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Ramón Zurita Sahagún lunes 21, Oct 2024De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La bienvenida no fue todo lo placentera que se esperaba y la violencia asomó en los albores del segundo piso de la 4T.
El gobierno federal preparó un esquema del cómo habrá de combatir la inseguridad y violencia que se asemeja al operado durante la administración pasada.
Con una nueva figura policiaca con la que se corre el riesgo de idealizarlo y que pondera la investigación como figura primaria de su esquema, el gobierno entrante recibió una fuerte sacudida en sus primeros veinte días de ejercicio.
El crimen de un alcalde y la forma en que fue sacrificado, así como de otras figuras políticas menores del mismo municipio; el asesinato de una abogada a plena luz del día y el atentado en contra de una lideresa de ambulantes en la CDMX; el presunto intento de secuestro de un diputado local en Tamaulipas; el crimen a mansalva de un funcionario de la Fiscalía de Jalisco, además del asesinato de un sacerdote en Chiapas, aunado a la violencia enseñoreada en Sinaloa, Michoacán, Guanajuato, Guerrero y otros estados, son solamente reflejos de que la autoridad debe enfrentar en forma rápida y expedita el problema.
Los eventos precisados son de personajes con presencia o hechos que por su forma de operar resaltan, pero la violencia e inseguridad, incluidos los asesinatos mantienen su ritmo en la mayor parte del país.
La integración de la Marina, Ejército y fuerza policiaca es una buena medida, pero no debe quedar solamente en buenas intenciones, sino operar de forma conjunta.
Hasta ahora, no se ve una sola acción desarrollada y la visita que hacen los mandos conjuntos a los estados son solamente de relumbrón.
Fueron a varios estados, encabezados por el secretario de Seguridad, Omar García, dejaron su constancia de velar por la seguridad, pero no basta para bajar los índices delictivos que siguen siendo preocupantes.
Es cierto que la implementación de la nueva política en la materia no cuajará en unos cuantos días, pero el reto lanzado por la delincuencia organizada es patente.
Uno de los grandes logros que nos vendieron en la figura de Omara García fue que en la CDMX había logrado erradicar la violencia y la inseguridad, que había mermado a las dos principales bandas del crimen organizado, la Unión Tepito y la Anti Unión.
Sin embargo, estos grupos continúan teniendo presencia en los cobros de piso, extorsiones y manejo de enervantes, dejando su rastro muy visible.
En Sinaloa se habla de que el CJNG se une al grupo de Los Chapitos para disputar el territorio al de El Mayo Zambada y la violencia continúa en el estado, desde hace más de un mes.
Para Guanajuato se realizó un programa especial para frenar a los cárteles locales. En Guerrero, la gobernadora difunde que su estrategia funciona de maravillas, pero la violencia se esparce a lo largo y ancho del territorio.
La bienvenida de los grupos delincuenciales no parece favorable al advenimiento de la 4T y sus programas de seguridad deberán acelerarse, antes de que la violencia se expanda aún más.
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Curioso, que la presidenta Claudia Sheinbaum de un no rotundo a la incorporación de Ignacio Ovalle a su gobierno, pero garantiza plazas para los gobernadores de Chiapas y Veracruz, próximamente, y ya cedió para el de Tabasco, Carlos Merino y otros personajes que han sido señalado por malos manejos, y que continúe con el mismo comisionado de Migración, Francisco Garduño, hasta diciembre próximo. Ahora que se sabe que fue un montaje el video difundido sobre el ataque a Héctor Melesio Cuén, se investigará a fondo o será similar al de Genaro García Luna en el rancho Las Chinitas… Florece el amor en la 4T, donde una figura recién incorporada a Morena anuncia su embarazo y otras figuras destacadas de primer nivel viven romances de ensueño. Parece ser que los vientos del segundo piso de la Cuarta Transformación propician el romanticismo.