Además de ser impuesta, Rosario Piedra enfrenta una denuncia por falsificación
Miguel Ángel Rivera viernes 8, Nov 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Ya se ha vuelto costumbre que, para imponer sus designios y cumplir las órdenes de sus jefes y guías, la mayoría oficialista se salte procedimientos, cambie las normas, amenace o conceda privilegios, lo que sea necesario.
Por eso no sorprende que en estos días se preparen para imponer por un periodo más al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a Rosario Piedra Ibarra, quien ya fue elegida hace cuatro años, a pesar de no cumplir los requisitos que establecen las leyes nacionales.
De hecho, las maniobras para asegurar la reelección de Piedra Ibarra han hecho recordar que inclusive fue necesario un fraude en el Senado de la República para alcanzar la mayoría de los votos necesaria para declararla titular de ese organismo que, en ejercicio de su autonomía, había dejado constancia de cumplir con su misión de defensa de los derechos humanos, sin temor a generar disgusto en los altos niveles de la administración pública.
Basta mencionar dos casos sobresalientes: uno la matanza de Aguas Blancas, que, según una síntesis dada a conocer por la propia CNDH “la mañana del 28 de junio de 1995, algunos miembros de la recién formada Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) se dirigieron a Coyuca de Benítez con el propósito de pedir el cumplimiento de las promesas de ayuda para los cultivadores de café. Los campesinos iban en dos camiones de carga; el primero fue detenido en “El Vado” por un grupo de policías y agentes judiciales del estado. Los hicieron descender y, con golpes, los obligaron a acostarse en el suelo, a esperar. Cuando llegó el segundo vehículo el procedimiento se repitió, pero justo antes de concluirlo los policías y agentes judiciales dispararon contra los indefensos campesinos durante casi 20 minutos. Estaban a tres kilómetros del poblado de Aguas Blancas.
“En esta emboscada, 17 campesinos fueron asesinados; catorce heridos. Dos elementos policiacos también resultaron lesionados, con heridas corto-contundentes producidas por arma blanca”.
La consecuencia fue la caída del gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, aunque nadie de alto nivel fue a la cárcel.
Otro caso, por desgracia también originado en Guerrero, concretamente en Iguala, es el de la desaparición de 43 alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre de 1914. El mejor análisis del misterio acerca de lo ocurrido a los normalistas fue elaborado por la CNDH bajo la conducción del jurista Luis Raúl González Pérez, nada menos que el antecesor de la “morena” Piedra Ibarra.
Efectivamente, la que se presenta como luchadora en defensa de los derechos humanos fue candidata de Morena, apenas un año antes de ser designada para la CNDH fue candidata de Morena a diputada federal por su natal Nuevo León, pero perdió y entonces ocupó una Secretaría en el Comité Ejecutivo Nacional del partido oficial, eso sí en el área de derechos humanos.
Con tales antecedentes, quedaba excluida como aspirante a la multimencionada CNDH, pero sus amigos de Morena y rémoras maniobraron para imponerla como presidenta del organismo, sobre todo después de que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador le expresó su simpatía.
La maniobra de Morena y aliados fue recordada por el excandidato presidencial y ahora senador del PAN, Ricardo Anaya, en la sesión en la que Piedra Ibarra debió comparecer para justificar su propósito de ser reelegida.
De entrada, Anaya le preguntó a Piedra con cuántos votos fue electa en 2019, a lo que ella respondió no recordar. Pero el legislador sí tenía las cifras:
“Votaron 116 personas y usted obtuvo 76 votos, no se reunió la mayoría calificada. Usted fue electa mediante un fraude. Yo podría ahora mismo en esa pantalla enseñarle un video para que vea uno por uno cómo votaron 116 personas. Me parece un poco sorprendente, engañoso, que habiendo sido esto materia de notas periodísticas en todos los medios de comunicación, hoy nos salga con que no recuerda el episodio”, señaló. Efectivamente, según denuncias, en su momento, de la oposición, el fraude consistió en el “robo” de dos votos.
Anaya le pidió a su compañera Kenia López Rabadán —quien era presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado— cómo ocurrió la irregular elección de Piedra.
