Borrachera de poder
Alberto Vieyra G. viernes 25, Oct 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
México vive la era de un presidencialismo imperial y tanto el Ejecutivo como Poder Legislativo son víctimas de una histórica borrachera de poder.
Ningún mexicano o extranjero radicado en nuestro país podrá ampararse contra acciones de inconstitucionalidad por reformas a la Constitución porque la demencial iniciativa del morenista Adán Augusto López es dictatorial, prohibirá que las reformas constitucionales puedan ser impugnadas mediante juicios de amparo. Además, plantea declarar improcedentes las controversias constitucionales y acciones de inconstitucionalidad que pretendan controvertir las adiciones y reformas a la Constitución de la República; tampoco procederán aquellas acciones que busquen controvertir las resoluciones o declaraciones de las autoridades electorales, INE y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Pero, además la peligrosa reforma pondrá fin a la retroactividad de cualquier caso sea añejo o se trate de la demencial reforma al Poder Judicial.
Dicha reforma resulta autoritaria por el lado que se le vea porque deja en la total indefensión a cualquier ciudadano que quiera ampararse contra alguna torpeza de los poderes Legislativo y Ejecutivo, porque la reforma constitucional anunciada por el líder mafioso de Morena en la Cámara alta, Adán Augusto López, a la cual dio luz verde la presidenta científica Claudia Sheinbaum trastoca los derechos que consagra el artículo I de la Carta Magna. Se prepara la 4T para la dictadura en México.
Con la aprobación de esa asquerosa reforma todo quedará listo para que doña Claudia y su mayoría legislativa espuria nos receten de la noche a la mañana una nueva Constitución, que por principio de cuentas acabaría con la propiedad privada, al fin que ya nadie se podrá amparar contra cualquier marranada del gobierno o del Poder Legislativo que viven ebrios de poder y vociferan a cada paso que dan que están acatando lo que los 35 millones de electores dijeron en las urnas el pasado 2 de junio, y que no es otra caso que una mentira colosal de doña Claudia y sus corifeos. La exigencia fundamental de los electores mexicanos fue acabar con las mafias criminales y pacificar a México al precio que sea con el poder del Estado, pero no para elegir a juzgadores.
Este tema se ha convertido a nivel internacional en el hazmerreír de la señora Presidenta y de su autoritaria mayoría legislativa. En la Universidad de Harvard acaban de reír a mandíbula batiente varios picudos investigadores, cuando en una conferencia Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, ministro de la Suprema Corte de Justicia reveló que de acuerdo con las leyes secundarias en materia electoral, doña Claudia y compañía exigen que los candidatos que serán electos por el voto para convertirse en jueces, magistrados y ministros deberán contar con ocho de calificación en sus estudios y presentar cinco cartas de recomendación de sus vecinos. Los investigadores se atacaban de risa y más cuando escucharon la mentirota de que la señora Presidenta de México afirma que todos los jueces federales en Estados Unidos son electos por voto popular.
Al enterarse de que su reformita, o mejor dicho la de su antecesor, le está causando mella política, doña Claudia se defendió diciendo que “Nadie se burla de los mexicanos y las mexicanas. El pueblo de México tomó una decisión y la elección de jueces, juezas. A mí me toca defender a mi pueblo y a mi país y a mi patria, y a todos los mexicanos también”.
Yo le diría a doña Claudia, mejor no me defiendas, comadre porque yo no voté para elegir a juzgadores. Y aquí entre nos usted amable lector y radioescucha ¿votó por el autoritarismo comunista o por una presidenta imperial?