Las muelles
Freddy Sánchez martes 29, Oct 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Entonces en qué quedamos: “la ley es la ley” o no lo es.
Un asunto por aclarar en torno a la reforma constitucional en materia de justicia.
Y es que en tanto subsistan dudas y suspicacias sobre un manejo supuestamente arbitrario del proceso constitucional con respecto a la reforma judicial persistirá la pugna entre los partidarios y opositores de los cambios legales para la elección popular de los integrantes del poder judicial.
Algo que unos consideran un paso positivo para mejorar la administración de la justicia dejándola en manos de jueces, magistrados y ministros que actuarán con imparcialidad y honestidad, cosa que no hacen muchos actuales juzgadores.
Y que a decir de los críticos de la reforma judicial tampoco harán un gran número de los que lleguen al Poder Judicial, previamente “candidateados” por la 4T para que actúen conforme se les ordene .
Las posturas en ese sentido parecen haberse convertido en monólogos y “diálogos de sordos”.
O lo que sería igual:
“ cada loco con su tema”.
De un lado los actores de la 4T diciendo que los diputados y senadores cumplieron a cabalidad los requisitos constitucionales para la aprobación constitucional de la reforma y, por lo mismo, el poder judicial está impedido legalmente para “echar atrás” las modificaciones legales en cuestión.
Porque una reforma constitucional aprobada no puede ser cancelada. Y con esa afirmación sustentada en la Carta Magna no hay quien convenza de lo opuesto a los que defienden el famoso “plan C”, heredado por Andrés Manuel López Obrador.
El alegato expuesto por los opositores a la reforma en el sentido de que no es contra la ley sino el proceso mediante el cual se aprobaron los cambios constitucionales mediante supuestas irregularidades no ha tenido otra reacción institucional por conducto de los personajes del gobierno, sus diputados y senadores que la de insistir que la reforma ya está aprobada y ninguna acción legal puede producir un efecto contrario.
Y en ese punto justamente “está en veremos” si la Suprema Corte de Justicia resuelve en favor de los que apoyan o rechazan la reforma judicial.
Por lo pronto, la vía del amparo el gobierno la enfrentó con un desacuerdo sobre lo dictaminado por una juez al considerar que se extralimitó en el ejercicio de sus facultades.
De ahí que un tema legal haya quedado pendiente de resolverse.
Y si se llegará a intentar una acción judicial contra la presidenta Sheinbaum por desacato a una resolución de amparo y a la vez se somete a un juicio político a la jueza de este proceso, es algo que está por verse.
Sobre el particular, es de desear que sea con estricto apego a la ley lo que se resuelva en las instancias competentes.
Que se haga justicia sin “manoseos” políticos, olvidándose de aquello de que para las leyes: las muelles.