La legisladora panista refirió: primero, “la cantidad de votos computados, se emitieron 116 votos y solamente se contaron 114, se robaron dos votos en el Senado de la República, es una vergüenza que tengamos este tipo de fraudes en pleno Senado de la República, cuando hay muchísimas cámaras, cuando hay una transmisión pública del Canal del Congreso”.
Para sustentar su afirmación presentó un video acerca de esa “histórica” votación. “Yo les pediría unos minutos de su tiempo para que podamos ver cómo hay 116 boletas emitidas en la urna y la Mesa Directiva solamente da cuenta de 76+24+8+ 6: 114 votos, hay una diferencia de dos, que hace trascendente la votación de esa tarde en el Senado de la República.
En respaldo de lo afirmado por López Rabadán, el senador independiente Emilio Álvarez Icaza, quien tiene una larga trayectoria como defensor de los derechos fundamentales, sostuvo que “esos dos votos de diferencia constituyen el monto suficiente para que no haya mayoría calificada. Con 116 y con la votación obtenida no se obtiene la mayoría calificada. Por tanto, debe quedar absolutamente claro que hay un fraude en la elección de la presidenta de la CNDH”.
Luego de esos testimonios, Anaya volvió a la carga:
“Usted conscientemente asumió la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sabiendo que su elección había sido una elección fraudulenta. Entonces no tuvo usted legitimidad de origen, qué pena que no lo recuerde, pero es buena oportunidad para recordárselo”, dijo.
En su defensa, Piedra sostuvo que no hubo nada fraudulento en su llegada a la CNDH. Según sus palabras: “Perdieron los amparos porque no estaban fundamentados”.
También afirmó que busca mantenerse al frente de la CNDH “no como una ambición personal, sino como un medio necesario para consolidar lo logrado”.
Fraude sobre fraude, para sostener a Piedra Ibarra
Si bien los legisladores de oposición no pudieron impedir el nombramiento de Piedra Ibarra, los antecedentes negativos como los mencionados vuelven a tener actualidad, pues la presidenta de la CNDH desea conservar su beca por cuatro años más.
Lo malo es que, en vez de limpiar su expediente, en esta nueva etapa surgen nuevos elementos para dudar de la probidad de quien se dice defensora de los derechos individuales.
En efecto, el obispo emérito de San Cristóbal las Casas y Saltillo Raúl Vera —con comprobados antecedentes de defensor de los más pobres— denunció que es falso el documento enviado al Senado con su firma en supuesto respaldo a la candidatura de Piedra Ibarra.
A través de redes sociales, el obispo emérito publicó la noche del reciente miércoles un mensaje en el que se deslindó de dicho documento.
“Quiero denunciar que ese papel membretado donde se utiliza mi nombre, además de ser un diseño malo y oscuro, no existe en mi oficina particular. Que las palabras que ahí se expresan, además de estar mal escritas, ni son mías, ni obedecen mi pensamiento, ni reflejan mi ideología. Nunca lo redacté. Pido una disculpa por tan burda burla a mi persona, a María del Rosario Piedra Ibarra y a las autoridades”, apuntó el obispo defensor de los derechos humanos.
Vera López señaló además que la publicación de ese documento era de “muy mal gusto”, en tanto que rechazó pronunciarse respecto a la titularidad de la CNDH, puesto y trabajo que dijo, “considero sumamente respetable”.
“El robo, utilización y difusión de mi firma en ese documento, es un delito grave, que espero se atienda por las autoridades correspondientes”, agregó.
Por otra parte, es de tomar en cuenta que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo expresó su simpatía por Piedra Ibarra para repetir al frente de la CNDH.
La jefa del Ejecutivo no le dio crédito a versiones en el sentido de Piedra Ibarra había sido impuesta por razones políticas en la terna de candidatos para presidir el mencionado organismo durante los próximos cuatro años y manifestó su reconocimiento a la ombudsperson por la lucha social a favor de las madres de los desaparecidos.
La primera mandataria evitó comentar la falsificación denunciada por el obispo Vera.