexto, lo demás corrió por cuenta de cada ciudadano para cerrar la conclusión perfecta: fue el crimen organizado, algún capo.
¿Pero por qué hacer esto?, ¿qué hay en verdad detrás de este asesinato masivo calificado ya por Calderón y por otros como un acto terrorista?, ¿Qué ganó o ganaron con eso quién o quiénes lo hicieron?
Más allá de las bromas de mal gusto que suelen surgir rápidamente en este tipo de casos en México, como esa que -ante la sinrazón del hecho-, comenzó a correr por las redes sociales para atribuirle el ataque al villano favorito en este país, a Joaquín “El Chapo” Guzmán porque -afirman-, “su mamá se fue a quejar con él de que no ganaba ni un solo premio ahí”, las interrogantes surgen en cascada.
¿En verdad el incendio del Casino Royale fue una venganza de delincuentes?, ¿Fue el cobro de cuentas de una mafia contra otra?, ¿o una acción de otra índole?
Mire usted, mi testigo protegido en política es un personaje con formación profesional y vida intensa en niveles del poder nacional e internacional. Forma parte además de un universo más amplio que tiene varios grupos de análisis sectoriales, cuyas conclusiones sirven luego para ciertas tomas de decisión.
Bueno, pues en varios de esos niveles hay serias dudas de que el incendio del Casino Royale, como de otros acontecimientos ocurrido últimamente, formen parte en su totalidad del crimen organizado. Ven en ellos más motivación política, que criminal.
Y es que dentro del contexto mexicano actual, y la agenda política del país en momentos electorales donde se van a renovar por la vía constitucional y democrática los cargos más relevantes del régimen, podrían -afirman- estarse generando desde las posiciones más relevantes del poder político algunos eventos encaminados a crear un clima de inestabilidad social, económica y política que justifiquen decisiones que pasen por encima de los derechos y garantías de los ciudadanos.
Un ejemplo claro de esto podría ser la llegada de varios miles de soldados, marinos y policías federales preventivos a Monterrey, en medio del aplauso de los habitantes de esa ciudad.
Desde el momento de su arribo, estos elementos y sus jefes anulan en los hechos a las autoridades legalmente elegidas, tanto en su municipio como en el estado. A partir de su llegada las órdenes y lineamientos hacia los ciudadanos las dictan ellos. Hay un sometimiento de todo lo demás a ese poder.
Eso ocurre hoy no sólo en Monterrey, sino en Michoacán, Ciudad Juárez, en casi todo Tamaulipas y otros estados y municipios del país.
Es -afirman-, una especie de acondicionamiento social para que los ciudadanos aprendan a vivir dentro de estados virtuales de sitio, donde no hay más garantías que las que dictan las fuerzas armadas.
Ya lo hemos visto decenas de veces cuando se informa que a tal familia se le disparó porque no obedeció el alto en un retén armado, o de la muerte de jóvenes, hermanos o familiares cuando quedaron atrapados en medio de un enfrentamiento entre militares, policías y supuestos delincuentes.
Dentro de estas hipótesis, siempre está presente el hecho de que eventos como el del Casino Royale, repercuten en un aumento directo a los ya de por sí grandes presupuestos para el equipamiento y operación e ingresos de militares y policías.
Asimismo, baja la exigencia social e institucional para que estos cuerpos cumplan con los niveles mínimos en el respeto a los derechos humanos, dentro de las acciones que realizan.
Pero sobre todo, se crea el clima que pudiera derivar en estados de excepción, tan convenientes al autoritarismo y a la permanencia del Statu quo, es decir, del estado del momento actual, lo cual le pone caras, nombres y siglas de partido a esta posibilidad.
Mientras no se demuestre que realmente este crimen masivo fue cometido por un grupo de delincuentes, habrá dudas porque lo que hoy está en juego en el país lo marca el hecho de que en 2012 deberá elegirse a:
-Un nuevo Presidente de la República;
-128 nuevos senadores;
-500 nuevos diputados federales;
-Un nuevo jefe de gobierno en el Distrito Federal;
-16 nuevos delegados;
-66 nuevos asambleístas;
-Nuevo gobernador en Guanajuato junto con 46 alcaldes y 36 diputados locales;
-Nuevo gobernador en Jalisco, con 125 nuevos presidentes municipales y 40 diputados locales;
-Nuevo gobernador en Morelos, con 33 alcaldes y 30 diputados locales;
-Nuevo gobernador en Chiapas junto a 118 nuevos alcaldes y 40 diputados locales y;
-Nuevo gobernador en Tabasco con 17 presidentes municipales y 35 nuevos diputados.
-Así como nuevos alcaldes y diputados en Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, Sonora y San Luis Potosí.
Y de que, según los sondeos más serios dicen que un partido, el PRI, se podría llevar la mayoría de estos cargos en detrimento de la permanencia del PAN.
Una verdadera batalla por el poder desde lo más alto hasta lo más insignificante, de la cual depende la reorientación ideológica, económica y política de este país, que quizá para algunos podría valer un acto terrorista en un casino de medio pelo en Monterrey, y algunos otros actos de fuerza en otras partes del país.
Y que conste: es apenas una serie de dudas e hipótesis de un grupo cuya estructura es trabajar a base de interrogantes.
JVM, ¿LA CANDIDATA?: Hace unas semanas planteamos en este espacio una versión que indica que Josefina Vázquez Mota es la verdadera elegida por Felipe Calderón para sucederlo, y que Ernesto Cordero es una distracción para quitarle golpes y el señalamiento de candidata oficial.
Esta hipótesis se reforzó durante el fin de la semana anterior, cuando en Morelia, en el encuentro de Calderón con la bancada de diputados del PAN, éste le dio las gracias y le deseó suerte luego de que deje la coordinación de estos legisladores para ir a buscar la candidatura del PAN a la Presidencia de la República.
Los reportes indican que ese fue realmente el “destape” de Josefina Vázquez Mota como candidata de Calderón.